Streaming: Disney cuestiona el liderazgo de Netflix y podría superarlo por primera vez para 2025
La plataforma fundada por Reed Hastings y Marc Randolph tiene hoy casi 90 millones de abonados más que la del ratón Mickey; sin embargo, el rápido crecimiento de esta última podría cambiar la tendencia a mediano plazo
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Nadie se atreve hoy a cuestionarle a Netflix su amplio y vasto liderazgo en el universo del streaming. Hoy cuenta con 209 millones de suscriptores a lo largo y a lo ancho del planeta, una cifra que deja muy atrás al resto de sus competidores, que son cada vez más. Pero en el mediano plazo ese primer lugar hasta ahora indiscutido podría cambiar de manos.
El horizonte de ese cambio es 2025, fecha estimada en las últimas semanas por varios analistas y expertos para que Disney se convierta en el nuevo rey de las plataformas de entretenimiento online. Hoy, Netflix dobla a la empresa del ratón Mickey en el número total de abonados a sus servicios de streaming. ¿Logrará Disney en los próximos cuatro años remontar semejante ventaja? Un número significativo de observadores de este mercado global que no para de crecer afirma que sí. Otros son más escépticos.
Pase lo que pase, lo que veamos en este terreno de aquí a 2025 será apasionante. Sobre todo si Disney vuelve a demostrar con datos que tiene las herramientas para ir remontando de a poco, pero de manera inexorable, la amplísima ventaja que conserva Netflix hasta ahora. La semana pasada, en una reunión con inversores, el CEO de Disney, Bob Chapek, anunció que las suscripciones a Disney+ habían alcanzado un número global de 116 millones de hogares. Estas cifras superaban las proyecciones más optimistas que Disney había elaborado.
A ese dato se suma otro todavía más significativo. Gracias a un repunte que se asocia en el hemisferio norte a la salida de la pandemia, Disney agregó en el último trimestre 12 millones y medio de suscriptores nuevos a sus servicios, frente al escaso millón y medio sumado en igual período por Netflix. Si la tendencia se mantiene podríamos asistir, efectivamente, a un progresivo cambio de paradigma.
Las proyecciones futuras de estos números llenan de optimismo a Disney y de dudas a Netflix. Hay todavía una ventaja muy considerable a favor de esta última: al día de hoy le saca unos 90 millones de abonados a su principal competidor. La distancia sigue siendo imponente. Pero Disney mide también la evolución de sus ganancias netas, y en este terreno la brecha entre ambos empieza a reducirse mucho más rápido.
Un estudio de la reconocida consultora londinense Ampere Analysis, muy divulgado en los últimos días, afirma que Disney+ podría con el ritmo actual de incorporación de nuevos abonados superar en 2024 a Amazon Prime en cantidad de suscripciones globales. Amazon en este momento aparece detrás de Netflix, con 147 millones de clientes en todo el mundo. Sería el primer paso de un plan cuyo objetivo final es destronar a Netflix y alcanzar el primer lugar.
Los cálculos de Ampere indican que Netflix, para fines de 2023, alcanzaría los 269 millones de abonados globales, mientras Disney quedaría muy cerca, con 266, como resultado de la suma entre las suscripciones de Disney+, ESPN+ (plataforma dedicada al deporte) y Hulu. En 2024 cambiaría definitivamente la ecuación y por primera vez Netflix, con 279 millones, quedaría detrás de Disney, nuevo e inédito líder gracias a los 295 millones que alcanzaría sumando sus tres servicios de streaming. Todavía se trata de estimaciones, pero fundadas en la proyección de los datos reales que en la actualidad maneja el mercado.
Los analistas se detienen en otro detalle muy relevante: Disney crece en la convocatoria de nuevos abonados a pesar de contar a priori con un catálogo muchísimo más chico que el de Netflix. Los datos más recientes indican que en el mundo la oferta global de contenidos de Netflix suma unas 40.000 horas, por debajo inclusive de las 50.000 horas disponibles en Amazon Prime. Pero Disney+, con apenas el 10 por ciento de estos valores, cuenta a favor con títulos y personajes difíciles de igualar en una escala de interés inmediato por parte del público. Hoy no importa tanto el volumen del material, sino la atracción que ejercen ciertas marcas como Marvel, Star Wars y el propio catálogo de Disney, sobre todo para la audiencia familiar.
Atento a un crecimiento que se vislumbra mucho más lento de lo imaginado, Netflix ensaya apuestas destinadas a sostener la sustentabilidad de su actual liderazgo. Sus estrategas tomaron nota, por ejemplo, de que dos terceras partes de los abonados que la plataforma sumó en el último trimestre proceden del Lejano Oriente, especialmente de Japón. Desde esta perspectiva, Netflix asume que el crecimiento de su masa de suscriptores es menor a la de Disney (apenas un millón y medio de nuevos clientes, como ya se dijo), pero que las posibilidades de sumar son más fuertes en esa región del mundo.
El plan de Netflix para el Lejano Oriente, que incluye un refuerzo considerable en el número de producciones originales realizadas en Japón, también deja a la vista que el mapa global de desarrollo del streaming en los próximos años también tiene como objetivo la conquista de posiciones clave en áreas y regiones consideradas estratégicas. Disney+, por ejemplo, busca fortalecerse en el poderoso mercado de la India.
A propósito de la incursión de Disney en el mercado asiático, la compañía enfrenta en estos días una inesperada derivación de sus cada vez más flexibles estrategias en relación con los lanzamientos en tiempos de pandemia. La semana pasada, además de celebrar el crecimiento de su masa de abonados, el CEO de Disney habló de los próximos estrenos del estudio y llegó a definir como un “experimento interesante” la inminente llegada de la primera producción 100 por ciento asiática del universo Marvel, Shang Chi y la Leyenda de los Diez Anillos. La película podrá verse en los cines de la Argentina a partir del 2 de septiembre, como parte de un lanzamiento global simultáneo en 30 países durante ese fin de semana.
Al hablar de “experimento”, Chapek aludió a la novedad de que la película tendrá un estreno exclusivo en los cines, a diferencia de lo que ocurrió recientemente con Black Widow y Jungle Cruise, disponibles desde el primer día tanto en las salas como en Disney+ (con un pago adicional al abono por las características “Premium” del contenido). Chapek dijo que Disney probará así una nueva estrategia, que consiste en establecer una ventana de apenas 45 días desde el estreno en cines hasta su llegada al streaming.
Simu Liu, la estrella china que personifica a Shang Chi, el héroe de la aventura, no tardó en responderle a Chapek. “Esto no es un experimento –dijo con visible molestia-. Nosotros somos los subestimados, los desvalorizados. Pero también somos los que rompemos los límites. Representamos la celebración de la cultura y la felicidad que prevalecerán después de este año tan complicado”.
¿Modificará este tipo de reacciones el plan futuro de Disney en relación con el streaming? Como dijo Chapek, el éxito de Disney+ los invita y los alienta “a ser todavía más ambiciosos”. Pero en esa búsqueda seguramente tratarán de evitar choques con figuras globales como Scarlett Johansson, que mantiene su litigio judicial con la compañía del ratón Mickey. Lo menos que querría hoy Disney es embarcarse en una sucesión de enfrentamientos con las carismáticas figuras que encabezan sus proyectos.
Mientras tanto, Netflix está atento a otro tipo de movimientos de Disney. Su creador y CEO, Reed Hastings, reconoció hace poco que la decisión de Disney de absorber a 20th Century Fox y convertirla en una parte más de su imperio mediático (ahora como 20th Century Studios) fue clave dentro de una estrategia que apunta en el fondo a competir mano a mano con quien sigue siendo hoy el actor más poderoso del streaming.
“Al comprar Fox, está muy claro que Disney decide transformarse en un actor que ofrece entretenimiento para todo tipo de público, en vez de apuntar solamente a los chicos y a la audiencia familiar”, señaló el ejecutivo. Y dijo además que esta nueva etapa en la competencia por ganar audiencia genera en ellos más confianza y espíritu de reconocimiento a los logros alcanzados. “La evolución y el crecimiento del streaming siguen intactos para los próximos años”, agregó.
La decisión de Netflix de sumar a su catálogo un espacio de potencialidad tan grande como el de los videojuegos suma complejidad y poderío a las batallas de los próximos meses. También audacia. Se sabe que la mayoría de los usuarios de Netflix tiene como principal dispositivo de consumo la pantalla de un televisor. Y hasta lo que se sabe hasta ahora, el primer dispositivo en el que se volcará la futura oferta de videojuegos del gigante del streaming será el de los teléfonos celulares. Toda una incógnita para los próximos años, en los que Netflix pone en juego su trofeo más preciado: nada menos que un largo liderazgo que por primera vez empieza a ser cuestionado.
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