Spartacus

MEXICO DF.– "Siempre amé la historia de Roma y Grecia. Spartacus fue uno de los pocos líderes que lucharon contra la esclavitud y aún tiene vigencia hoy, unos 2000 años después. Fue grande. Uno piensa que la esclavitud ya no debería suceder a esta altura, pero sucede. Lo interesante de Spartacus es que encontrás esperanza, porque ves a alguien intentando hacer un cambio y lograrlo. Soy muy afortunado de poder formar parte de esto", reconoce, entusiasmado, Liam McIntyre, el nuevo protagonista de Spartacus, la producción de la cadena norteamericana Starz, cuya segunda temporada, Spartacus: Vengeance, emitirá la señal paga Moviecity. El estreno del primer episodio se realizará en simultáneo con Estados Unidos y podrán verlo los suscriptores mañana por www.moviecity.com/play o, desde el domingo, a las 22, por los canales Cinecanal HD, Moviecity, Cityvibe, Citymix y Moviecity HD.

La Nacion participó del lanzamiento de esta historia de supervivencia, pugnas de poder, opresión, esclavas y gladiadores que Moviecity realizó para medios de América latina, en la capital azteca, evento en el que el australiano McIntyre fue absoluto protagonista. El actor se mostró relajado, muy agradable y dispuesto a dialogar con la prensa en todo momento. Quienes cubrieron la jornada para diferentes medios coincidieron en destacar la sencillez del artista y su sentido del humor. "Ojalá lo mantenga cuando sea muy famoso", se escuchó por los pasillos.

"Veía la serie desde su inicio [Spartacus, Blood and Sand y la precuela Spartacus, Gods of the Arena vinieron antes de su incorporación] e intenté reconectar la historia después de la tragedia [se refiere a la muerte del joven actor y primer protagonista de la historia Andy Whitfield] y fue un gran honor continuar su labor", rememora McIntyre para La Nacion. "Todo el equipo fue muy amable y contenedor conmigo. Comprendí que la única manera de sostener la magnífica repercusión que tuvo la serie era trabajar duro para ofrecer un gran espectáculo." Así es que los creadores y productores Steven Deknight y Robert Tapert decidieron ir por una tercera temporada, que se filmará enteramente en Nueva Zelanda.

Cuando piensa en la manera en la que abordó al personaje, destaca que lo más importante para él fue señalar que Spartacus era un ser humano. "No era perfecto, sentía dolor y tristeza: lo más fácil sería hacerlo como un héroe al estilo Robin Hood o Pancho Villa –«Intento usar un poco de mis acotados conocimientos», se ríe–, pero por fortuna estudié actuación y quise darle algo de equilibrio, que apareciera su lado oscuro y también el otro; otorgarle así un conflicto real porque mis personajes favoritos lo tienen. Que sea fuerte, pero porque puede luchar contra la adversidad para reunir a tantos hombres de diferentes culturas y orígenes en una sola causa. Spartacus fue un hombre fuerte que supo distinguir cuando algo no era justo y hacer algo al respecto".

Sangre y erotismo

Es el propio protagonista quien adelanta que en esta temporada Spartacus, el guerrero tracio convertido a la fuerza en gladiador campeón, está en un lugar diferente, emocional y físico. "Estaba preso en un lugar reducido, como era el ludus de Batiatus en Capua y ahora está libre y sin límites [recordemos que en el final de Blood and Sand los gladiadores esclavos, liderados por Spartacus, desataron una verdadera sangría, en la que asesinaron a sus amos, entre ellos a Batiatus y lograron así su libertad]. El quiere lograr la venganza por la muerte de su esposa –detalla McIntyre– y no buscó ser un líder". Sumado a la confusión de la huida está el hecho de que lo persiguen los romanos comandados por Glaber (Craig Parker) que buscan evitar que los rebeldes lleguen a Roma. Encontrar el equilibrio entre estas fuerzas no será sencillo para el tracio. "En esta segunda temporada él tratará de poner su deseo de venganza en segundo lugar y hará lo posible por liderar y mantener a salvo a su grupo. Tendrá que crecer mucho", opina el actor.

Es que los rebeldes no se ponen fácilmente de acuerdo porque nadie les dice ahora lo que tienen que hacer: Oenomaus, el Doctore de la casa Batiatus (Peter Mensah) ya no les da órdenes y no se sienten seguros debido a la permanente incertidumbre. No quieren un líder, aunque saben que separados no sobrevivirán. Crixus (Manu Bennet), el campeón desplazado por Spartacus, cree en sus ideas y lo acompaña, pero no siempre quiere estar bajo su mando.

En este nuevo camino, el actor cuenta que el entrenamiento de gladiadores resultó difícil, pero divertido. "Me siento como un niño que juega todo el tiempo: es como un baile, se parece mucho a una gran coreografía –describe–. No es fácil, pero cuando lo ves en la pantalla te preguntás «¿Ese soy realmente yo?» Las escenas terminadas con la sangre, los efectos especiales y todo, son increíbles".

Y, claro, un condimento fundamental en esta historia es esa intensa carga sensual, erótica, la atmósfera dentro de la que se relacionan los personajes: cuerpos musculosos y aceitados que se funden con otros curvilíneos, perfectos. "Nunca había hecho nada parecido en Australia –reconoce entre risas–. La parte "sexy" no es tan divertida y es difícil, porque estás en una habitación llena de gente y cámaras. Es antinatural desvestirse en ese ambiente. Hay que tomarlo con humor y decir a los técnicos que están detrás «lamento que tengas que ver mi trasero todo el tiempo, pero es tu trabajo». Lo cierto es que en aquella época vivían esto de la desnudez con mayor naturalidad, así que intento tomarlo de ese modo". El tracio tendrá un vínculo estrecho con Mira (Katrina Law), la esclava que lo adora.

EL CHICO NUEVO DEL ELENCO

Liam McIntyre comenzó su carrera en Irlanda, cuando protagonizó Measure for Measure (Medida por medida) y trabajó desde entonces en televisión, teatro y cine. Integró el elenco de obras como Doce hombres en pugna, Sueño de una noche de verano, Mucho ruido y pocas nueces. En televisión, estuvo en la serie de HBO, The Pacific. Además de escribir y producir el premiado cortometraje Shotgun, es un destacado bailarín, cantante, músico y atleta. "Mi entrenamiento de karate, boxeo, e incluso danza me sirve para las coreografías de luchas, hasta haber cantado en coros me ayuda a no lastimar mi voz y saber respirar cuando tengo que gritar –dice–. Hace un par de años repartía panfletos en las prémieres de un cine, así que pensar en la alfombra roja de una prémiere, ahora como protagonista, es raro y no sé cómo alguien se acostumbra a eso. Hoy sólo pienso en que soy muy afortunado e intento disfrutar", señala sobre su potencial fama internacional.