ShowMatch 2019: así fue el recorrido de los semifinalistas por la pista del "Súper Bailando"
La idea era celebrar los treinta años de ShowMatch en la pantalla. Por eso, en este 2019 el clásico concurso de baile llevó la palabra "Súper" en su título. Y si bien en el primer tercio del año los participantes tuvieron que compartir protagonismo con los talentos de "Genios de la Argentina", el gusto del público los terminó convirtiendo en la mayor atracción del programa conducido por Marcelo Tinelli.
El plantel de concursantes, esta vez, fue complejo. Parejas y exparejas en la vida real. Excampeones buscando una nueva corona. Figuritas difíciles que este año dijeron que sí. Todo menos personas que, como Gladys "La Bomba Tucumana" en ediciones anteriores, apuesten a la pelea y al escándalo como carta de presentación. Por eso, en este "Súper Bailando" no hubo grandes peleas: algunas discusiones por devoluciones que hacían hincapié en el cuerpo de los participantes o en su sexualidad, o en su predisposición para el trabajo en equipo fueron los ejes de las discusiones de este año.
Y así, después de varios meses de ensayos, presentaciones, devoluciones y expulsiones, los miembros del jurado y del BAR, junto al voto del público, eligieron a los cuatro finalistas; cuatro famosos con perfiles muy distintos y con recorridos dispares dentro de la pista más famosa de la Argentina.
Los primeros elegidos durante la noche del martes fueron Federico Bal y Lourdes Sánchez. Le siguieron Flor Vigna y Facu Mazei. Y así, dos campeones -Bal y Vigna- respiraron tranquilos: su sueño de recobrar el título seguía siendo posible.
La pareja menos pensada
Pero, ¿cómo llegó cada uno de los finalistas a esta instancia? Bal, en principio, con una nueva compañera. El hijo de Carmen Barbieri volvió a la pista sin Laurita Fernández, su histórica partenaire y su expareja. La elegida para reemplazarla no fue otra que Sánchez, enemiga íntima de Laurita desde hace años. A muchos sorprendió la decisión, pero ellos, desde la primera gala dejaron en claro que la química era tan grande que los problemas del pasado no le hacían mella.
Pero a pesar de que desde el principio la pareja contó con el beneplácito del jurado, más de una vez Bal debió soportar las alusiones a su cuerpo por parte de los miembros del BAR. Y si bien a la hora de las devoluciones optó por no polemizar, sí utilizó las redes para hacer descargos.
Lejos de lo que ocurría en otras ediciones, esta vez la vida privada del concursante no estaba en el ojo de la tormenta. Hasta que, en un volantazo, la producción decidió convocar a quien en ese entonces era novia de Bal, Bianca Iovenitti. La bailarina se convirtió en compañera de Rodrigo Noya, pero su paso por el programa duró tanto como su relación con el galán.
Sin su enemiga en la pista, Sánchez también bajó su perfil. Pero debido a un grave problema de salud, su nombre fue uno de los que más se leyó en los medios y en las redes. Al volver de un viaje con amigas a Nueva York, la mujer del productor Chato Prada debió ser internada de urgencia e intervenida quirúrgicamente por una infección que amenazó su vida.
Con Lourdes ya recuperada, un nuevo golpe le esperaba a la pareja: Santiago, el padre de Federico, murió este lunes luego de varios meses de luchar por su vida. Esa misma noche, su heredero se presentó al programa y le dedicó a su padre, entre lágrimas, sentidas palabras.
Que sí, que no
La estadía de Flor Vigna fue igual de complicada. La bicampeona comenzó este certamen estrenando soltería: su relación con Nicolás Occhiato había llegado a su fin luego de 5 años. Además, sin el amparo de Pedro Alfonso y luego de haber protagonizado en la tele Mi hermano es un clon y Una semana nada más en el teatro, ahora la figura era ella.
Sin embargo, la producción decidió poner a prueba su seguridad. Ya comenzado el programa, y como ocurrió con Iovenitti, se decidió convocar nada menos que a Occhiato. Sí. Una situación incómoda que con el correr de los meses se complicaría aún más.
Es que la amistad de Vigna con su coach, Matías Napp, se convirtió en romance. Y aunque los dos tardaron en reconocerlo, la insistencia de Marcelo Tinelli, previa tras previa, hizo que el tema cobrara cada vez más importancia.
Cuando los dos parecían haberse relajado y se mostraban a los besos en las redes sociales, la relación se terminó. El interés por el tema, por supuesto, no corrió la misma suerte. Por eso, hasta la última de sus presentaciones, la actriz debió referirse -a regañadientes- a aquel romance y a los motivos de la separación.
Con la ayuda de la abuela
Para Occhiato todo fue más sencillo. Entró al concurso como el ex de Flor y, alentado por Tinelli, comenzó a cimentar su fama de soltero empedernido. Ese perfil, con el tiempo, fue cambiando. Gracias a la aparición de su abuela Concepción, el muchacho pasó de ser el galán del concurso a un tierno muchacho familiero.
De hecho, "Conce" compartió con Leticia, la hermana de Griselda Siciliani, el podio al mejor "personaje" del año dentro de la pista. Con sus bandejas llenas de comida, su simpatía y su "cholulismo" sin límites, la abuela italiana fue ganando espacio dentro del programa y monopolizando las aburridas previas de su nieto.
A pesar de que Occhiato no es un prodigio de la danza, su compañera, Flor Jazmín Peña, se ganó la simpatía del público y los elogios del jurado ritmo tras ritmo. La bailarina, que este año hizo su debut en ShowMatch, fue la gran revelación y su talento ayudó para que el muchacho que sueña con ser conductor de televisión se cuele entre los finalistas.
La gran favorita
La cuarta finalista, elegida por el público, fue Karina, "La Princesita", una de las grandes favoritas. Luego de negarse sistemáticamente a participar del concurso, este año la cantante aceptó. Su decisión no fue caprichosa: hacía tiempo sentía que era tiempo de cambiar su perfil, de mostrarse más y de demostrar, también, que es capaz de defenderse de las agresiones, de ironizar y de jugar con sus compañeros, Tinelli y el jurado.
Comenzó mostrándose tímida, pero con el correr de los ritmos fue ganando seguridad. Tanto, que más de una vez se llevó el mejor puntaje y los elogios de todos. En el medio, su compañero, Damián García, abandonó el concurso. Muchos creyeron que, debido a la buena relación que habían logrado entablar, ese sería un duro golpe para la intérprete de "Corazón mentiroso". Pero no. Con su nuevo bailarín, Emiliano Buitrago, logró generar una química similar que la llevó de la mano a las semifinales.
Dos parejas "virtuosas" y dos "carismáticas". Un clásico de las semifinales del "Bailando por un sueño" que este año vuelve a darse. ¿Quién se quedará esta vez con la corona? ¿Podrá más la técnica o la "simpatía"?
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