Separadas: pocos aciertos y escasa coherencia
Separadas (Argentina/2020) / Guion: Marta Betoldi, Esteban del Campo, Josefina Licitra. Dirección: Sebastián Pivotto, Martín Saban. Elenco: Celeste Cid, Marcela Kloosterboer, Agustina Cherri, Mónica Antonópulos, Julieta Zylberberg, Julieta Nair Calvo, Gimena Accardi, Mariano Martínez y Sebastián Estevanez. Emisiones: de lunes a jueves, a las 22.30, por eltrece. Nuestra opinión: regular.
Una historia coral, un elenco multitudinario encabezado por actrices con posibilidades de ser las protagonistas de sus propias historias y el espíritu de la sororidad siempre presente. En la teoría, Separadas, la nueva tira de Polka, podía inscribirse en la larga historia del costumbrismo de la productora con el ajuste necesario en tiempos de feminismo y discusiones sobre temas de género. Sin embargo, en la práctica, la tira no acierta ni siquiera cuando recurre a los viejos modos de contar la historia de las siete mujeres del título. Y, en las escenas donde pretende adecuarse a los tiempos que corren en términos de diversidad sexual e inclusión, las buenas intenciones naufragan entre mensajes contradictorios.
Para empezar, lo que reúne a las protagonistas es un hombre que ya no está. La trama de un relato supuestamente basado en las experiencias de un grupo de mujeres se puede hilvanar a partir de la relación de cada una de ellas con Fausto Valdés (Marco Antonio Caponi), un arquitecto casado con Clara (Mónica Antonópulos), cuñado de Martina (Celeste Cid), amante de Luján (Marcela Kloosterboer) y con negocios con Paula (Julieta Zylberberg), Inés (Julieta Nair Calvo) y su hermana Carolina (Gimena Accardi). Estafadas económica y emocionalmente por Fausto, todas -incluida Romina, una policía interpretada por Agustina Cherri- intentarán rearmar sus vidas a partir de un espacio que acuerdan compartir mientras se recuperan de la estafa.
Si eso suena a Las estrellas, la exitosa ficción de Polka de 2017, no es casualidad. Y si el disparador de la estafa y la unión femenina que cataliza remite a Guapas, tampoco. De hecho, Separadas tiene varios puntos de referencia reconocibles. Ahí están los ecos de Big Little Lies en la estructura dramática armada a partir de flashbacks y el misterio de una muerte que sellará el lazo del grupo. La subtrama que involucra al personaje de Zylberberg, y su hija adolescente Roma (Azul Araya), le debe mucho a Gilmore Girls. Aun así, el dúo es de lo mejor que tiene la tira, junto a las interacciones de Antonópulos con Estevanez y Kloosterboer.
Puede afirmarse que todas las historias ya fueron contadas y que la originalidad no es sinónimo de calidad, pero si ese elemento falta, deben aparecer otros. Como la verosimilitud con la que se explora, por ejemplo, la debacle económica de las protagonistas; la violencia de género que sufre el personaje de Cherri, de un origen más humilde que el resto, que se ocupa de explicarle a ella que su novio la maltrata. De hecho, la encargada de "relatar" buena parte de la trama es el personaje de Accardi, presentada como "diferente" y sin filtro, una característica que por ahora solo se utilizó para agilizar la narración, que sorprende por su trazo grueso y escasa coherencia.
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