Santiago del Moro debutó con solvencia en ¿Quién quiere ser millonario?
El desembarco de Santiago del Moro en Telefe es una de las grandes apuestas del canal para este 2019.. Luego de convertirse en uno de los nombres fuertes de América al frente de Intratables, el conductor decidió que era momento de cambiar de aires, y no dejó pasar la oferta de mudarse a otra señal para hacerse cargo de ¿Quién quiere ser millonario? Y la noche del 8 de abril, encontró a Del Moro muy lejos de la coyuntura política y los debates acalorados.
Al ingresar en el estudio, Del Moro dio un breve discurso: "Gracias a ustedes por estar del otro lado. Finalmente llegó el día, estamos acá en Telefe para pasarlo bien, para disfrutar. Primero lo que quiero es agradecerles a ustedes que todo este tiempo me preguntaron "¿cuándo volvés, qué vas a hacer?". Miren qué pedazo de formato voy a hacer, un formato internacional. El programa de preguntas y respuestas que más dinero ha entregado en el mundo, que en más países se ha hecho, el más exitoso. Esperemos hacerle honor aquí en nuestro país".
Luego de los agradecimientos de rigor, continuó: "Sé que estamos viviendo un momento muy difícil, así que noche a noche, aquí en esta pantalla tan linda y tan familiar, intentaremos brindarle lo mejor a ustedes. Un momento para pasarla bien, para aprender, para divertirnos, para abrir nuestros corazones también porque de todo eso se trata ¿Quién quiere ser millonario? (...).Espero que me sigan acompañando en este programa que es gigante. Porque ¿Quién quiere ser millonario? te puede cambiar la vida y hoy me la está cambiando a mí. Así que no me quiero emocionar, pero te agradezco de corazón".
Finalizada la presentación, el conductor invitó al primer participante y le explicó a él (y al público) las reglas del juego. Cada concursante responde una serie de preguntas y con cada una de ellas, va escalando en el premio económico que brinda el programa. De llegar a las quince respuestas correctas, obtiene el suculento premio de dos millones de pesos. En caso de retirarse antes podrá asegurarse cifras intermedias si es que le preocupa la posibilidad de elegir una opción equivocada. El formato no es novedoso, pero su simpleza le da un gran atractivo (sin ir más lejos, ¿Quién quiere ser millonario? ya pasó por la televisión argentina en 2001, conducido por Julián Weich).
La emisión duró poco menos de una hora y por él pasaron tres participantes. Cada uno contó su historia, pero la verdadera atención estuvo siempre puesta en el juego y sus vericuetos. Y como anfitrión, Del Moro estuvo muy correcto, supo jugar a la perfección con el suspenso, pero a pesar de eso, cuesta entender este ciclo como un desafío en su carrera. Si bien el cambio de rubro y de canal es un salto indudable, el corset de un formato tan establecido como el de ¿Quién quiere ser millonario?, le impide hacer gala de su improvisación y de su capacidad por mostrarse cercano a la audiencia, rasgos que lo convirtieron en uno de los conductores favoritos del público.
Seguramente Del Moro encuentre con el tiempo esas pequeñas fisuras por las cuales contrabandear su estilo, enriqueciendo la propuesta y dándole una identidad. En esta primera entrega hubo un comentario que delató que esas pueden ser sus intenciones. Cuando en el monólogo inicial opinó: "Sé que estamos viviendo un momento muy difícil", hubo un evidente resabio del conductor político de Intratables y esa observación suma en la balanza porque a fin de cuentas, el programa triunfará en la medida que sea más el ciclo de Del Moro y menos una versión despojada de un formato importado.
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