Rocío Marengo, eliminada de MasterChef Celebrity, dura con sus excompañeros: "Había más egos que productos en el mercado"
Funcionales al show. La frase se convirtió en un lugar común para definir a los personajes, en general de muy alto perfil, que suman y mucho a los certámenes televisivos. Rocío Marengo reúne todos los requisitos necesarios para generar contenidos, los más diversos climas dentro de una competencia y empatía con la audiencia. Una paleta de colores que se lleva bien con la visibilidad masiva de MasterChef Celebrity Argentina. Sin embargo, en la Gala de eliminación de ayer, la participante fue eliminada del juego. "Vos estás mejor que yo, seguro. A mí me dieron una piña en la cara", dice Rocío Marengo a LA NACION, aún no respuesta del shock que significó su inesperada salida del programa de Telefe conducido por Santiago del Moro. En las redes sociales no fueron pocos los que manifestaron su disconformidad con la decisión del jurado integrado por Donato de Santis, Damián Betular y Dolli Irigoyen.
"Yo estuve siempre muy entusiasmada porque me gusta cocinar y necesito aprender, por eso agradezco todo lo que me enseñó MasterChef Celebrity", reconoce la modelo que en la versión chilena del formato resultó semifinalista. En Argentina no tuvo la misma suerte: "Mis ganas siempre estuvieron, pero había retos que me iban pinchando de a poco. Este domingo me agarraron medio confiada, volando bajo, como papando moscas. Me dispersé, volé y me fui".
-Fue una noche compleja con tres desafíos por cumplir.
-Me confié y me desinflé.
-¿Por qué?
-Cuando ingresé al mercado iba en busca de una carne o un pescado, pero solo alcancé a agarrar un chorizo. ¡Qué raro sonó!
Genio y figura, Marengo se divierte con su propia ocurrencia. La autenticidad al palo. "¿Justo me tengo que ir con un chorizo?", redobla la apuesta. "Hice dos preparaciones con papa, pero el jurado esperaba más de mí".
-Se te percibe molesta.
-Es que ellos me dijeron: "Esperamos más de vos", pero cuando hicieron la devolución de Christian Sancho le objetaron varias cosas y él sigue ahí. ¿Me entendés? A mí nunca me hicieron devoluciones en contra.
-¿Sentís que fue injusta tu eliminación?
-Eligen ellos y yo no estoy para juzgarlos. Respeto su decisión, pero siento que me faltó dar mucho más aún. Ese es mi sabor amargo.
-¿Te fuiste antes de tiempo?
-Sí. Hablar de injusticia no corresponde.
-¿Te afectaban las devoluciones del jurado?
-Sí, porque considero que son tres grandes, no me lo decía cualquiera.
-Sofía Pachano confesó que se ha ido llorando de alguna grabación. ¿Te sucedió lo mismo?
-No, yo lloraba en el programa, al aire y en el momento. No me fui con ganas de nada, lo di todo: lloré, me reí, bailé. Hice todo, mi bronca es que tengo herramientas y no pude mostrarme a mí misma que podía. Estuve tímida y con miedo para cocinar, eso me jugó en contra. Por eso me voy del certamen con la angustia de no haber podido dar más.
-Si comparás la versión argentina con la chilena, ¿en qué se parecen y en qué se diferencian?
-Es la misma competencia con igual exigencia, la diferencia está dada por los compañeros. Es igual y distinto a la vez. Allá jugaba más suelta porque no tenía nada que perder. Acá entré con el título de finalista que me presionaba un montón.
-Se comenzaron a armar grupos entre los concursantes. ¿Cómo fue el vínculo con tus compañeros?
-Había más egos que productos en el mercado. Yo estoy acostumbrada a jugar en equipo, a mí siempre me vas a ver dándolo todo, me acomodo, soy una mina que siempre quiere sumar. Si hay que barrer, se barre y si hay que aplaudir, se aplaude. Estoy para laburar.
-Eso se notaba.
-Sí, pero me gusta jugar en equipo. No quiero brillar sola. Me costó encontrar un grupo. Esa fue una gran diferencia con la edición de Chile, quizás porque estuve más tiempo y eso ayuda a hacer amigos. Siento que acá cada uno estaba para hacer su chiste y generar desde lo individual. En ese sentido, pienso que jugué de manera más inocente.
-De tus compañeros, ¿quién era el más competitivo?
-Siempre jugué pensando que mi competencia era yo misma, tenía muchas ganas de aprender. Y no me di cuenta que era todo muy individualista, que el ego era más fuerte que cualquier cosa.
-¿En quién sentías más esa característica?
-Ahora que me fui, no tiene sentido dar ningún nombre, que les vaya bien a todos. En realidad, no voy a hablar de ellos porque fueron egoístas, me desconcentraron.
-¿Tus compañeros?
-No todos, hablo de algunos puntuales. Se habla de un repechaje, pero hoy no estoy dispuesta a volver.
-¿Por qué?
-Siento que lo di todo... No sé si lo di todo, había que dar más y no me di cuenta.
-Cuando decís que tus compañeros te desconcentraron, ¿a quién te referís?
-Prefiero no darle entidad. Ya me fui, echarles la culpa a ellos no tiene sentido. La competencia no es solo en la cocina, hay una competencia de egos terrible. Por ser inocentona estoy afuera. Tendría que haber sido más despierta, pero me confié.
-Le aportabas mucho al show.
-Soy esa. Y fui muy respetuosa con el jurado que me hacía críticas en detalle, pero el ojo de ellos no era parejo para todos, a algunos platos los miraban muy por arriba, a mí me miraban hasta el último detalle. Me pinchaban y me hacían sentir que siempre faltaba algo.
-Hiciste una papa con un chorizo...
-Hice un chorizo con una papa y no alcanzó. Hice eso porque me venían desmoronando. ¿Fue mi culpa? Sí. Pero reaccioné así porque nunca alcanzaba lo que hacía. Nunca les iba a gustar.
-En las últimas horas se reforzó el rumor sobre tu posible embarazo. ¿Es cierto?
-Yo tengo un deseo muy grande de ser madre. Ojalá me tengan que felicitar pronto, pero, por ahora, no hay embarazo.
El tono con el que niega no resulta muy convincente. Y el cambio brusco de tema no hace más que incentivar esas dudas: "Desde chica soñé con cocinar en televisión y tener mi propio programa de cocina. Cuando llegué de Bahía Blanca quería ir a trabajar a Utilísima Satelital".
-Volviendo a la maternidad, me da la sensación que no lo querés contar.
-Eso dicen, eso dicen, pero por ahora no hay nada para contar. Las ganas están. Ya cumplí muchos sueños en mi vida y en mi trabajo, me falta esa pequeña gran cosa.
Desde hace siete años está en pareja con Eduardo Fort. Su vocación maternal la canaliza, por ahora, con los hijos de él: "Somos una familia ensamblada, me da alegría haber hecho las cosas bien. Todo fue muy cuidado y hecho con mucha responsabilidad".
-¿Viven juntos?
-Mitad y mitad, aunque en este tiempo de MasterChef Celebrity me gustaba mucho estar en mi casa para poder organizarme bien.
Hace algunos meses, la madre de los hijos de Fort reclamó por la visita de Marengo a la casa de su ex, alegando el riesgo sanitario que podría ocasionar ese contacto con sus hijos en medio de una pandemia. "No la conozco, nunca me referí a ella. Es la mamá de los hijos de Edu y yo a los chicos los quiero mucho, me llevo bien, jamás haría algo que les pudiese hacer mal".
-¿Tus padres serán referentes a la hora de pensar en un modelo de paternidad?
-Sí, son un gran modelo. Son todo lo que está bien.
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