Riverito, el hombre que hizo de la suerte su carrera artística
Festeja el medio siglo de La danza de la fortuna desde Crónica TV
Hay algunas personas a las que les gustan las palabras y otras a las que les gustan los números. Luis Roberto González Rivero, más conocido como Riverito, es de estos últimos. Hay también personas que creen en el destino, mientras otras lo hacen en el azar. De esta dicotomía desconfía el locutor. A sus 80 años, con 65 años de carrera, el trabajo sigue siendo su brújula, acompañado por la eficacia de la oportunidad, aquel punto intermedio entre las cartas que están marcadas y la suerte.
Ser Riverito no es sencillo. No es un mero presentador de los resultados de la lotería. Detrás de él hay un equipo de colaboradores que trabajan los 7 días de la semana en la oficina que instaló frente a su casa, allí donde también funciona su propio estudio de radio. Es una de las voces más reconocidas de la radio y la TV y acuñó un estilo, una dicción y un acento único. Su famosísimo "óoocho" es celebrado por varias generaciones. Todas las noches, por Crónica TV, conduce La danza de la fortuna , un ciclo que lleva 50 años de vida, y que cosechó cuatro Martín Fierro por su desempeño en un rubro que ya no existe: servicio a la comunidad.
Cuando Riverito camina por la calle la gente se acerca a tocarlo, a abrazarlo, como si fuera un Midas moderno. Además de ser el locutor de todos los juegos de la Lotería Nacional, el loto (los miércoles y domingos, en vivo), se lo escucha por Radio Splendid a las 11.30, a las 14, y a las 17 [un colaborador emite los resultados a las 21], y conduce por Crónica TV el citado La danza de la fortuna . A las 19, desde 1994, desde los inicios de este canal de cable, el conductor es escuchado por atención por muchos jugadores.
"En mi placard hay más de 35 trajes, no puedo repetirlos y tengo que estar elegante. Sé que por mi edad soy bastante formal. Pero ese es mi estilo y no lo puedo cambiar. Tampoco duermo la siesta", explica Riverito, dueño de una vitalidad única.
Sin tutear
Hijo de gallegos, pasó su infancia en un inquilinato. Su padre era obrero y su madre trabajó como empleada doméstica. Su escuela fue el colegio Balcarce, el Comercial Hipólito Vieytes, la calle y la lectura del matutino El diario , que costaba 5 centavos. Por entonces usaba jopo y de aquella mata de pelos sólo queda un rulito en su frente calva que Riverito supo convertir en otro de sus rasgos característicos.
A los 15 años descubrió que la agencia de representaciones artísticas del elenco de Radio Belgrano buscaba un auxiliar. Pronto comenzó a organizar la agenda y las funciones de la orquesta típica de Ebe Bedrune: "Fíjese que ella era conocida porque usaba pantalones", dice sin tutear. Al poco tiempo, la directora le pidió que lo representara en confiterías y clubes. "Salía a la calle y me paraba frente a los dueños de los escenarios: «1650 pesos. Son 4 bandoneones, 3 violines, contrabajos, piano, cantor Rogelio Aguirre, animador Carlos Nilson». Mire cómo me acuerdo. Y de eso sacaba el 10 por ciento". El día del debut en la Richmond de Constitución faltó el presentador y Riverito salió a pedir un aplauso para la orquesta.
Fue Bedrune quien recomendó a Riverito en Radio Callao en La revista de la música y el deporte , un programa que se emitía los sábados. Luego compró un espacio en la Radio del Pueblo para comercializar y comenzó a hacer suplencias en distintas emisoras, hasta ocupar un espacio en Radio Belgrano como locutor. En 1956 debutó en la pantalla chica en los avisos en vivo del primer programa de la tarde que tuvo la TV argentina, Cabalgata del recuerdo , acompañado por Nancy Rojo y Laura Escalada, quien luego fuera la esposa de Astor Piazzolla.
Pero hay una locutora que marcó la vida de Riverito: Elda Moreno, la voz de La escala musical . Con ella está casado hace medio siglo. Para su luna de miel, la pareja viajó a Río de Janeiro y allí advirtieron, en 1961, que la gente en la calle corría a escuchar los resultados de la quiniela, llamada allí El juego del bicho.
De regreso en Buenos Aires, Riverito comenzó a dar los flashes en la radio de los resultados de la lotería, auspiciado por la Albion House, de Cangallo y Maipú. Enseguida nació La danza de la fortuna . Este es, junto con La oral deportiva , el ciclo más antiguo aún en el aire de nuestros medios. En 1968 comenzaron los programas ómnibus en la radio y Riverito logró un espacio en Radio América y en Radio Belgrano. Fue Juan Carlos Chiappe, autor de muchos radioteatros, quien creó el apodo del locutor: "¡Gracias, Riverito!" se despedía en el pase. Otra de las personas que marcaron su carrera fue Juan Carlos Altavista, a quien conoció en Supermingo , que se emitía por Radio El Mundo. "Falleció hace 20 años, el Día del Amigo. Pensar que murió a los 60 años. Tan joven. Sigue siendo mi mejor amigo", recuerda Riverito y lo mira en la foto más grande de su oficina.
"Nunca se me dio por jugar. Una vez fui a presentar un espectáculo en Villa Constitución, en Santa Fe. Llovió mucho y estaba aburrido. En una sola noche, jugando al pase inglés, perdí todo lo que tenía que haber ganado en un mes. Y me dije que no jugaría más. A veces hago una vaquita y apostamos unos mangos con mis colaboradores, pero nada más", relata. Riverito cuenta que le resulta tedioso dar sólo los resultados y quiso agregarle una música al anuncio. "Así nació la pronunciación del seis dubitativo y la extensión de la primera sílaba del ocho. Hace 20 años estaba de viaje en Japón con mi mujer. El guía me preguntó si era yo quien exageraba el ocho. Allí es el número de la suerte", cuenta entusiasmado. Esta fascinación lo llevó a que sus números de teléfono le rindan homenaje a esta cábala. El destino, la casualidad y el esfuerzo. Riverito trabaja de 8 a 8, a sus 80 años.
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