Qatar 2022, el Mundial que nunca termina y que continúa en sus imágenes inéditas, memes y videos caseros
Día a día aparecen ángulos, miradas, secuencias que no habíamos visto, aun cuando ya creímos ver absolutamente todo del paso consagratorio de la Selección Argentina por el Mundial; de los videos tomados por los espectadores en las tribunas a los ingeniosos memes
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Tan épica e hipnótica fue la historia que se contó durante el mundial de Qatar, tan desbordada la final y tan feliz para nosotros el resultado, que quizás no se le prestó la debida atención a un elemento fundamental de este alucinado mes que pasó. El cuento hollywoodense de la última consagración de Leo Messi estuvo acompañado de una proliferación única de imágenes. Muchas de ellas, novedosas y desde puntos de vista nunca alcanzados, provinieron de las transmisiones oficiales. Otras fueron generadas desde distintos lugares con los teléfonos de los espectadores. Días y días luego de los acontecimientos deportivos –a los que podemos sumar los festejos del domingo 18 y la multitudinaria recepción a los campeones el martes posterior a la final- seguían apareciendo fotos y videos que los mostraban desde otro ángulo. A partir de este material infinito, sin comparación con los mundiales anteriores, comenzó la intervención de esas imágenes para convertirlas en memes, resignificándolas o poniéndolas en juego con otros episodios históricos o con músicas apropiadas o con leyendas irónicas o celebratorias.
No es que las transmisiones oficiales hayan sido irreprochables. Aparentemente hubo cierta inexperiencia en el equipo técnico que hacía tomar decisiones sin comprender qué era lo que se estaba mostrando. Las repeticiones y los planos de los protagonistas a menudo interferían con la continuidad del juego. Se perdieron en el momento imágenes fundamentales como la de Messi haciéndole el Topo Gigio a Van Gaal o la reacción del Diez inmediatamente después de la consagración final.
Los errores a menudo tuvieron que ver con no entender la dinámica propia del juego. En el gol más electrizante y fluido de la historia del fútbol, el de Di María contra Francia, esa continuidad vertiginosa fue interrumpida en la transmisión cuando Julián Álvarez pone el pase en profundidad a Mac Allister. En ese momento, vaya uno a saber por qué, el director de cámaras corta por dos segundos a un plano innecesario a ras del piso del delantero del Manchester City para, entendiendo el error, volver rápidamente al plano general, el único que importaba en ese momento.
Más allá de estos errores conceptuales, lo cierto es que la producción oficial de imágenes fue descomunal. Las transmisiones estuvieron a cargo de una empresa francosuiza, Host Broadcast Services (HBS), que viene haciéndose cargo de las copas del mundo desde el mundial de 2002, en Corea del Sur y Japón. La empresa contaba con 42 cámaras en el estadio, la mayoría de las cuales eran de las más sofisticadas del mercado. Esas cámaras representaban los puntos de vista “tradicionales” de una transmisión, aquellos que cualquier espectador podría tener desde algún lugar del estadio. A eso se le sumaban las ubicaciones privilegiadas, distintas, provistas por drones, cámaras araña (las que están colgadas sobre el campo del juego y tienen movimientos horizontales y verticales), helicópteros, etcétera. En ese sentido, el plano cenital, el que mira el partido desde el cielo casi verticalmente, trajo no sólo entendimiento del desplazamiento de los jugadores y la dinámica del juego, sino una belleza propia, hasta ese momento desconocida.
Desde ya que esa multiplicidad de imágenes era imposible de ser utilizada en su plenitud durante el partido. Iban siendo sabiamente liberadas en los días posteriores, mostrando algunas de las jugadas más relevantes desde distintos ángulos, revelando de esa manera detalles insospechados o, simplemente, sumando excitación y alegría renovados por el cambio de perspectiva. El pase de Messi a Molina en el partido contra Países Bajos, que despertó el asombro y la incredulidad de la afición deportiva, fue construyendo su inteligibilidad video a video, sumando capas de puntos de vista y haciendo más asombroso el genio del capitán argentino, quien mágicamente dispuso de toda esa información mientras llevaba la pelota, el defensor holandés Aké intentaba obstaculizarlo y disponía de apenas unos pocos segundos para resolver la mejor opción de jugada.
El Mundial de Qatar, además, tuvo otro salto cualitativo tecnológico que aportó material a este diluvio de imágenes. En cada estadio, repleto de personas con un evidente alto poder adquisitivo, había decenas de miles de celulares de alta gama, la mayoría de ellos con tres cámaras que filman en 4k y 60fps, es decir, altísima definición a sesenta cuadros por segundo. Ese material comenzó a circular casi inmediatamente, gracias al 5G en Qatar, por las redes sociales, el medio en que se distribuyen y consumen esas imágenes. Por ejemplo, gracias a los espectadores que estaban en la tribuna del costado adyacente adonde Messi sacó a pasear al joven defensor croata Gvardiol en el gol de Julián Álvarez, pudimos apreciar esa majestuosa jugada en todo su esplendor, tratando de comprender cada amague, cómo le gana la cuerda interior para desbordarlo, y hasta apreciar los vaivenes del juez de línea, que teniendo que acompañar la jugada al nivel del jugador más cercano a la línea de fondo, cae en los engaños del rosarino y vuelve una y otra vez sobre sus pasos.
En los días posteriores al final de la competencia, las cámaras de los teléfonos fueron las grandes protagonistas en la producción de imágenes. Inmediatamente después del partido se conoció un video de Nicolás Copano, periodista y estrella de la red social Twitch.
El último penal. Acercándose al obelisco. pic.twitter.com/OiMqiT9Nk8
— Nicolas Copano (@copano) December 19, 2022
Quien registra las imágenes sube por bicicleta por Avenida Corrientes, desde el bajo en dirección al Obelisco. La avenida está vacía, se escuchan gritos aislados. Parece una escena postapocalíptica. De pronto, mientras el ciclista avanza y filma, se escucha una explosión de gritos: Montiel acaba de acertar en el último penal. Entonces, la calle vacía se llena de gente que no se sabe de dónde sale. Los extraños se abrazan, algunos lloran, agitan banderas, bailan enloquecidamente. El paso de la soledad a la multitud enfervorizada lleva apenas un par de segundos.
De los videos intervenidos, uno de los más emocionantes es el de una toma cenital, desde atrás del arco donde se pateaban los penales definitorios del último partido, imagen proveniente de la producción oficial de HBS, acompañada por la canción oficial del Mundial 90, en Italia.
El mejor tema de los Mundiales con el momento futbolístico más importante de los últimos tiempos. pic.twitter.com/fvVWhhHxT6
— Stephen Kong ⭐⭐⭐ (@BetaKong05) December 23, 2022
El plano abarca todo el campo desde el arco donde se ejecutan los penales hasta la mitad de la cancha, donde esperan el resto de los jugadores. El momento en que Montiel conquista el penal definitivo coincide con el estribillo: “Notti magiche, inseguendo un goal, sotto il cielo di un’estate italiana”: Hasta allí sería una gran idea brillantemente ejecutada. Sin embargo, el video mejora. La cámara cenital deja de estar fija y se va con Montiel. Se acerca en zoom. Llegan jugadores que se abrazan. Sin embargo, no hay exaltación. Los gladiadores caen al piso y quedan inmóviles algunos, llorando otros. Si uno no tuviera la secuencia, pensaría que acababan de ser derrotados. La imagen es extraordinariamente bella, de ribetes artísticos y ambigua.
Los ejemplos son innumerables: el gol de Di María contra Francia desde el piso con una versión instrumental de “Por una cabeza”, la imagen partida poniendo en paralelo el Leo triste de la premiación 2014 con el exultante de felicidad de 2022, la presentación de la serie Friends adaptada a la Scaloneta, el chico obeso que quiere subir a un techo del Metrobús mientras la gente grita “Sí, se puede”, el gol de Molina visto cenitalmente con música de videojuego: hay imágenes que siguen apareciendo y se siguen produciendo memes ingeniosos, desafiantes, provocadores o simplemente bellos.
— Nicolás Di Gennaro (@TanoDigennaro) December 23, 2022
Para entender las dimensiones de esta revolución basta con pensar en cómo consumimos imágenes después de la última consagración, en México 1986. Tuvimos que esperar hasta diciembre de ese año, en que se estrenara la película oficial del mundial, Héroes, documento de culto para toda una generación. Producto de una era analógica, con efectos ópticos, tenía como novedad estética el uso y abuso del zoom, con primeros planos apretados de piernas enhebrando jugadas o de los rostros concentrados de los jugadores.
Que baile… pic.twitter.com/IAQ0cSdUsx
— Whisco Javo🇦🇷 raices🇪🇸 (@Whiscola3) December 23, 2022
Hoy, como lo quería la pintura cubista, tenemos todos los puntos de vista al mismo tiempo y casi en sincronía con los mismos hechos. Fue un mundial deslumbrante por todo lo que hicieron el equipo argentino y su capitán, Leo Messi, pero también por esta forma desmesurada de consumirlo visualmente.
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