¡Puede fallar!: cómo la TV se reinventó con las videollamadas y generó bloopers
El aislamiento social obligatorio que fue decretado en marzo por el Gobierno en el contexto de la pandemia de coronavirus, llevó a la televisión argentina a reinventarse para no perder su audiencia. Si bien en la actualidad no hay ficciones nacionales como consecuencia de la cuarentena, muchos ciclos -magazines, programas de espectáculos y entretenimientos, noticieros- tuvieron que rearmar se estructura.
En primera instancia, muchos conductores que por sus edades pertenecen a los grupos de riesgo, se quedaron en sus casas y se pusieron al frente de los programas que comandan a través de Skype o de la popular aplicación Zoom. En segunda medida, se redujo notablemente la cantidad de panelistas, quienes rotan semanalmente o bien permanecen en sus hogares indefinidamente.
Por otro lado, uno de los puntos fuertes de los magazines y ciclos de espectáculos son los "mano a mano" con invitados, a los que les realizan jugosas entrevistas. En la actualidad, ese tête à tête se lleva a cabo de modo virtual y, como era previsible, las aplicaciones también colapsan ante la excesiva demanda.
En el programa de humor y actualidad de elnueve, Bendita, emitieron el martes por la noche un informe sobre los traspiés de las videollamadas y charlas por Skype de los programas argentinos. Desde dos intentos de entrevista a Yanina Screpante en Hay que ver, pasando por unos inconvenientes técnicos en el magazine de Telefe Cortá por Lozano, con Griselda Siciliani, hasta un recital fallido de David Bisbal en La peña de morfi, quedó demostrado que la tecnología puede jugar malas pasadas. Curiosamente, esto mismo le pasó a Beto Casella, quien fue incluido en el informe de su propio programa, cuando una noche se hastió de que se tilde Skype y se "retiró" momentáneamente del ciclo que tiene a Edith Hermida como conductora en el estudio, con quien Casella evita "pisarse" en sus intercambios.
Asimismo, las charlas virtuales en la TV les permitieron a los espectadores despuntar su curiosidad por ver las casas de los famosos-uno de los segmentos obligados en muchos ciclos-, sus bibliotecas, cocinas, e incluso sus baños, como sucede en Bienvenidos a bordo, el programa de eltrece que conduce Guido Kaczka. Como no podía ser de otra manera, el hecho de estar por un rato como "invitado" en los hogares de las estrellas hizo que se volvieran virales algunos detalles, como sucedió con Jorge Rial.
El mes pasado, el conductor de Intrusos realizó el programa de América desde su casa. Durante los primeros días, la transmisión funcionó muy bien, pero después de algunas jornadas, la producción encontró que el fondo que había elegido Rial para su locación debía ser modificado, porque los televidentes detectaron algo rápidamente: un mini bar que aparecía a la derecha del conductor. Emisiones más tarde, el mismo ya estaba fuera de plano.
Los bloopers, claro, no son exclusivos de la televisión argentina. El martes, Aaron Paul y Bryan Cranston, protagonistas de Breaking Bad, se sumaron al furor de los vivos de Instagram, pero tuvieron un comienzo accidentado cuando el actor que interpretó a Walter White no supo cómo agregar a su colega a su cuenta para comenzar la charla.
Los fallidos, como se puede notar, se suscitan en cualquier programa, ninguna figura está exenta de quedar "congelada" al aire y, en estas épocas, las transmisiones en vivo corren una misma zanahoria: que todo salga limpio, prolijo...y sin delay.
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