Los canales y las productoras trabajaron sobre un manual de “buenas prácticas” del Ministerio de Cultura, pero no hay consenso en cómo aplicarlo ni contralor en caso de que no se lo cumpla
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La TV no se encuentra al margen de las restricciones sanitarias con el fin de minimizar la posibilidad de contagios de Covid-19 en medio de la segunda ola pandémica que atraviesa el país. Los canales y las productoras independientes implementaron medidas concretas que fueron desde la instauración del home office, en las áreas en las que es posible desarrollar esta modalidad, hasta protocolos sanitarios preventivos.
Está claro que ninguna empresa desea ver diezmado su staff y, en consecuencia, alterada su producción. De todos modos, no siempre en pantalla se observan las medidas sugeridas por las autoridades sanitarias y por los especialistas médicos. En no pocos casos, se ponen en el aire programas en donde el número de personas ubicadas delante de cámaras es excesivo, sin respetar el distanciamiento adecuado y con un uso inexistente de barbijos. “La de ShowMatch fue una imagen muy impactante, parecía una fiesta clandestina. En la TV deberían correr las mismas restricciones que para todo el mundo, una cosa es un programa con cuatro o cinco personas al aire con protocolo, como me consta que existen, y otra cosa es mostrar a muchas personas juntas que, aunque esté editado, es un mal mensaje para la población”, dice a LA NACION Florencia Cahn, médica infectóloga, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología y coordinadora del comité científico de la Fundación Vacunar.
Si bien no existe un protocolo unificado aplicado entre todos los canales y compañías productoras, en agosto de último el Ministerio de Cultura de la Nación presentó un documento luego de varias reuniones deliberativas mantenidas entre sindicatos, productoras y canales. En las 67 páginas del extenso escrito se explicitan las sugerencias sanitarias puntuales para cada área de la realización televisiva y cinematográfica, incluyendo la producción de ficción. Bajo el título de “Guía de recomendaciones y buenas prácticas para una reincorporación gradual y responsable al trabajo”, el paper asesora sobre dinámicas correctas de trabajo y hasta explica cuáles son los mecanismos de higiene y sanitización adecuados.
“Las medidas establecidas en el presente documento se elaboraron a partir de la información disponible en materia de COVID-19, conforme lo establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el Ministerio de Salud de la Nación y la Superintendencia de Riesgos del Trabajo dependiente del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación”, se especifica en el inicio del informe elaborado a partir del intercambio de casi todos los actores de la industria, entre los que se cuentan la Asociación Argentina de Actores (AAA), Asociación General de Productores (ASOPROD), Asociación de Telerradiodifusoras Argentinas (ATA), Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica (CAIC), Cámara Argentina de Productoras Independientes de Televisión (Capit), Directores Argentinos Cinematográficos (DAC), Sindicato Argentino de Televisión Servicios Audiovisuales Interactivos y de Datos (Satsaid), Sindicato de la Industria Cinematográfica Argentina Animación Publicidad y Medios Audiovisuales (SICA APMA), Sindicato Único de Trabajadores del Espectáculo Público (Sutep).
De todos modos, no todas las partes están conformes con lo establecido en el documento: “Cuando comenzamos a hablar con los canales de aire, todos estaban preocupados, pero no conseguimos a nivel de ATA y de Capit establecer un acuerdo. Debíamos determinar la manera para que no se detuviera el funcionamiento, dado que la población tenía que seguir informada y, por la misma razón, los medios de comunicación fueron declarados esenciales, pero eso no implicaba descuidar la cuestión sanitaria, sino todo lo contrario. Había que establecer regulaciones para que no pase lo que viene pasando”, sostiene Gustavo Bellingeri, secretario gremial de Satsaid. En la otra punta de la mesa, Eduardo Bagnato, director ejecutivo de Capit, sostiene que “el protocolo es una hipótesis de mínima, porque muchas de las productoras y canales que tienen intervención de accionistas del exterior, como Telefe o Mediapro, implementaron medidas aún más estrictas”.
En cuanto a las disidencias a las que se refería el Bellingeri, Bagnato sostiene que “algunas diferencias surgieron con la Asociación Argentina de Actores, debido a que se propuso que se utilizara una especie de traje de buzo transparente debajo de la ropa, algo que no se hizo en casi ningún lugar del mundo y es medio inexplicable. Con Satsaid tuvimos alguna diferencia con algo que se quería implementar en los controles de los estudios y que no había tiempo de hacer, así que se llegó a un acuerdo sin ningún problema, dado que se encontraron alternativas gracias al ingenio de los productores y técnicos que querían trabajar. Finalmente, se generaron dos protocolos, el primero estuvo vinculado a la producción de piso y el segundo, que tomó más tiempo, tiene que ver con la ficción”.
Más allá de lo acordado y rubricado en un documento, la doctora Cahn es clara en torno a lo que se percibe a través de la pantalla: “El uso del barbijo duró dos días, se prioriza lo estético o la calidad de sonido por sobre los cuidados. Si bien, en muchos programas se adaptaron a la situación de pandemia apelando a la distancia entre personas, disminuyendo el número de invitados, haciendo testeos y ventilando los estudios, en otros ciclos pareciera que estamos en la pospandemia”. En igual sintonía, Bellingeri sostiene que “los medios tienen obligaciones éticas como comunicadores. Necesitamos que los medios estén apoyando y entendiendo que la gente que está cansada, pero que no hay que alentar el relajamiento sino los cuidados”.
En el aire
Más allá de la implementación concreta, la aplicación de protocolos se percibe diferente según el canal. En la TV Pública todos los profesionales que se sitúan delante de cámara lo hacen con el barbijo colocado, se respeta la distancia social y el número de personas que se ve en pantalla es reducido. Esta imagen se contrapone con lo que se observa, por ejemplo, en algunos certámenes gastronómicos donde el uso del tapabocas en los concursantes es a discreción, sin un criterio riguroso aparente, y no se nota el distanciamiento sanitario requerido.
En elnueve, algunos de los conductores iniciaban su participación con barbijo puesto y se lo quitaban al comenzar a hablar o, en el mejor de los casos, lo mantenían colocado durante el programa tal el caso de Teté Coustarot y Boy Olmi. En este canal, en general, las entrevistas se hacen a través de videoconferencias. En Telefe, programas como PH, podemos hablar modificaron su escenografía y la mesa en la que se sientan los invitados se convirtió en un rompecabezas con sus partes separadas que garantiza la distancia entre los comensales, lo mismo sucede cuando permanecen de pie. En cambio, en Debo decir, emitido por América, se observa a los invitados compartiendo con poco margen de distancia la barra donde Luis Novaresio los recibe. En los programas de Mirtha Legrand, conducidos por Juana Viale, se respeta la distancia en la mesa, pero se rompe cuando se desplazan hacia la cocina.
Los Mammones, en cambio, es un muy buen ejemplo de implementación de protocolos sin alterar la artística del ciclo, acaso porque se trata de un programa que nació en tiempos pandémicos. En este espacio de América, panelistas, coro, invitados y conductor se ubican a una distancia que excede los dos metros mínimos. Para los formatos de entretenimientos se torna complejo el cumplimiento de los protocolos sanitarios, sobre todo, en lo que respecta al distanciamiento aconsejado para evitar contactos riesgosos, debido a la idiosincrasia de los formatos.
En muchos programas es habitual observar una implementación parcial de protocolos. En Es por ahí, el ciclo de los mediodías de América, en la emisión de hoy se vio cómo utilizaba barbijo el asistente de cocina, pero no así los conductores Guillermo Andino y Soledad Fandiño ni la chef Chantal Abad, que compartían el mismo espacio.
“Nos costó el tema de las normas de higiene en los canales abiertos, donde es más difícil el cumplimiento y no por parte de los trabajadores -afirma el directivo de Satsaid-. Hay que ser consecuente, la TV debería predicar con el ejemplo, al igual que los políticos, porque las imágenes hablan por sí solas. Acá no importa la grieta: lo que está mal, está mal, lo haga quien lo haga”, reflexiona la doctora Cahn.
El martes 18 y luego de las críticas recibidas en el estreno de ShowMatch, Marcelo Tinelli explicó que utilizaban los controles correspondientes: “Nosotros nos regimos por las autoridades sanitarias, que son las que saben, y respetamos a rajatabla todos los protocolos. Lo que vieron ayer fueron muchos bailes pregrabados; nunca hubo 200 personas juntas”, sostuvo el animador. Más allá del programa de Marcelo Tinelli, en buena parte de la programación televisiva, lo que se observa en pantalla son cuidados dispares, muy poco homogéneos.
Testeos
Es habitual que los conductores justifiquen en los testeos previos la laxitud de determinadas herramientas de prevención sanitaria. Esta medida, valiosa e ineludible, no reemplaza a otras que deben aplicarse en simultáneo. Por otra parte, no todos los testeos conllevan la misma rigurosidad. “Los que dan un resultado rápido son los tests de antígenos, que tienen una sensibilidad diagnóstica menor que la PCR, sobre todo cuando se hacen en asintomáticos. Un negativo puede ser un falso negativo o dar negativo y al otro día ser positivo. Desde ya, siempre es mejor tener un hisopado negativo a no tenerlo, dado que si el resultado es positivo se aísla rápidamente a la persona y no se la deja entrar al estudio. No está mal que se hagan esos hisopados, pero los testeos de rutina tienen que ser un elemento más dentro de toda una serie de medidas de prevención”, aclara Cahn.
En los canales, se suele apelar al test de antígenos a través de un hisopado nasal o nasofaríngeo: tiene un resultado positivo o negativo a los quince minutos de realizado. Sin embargo, “la PCR, que se hace por hisopado o muestra de saliva otorga un mejor diagnóstico, aunque su resultado se obtiene a partir de las cuatro horas de llevado a cabo”, explica la médica infectóloga.
Las medidas implementadas por los canales
En todos los canales se instaló cartelería informativa, se hacen controles de temperatura en los ingresos, todo el personal (artístico, técnico, administrativo y gerencial) transita los edificios con tapabocas colocado, se colocaron dispositivos con alcohol en gel a disposición y buena parte de la planta realiza tareas remotas. El nudo del problema pareciera estar en la producción artística, más que en lo que sucede detrás de cámaras, donde los técnicos mantienen distanciamiento (cuando esto es posible) y usan tapaboca permanentemente.
En América, cuando se le toma la temperatura a toda persona que ingresa al edificio, se registra la información en una base de datos. Además, durante varios meses, en el ingreso de la calle Fitz Roy se instaló una cabina sanitizante. El plantel artístico no comparte el maquillaje y los invitados deben venir con su vestuario, peinado y maquillaje listo. Para que en los controles de cada estudio no hubiese demasiada gente reunida en pocos metros cuadrados, los responsables de videograph fueron emplazados en otros espacios y los directores de cámaras están separados de los productores ejecutivos por una mampara.
ViacomCBS, compañía a cargo de Telefe, a través de una comunicación escrita detalla que “los talentos se manejan en burbujas independientes, por lo que poseen servicios y facilities independientes del resto de los empleados. Además, según la situación, tienen refuerzos en los testeos. Se hace una selección y seguimiento estricto de cada una de las personas involucradas en los proyectos según su edad y estado de salud, a través de una aplicación propia. Esta aplicación es controlada tanto en los accesos del canal como por el Centro de Operaciones de Seguridad, encargado de monitorear la situación de salud y seguridad de nuestros empleados las 24 horas del día. El 100% de las personas que ingresan a las instalaciones de la compañía para cualquier tipo de actividad son testeadas semanalmente. Cada proyecto posee su propio plan de testeos, según su nivel de riesgo y en algunos casos los testeos pueden aumentar hasta llegar a realizarse diariamente”.
En el área de noticias de Telefe, los planteles fueron separados y los conductores se comunican con la producción de manera remota. Los periodistas Cristina Pérez y Rodolfo Barili, responsables de la edición del prime time de Telefe Noticias, comparten una burbuja sanitaria, realizan la tarea previa al aire en una oficina común a la que nadie tiene acceso y su vínculo con sus compañeros se da por videollamada, teleconferencia o chat, aún cuando estén en espacios contiguos.
Según informó Artear, empresa responsable de eltrece, los protocolos no son estáticos y se van amoldando a las diversas situaciones que presenta la situación pandémica. Uno de los focos en los que se centró la compañía fue en la comunicación educativa impartida hacia su personal sobre las características del virus, sus formas de contagio, los métodos de prevención y cómo accionar ante la sospecha propia o la posibilidad de un caso cercano. Además, Artear emitió un comunicado en el cual informaba a sus empleados la disponibilidad de un tapaboca por día y, además, a quienes realizan tareas en exteriores, un anteojo protector. Tanto en elnueve, NET TV, como en la TVP se implementaron controles en los ingresos, se licenció a personal de riesgo y el uso del tapaboca es obligatorio.
Donde residiría el mayor escollo es en el trabajo frente a cámaras. En ese sentido, el documento emitido por el Ministerio de Cultura es taxativo: “Para el rodaje o grabación se mantendrá la mínima dotación posible en el set, canal o locación durante la puesta y el rodaje de las escena o emisión o grabación de los programas. No se permitirá el acceso a los estudios, canales y locaciones de exteriores a personas ajenas a la grabación o programa en emisión. Se evitarán las aglomeraciones de personas y se mantendrá de forma estricta la distancia de seguridad entre personas de 2 metros. Para las producciones en exteriores se deberá señalizar la zona de grabación para garantizar que únicamente acceda el personal permitido”. En el mismo documento, se sugiere desinfectar con sustancias aprobadas por la Anmat cualquier tipo de elemento que deba ser tocado por los trabajadores.
“Las empresas tratan de armar un ´como si´ y eso nos preocupa, porque nosotros ya les hemos explicado que están equivocados. Si no se toman los cuidados, los canales salen de la operación a la fuerza. Hemos tenido casos muy graves. Incluso tomando medidas hay contagios porque la gente se contagia en sus casas. Hay que ser muy cuidadosos. Aceptamos la esencialidad, pero exigimos que se cuide a la gente dado que tenemos varios fallecidos. Si no se hace, la propia operación corre riesgo. Todos estamos cansados de los cuidados, pero no tenemos ninguna duda que nos tenemos que seguir cuidando, no hay ninguna opción”, finaliza Bellingeri, en nombre de Satsaid. Para la doctora Cahn “no se puede generalizar debido a que hay diferentes programas y distintos protocolos. En líneas generales, la TV apela a los testeos de rutina, pero el uso del barbijo en televisión duró dos días, luego del fallecimiento de Mauro Viale, y, después, todo volvió a la normalidad”.
Con respecto a las críticas recibidas por lo que ofrecen los canales, Eduardo Bagnato, titular de Capit, que engloba a las productoras audiovisuales, reconoce que “evidentemente hay cosas que movilizan a la gente, como también movilizan las manifestaciones de un lado y del otro, y se puede hacer una lista gigante de sucesos desafortunados que no contribuyeron en el pedido de esfuerzo social que se pide. Los canales y productoras pusieron todos los elementos de seguridad, algo que estaba previsto en los protocolos. Capit, por su parte, no interviene con lo que hace el socio, nuestra actividad no es de contralor. Los trabajadores quieren trabajar y cuidarse. A grandes rasgos, puedo decir que un medio es una vidriera, pero no necesariamente lo que tiene que hacer la sociedad”, finaliza el directivo.
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