Primer balance de la TV abierta de 2019: inestable como el clima veraniego
En la devaluada televisión abierta de la Argentina , 2019 arrancó mirándose en el espejo del clima. No hay términos medios entre un fresco atípico para la época estival y algunas oleadas del calor habitual de la estación que nunca termina de afirmarse del todo. El pronóstico es incierto, las previsiones siempre están marcadas por la inestabilidad, el termómetro muestra cifras demasiado oscilantes y quienes anticipan lo que ocurrirá en los próximos días no suelen entregar información confiable.
Todo este cuadro obliga a sus protagonistas a reforzar las estrategias cautelosas que vienen caracterizando los últimos tiempos, a la espera de vientos más promisorios y algunos signos de previsibilidad en la atmósfera. Las apuestas fuertes sólo se vislumbran para más adelante, cuando todos imaginan que se estabilizará el ambiente. Enero siempre fue un mes refractario al riesgo. Conservadora por naturaleza, por instinto y por costumbre, la TV abierta se ahorra esfuerzos y guarda casi todas sus cartas. Mucho más cuando trata de asomar la cabeza después de un 2018 decepcionante.
Los triunfos siempre son módicos, como lo indican números de rating que con muchísimo esfuerzo arañan o superan levemente cifras de dos dígitos. Con estímulos tan fuertes como los que vienen desde el streaming (en alza) y la TV paga (estable o en baja), el encendido de la TV abierta ahora se sostiene en un puñado muy escaso de nombres y títulos que ya no despiertan la atención de otros tiempos en el seguimiento de las curvas del rating.
En el comienzo del año, un primer balance provisional insinúa que el éxito aparece determinado por lo que responde a una genuina identidad televisiva de género. Siempre con magras mediciones de audiencia en comparación con el pasado, por ahora ganan los entretenimientos con premios y las telenovelas. A diferencia de otros momentos del año, los larguísimos noticieros y espacios informativos aparecen lejos de los números más rendidores y el deporte brilla por su ausencia: la única cobertura en tiempo real que se hizo en ese aspecto desde que arrancó 2019 es la del campeonato mundial de handball masculino a través de la TV Pública. Si hasta el fútbol veraniego comenzó este año a funcionar bajo el restrictivo ordenamiento de las transmisiones codificadas, que por definición limitan fuertemente su alcance.
No debería sorprender a nadie que Minuto para ganar consiga sin esfuerzo luego de su primera semana el liderazgo cotidiano de la audiencia en la TV abierta. Es además el único ciclo que registra hasta ahora números de rating propios de una temporada alta. Llegó a un promedio de 14,5 el martes 15. Este programa muy bien producido por Telefe es un cheque al portador extrañamente poco aprovechado. No estaba en pantalla desde abril de 2013, después de tres exitosas temporadas iniciadas en 2011. Nadie explicó en ese momento por qué fue levantado y nadie se explica todavía por qué volvió ahora y no antes.
A Minuto para ganar le alcanza con su secuencia de entretenimientos (sencillas destrezas visualmente muy atractivas y que pueden replicarse sin esfuerzo en el hogar), una recompensa atractiva y la habilidad de Marley para interactuar con los competidores y sus familiares para sacar una cómoda ventaja. De paso, le infligió a Eltrece una primera derrota de mucho valor estratégico en ese mismo terreno, porque casi siempre dobla los números de audiencia de Otra noche familiar, el programa de Guido Kaczka que cambia todo el tiempo de nombre, pero insiste siempre en la misma fórmula.
Detrás de Marley y sus juegos con pelotitas de plástico, botellas y huevos duros aparece un pequeño batallón de telenovelas distribuidas en el tablero con perfiles ya conocidos. En el centro asoma la cabeza una ficción nacional (Campanas en la noche, que rápidamente dejó atrás sus pretensiones de thriller para afirmar su carácter de culebrón puro y duro) y a su alrededor revolotean varias producciones extranjeras, en su mayoría llegadas desde Estambul.
Esta segunda avanzada local de la prolífica producción turca tiene una característica llamativa. Son estrenos tardíos, que llegan a la Argentina mucho después de haber concluido sus respectivas aventuras en el país de origen. Las que acaba de lanzar Telefe en su franja vespertina casi 100 % turca son Una parte de mí (2014) y Huérfanas (2015). El círculo, que va de 17 a 20 de lunes a viernes, lo completa la interminable Elif, cuyos 840 episodios arrancaron también en 2014.
Un poco más cerca se hizo en Turquía la producción de Amores cruzados (2016), que Eltrece instaló en un horario marginal (casi siempre después de las 23). Los previsibles números bajos de rating alentaron a fines de la semana pasada rumores sobre un posible levantamiento prematuro, pero entre un rebote hacia arriba registrado el viernes (algo más de 6 puntos) y el reclamo que hicieron muchos entusiastas seguidores se abrió al parecer una ventana de continuidad. Pero la incertidumbre se mantiene hacia el futuro.
En cambio, Telefe registra satisfactorias cifras de sus estrenos turcos para la tarde y lo mismo sucede con la otra ficción extranjera incluida desde la semana pasada en la programación de su horario central. La novela brasileña de Rede Globo Verdades secretas, que también fue producida y estrenada originalmente en 2015, siempre aparece entre los cinco programas más vistos del día en la TV de aire, de lunes a viernes. Con esto pasó al olvido la reposición del extravagante reality judicial Caso cerrado, que desapareció del aire de Telefe en su horario central con la misma rapidez que se aplicó para su llegada a fines de 2018. Nadie lo extrañará.
Un común denominador une a los dos estrenos fuertes de producción local de este año en la TV de aire. Tanto Campanas en la noche como Corte y confección (eltrece) consiguen de a poco estabilidad de rating en sus respectivos horarios (horario central el primero, franja vespertina el segundo). Producido por Marcelo Tinelli, esta competencia en clave de reality show que quiere consagrar a un nuevo diseñador de moda se afirma de a poco en las tardes de eltrece alrededor de los 7 puntos, sin subir ni bajar demasiado, pero sin poder ingresar al mismo tiempo en el top five de la audiencia.
El resto de los canales quedaron muy lejos en los números y en los ánimos de renovación de sus respectivas programaciones en lo poco que va de 2019. América mantuvo casi toda su habitual programación en vivo, incluyendo un programa de su horario central (Intratables) que anda en busca de un conductor y mantiene en esa función a un reemplazante interino. La única (y muy llamativa) novedad de América es la incorporación en las medianoches, ocupando el horario de Animales sueltos, de la telenovela china de época Nirvana en llamas. Toda una curiosidad. Queda NET, el más nuevo de los canales abiertos, del que casi dejó de hablarse durante el comienzo de 2019 ante la ausencia por vacaciones de sus principales figuras y la escasa repercusión de los lanzamientos más recientes, ficciones y juegos.
Canal 9 persiste en la misma línea. Su programación, integrada en su mayoría por magazines de actualidad ligera, programas dedicados al cotilleo de la farándula y entretenimientos, sigue confiando en la fortaleza de El show del problema, su rendidora propuesta de los mediodías. Y la TV Pública, como es habitual cada verano, vuelca la mayoría de sus esfuerzos al bienvenido seguimiento en tiempo real de los grandes encuentros folclóricos y nativos de la geografía argentina bajo la marca "Festival país", junto a un aperitivo previo aportado, a las 20, por el equipo de Cocineros argentinos. El resto de su estrategia de programación está marcada por el deporte (con refuerzos de producciones llegadas de otra pantalla pública, DeporTV), películas y documentales.
Los fines de semana de la televisión abierta son un páramo de programación en continuado de películas archirrepetidas en las respectivas pantallas de los dos canales líderes. Sólo la reaparición de Mirtha Legrand con sus habituales encuentros alrededor de la mesa desde Mar del Plata en las noches de sábado y los mediodías de domingo sacuden la modorra de una TV abierta que también sigue al clima veraniego en su poca capacidad de reacción.
En números: las primeras cifras de rating que nos dejó enero
- Telefe promedió 6,2 puntos de rating, en lo que va de enero
- Eltrece 5,5 puntos de rating
- América 2,5 puntos de rating
- Canal 9 2,3 puntos de rating
- TV Pública 0,9 puntos de rating
- Canal NET 0,4 puntos de rating
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