Botineras, la ficción que agonizaba y se salvó gracias a una sucesión de muertes y escenas hot
La historia había nacido con buena audiencia, pero como no logró sostenerla se decidió cambiar el rumbo de los personajes y agregarle nuevos condimentos
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Hubo un tiempo en la televisión argentina en el que prime time era una guerra de ficciones en la que los canales líderes ponían todo de sí para cautivar a la audiencia. Telefe y Polka en eltrece producían, por lo menos, dos tiras por año para el horario de las 21 y las 22. En el menú había desde comedias familiares y grandes culebrones hasta producciones con temáticas más adultas para un público ávido de ver a sus actores y actrices en la pantalla chica.
En 2010 Telefe decidió apostar a una ficción en tono de comedia para las 22.30, con un gran elenco que contaba las desventuras de mujeres que estaban en la búsqueda de seducir a un futbolista, las famosas botineras. La tira producida por Underground y Endemol contaba con primeras figuras de la talla de Florencia Peña, Nicolás Cabré, Romina Gaetani, Gonzalo Valenzuela, Damián de Santo e Isabel Macedo.
Escrita por los autores de Lalola y Los exitosos Pells, Alejandro Maci y Esther Feldman, la ficción que comenzó en tono de comedia, debutó en la pantalla de Telefe el 24 de noviembre de 2009 con un rating de 27,3 puntos, picos de 29,2 y un share de audiencia del 45,35%. Y así logró vencer al entonces poderoso ShowMatch de Marcelo Tinelli. La historia giraba alrededor de Cristian Chiqui Flores (Cabré), un reconocido jugador de fútbol, que regresaba a la Argentina para casarse. Los conflictos se iniciaban cuando asesinaban a una figura del fútbol y él era considerado el primer sospechoso del crimen, ya que era su principal rival en el campo de juego.
Laura Posse (Gaetani) , la investigadora de la Policía a cargo del crimen, se infiltraba en el mundo del fútbol haciéndose pasar por una botinera. La agente tenía a la madrina indicada para lograr la transformación perfecta, Giselle (Peña), pionera entre las mujeres que seducían jugadores de fútbol y esposa del manager del Chiqui (De Santo), quien le daba todo los tips para poder encajar en el estereotipo ideal. Y así fue que Posse se sumergía en el universo futbolero con un solo objetivo: descubrir al asesino de esta historia.
Una novela no es novela si no tiene una historia de amor y si esa relación no tiene algún tipo de complicación. Y así fue que la agente Posse terminaba seducida por el Chiqui Flores, que se encontraba en un triángulo entre ella y su futura esposa (Macedo). Pero a medida que iban pasando los primeros capítulos, el mundo del fútbol y sus botineras no lograba atrapar a la audiencia y la ficción pasó de los picos de 30 puntos iniciales a instalarse en los 16, y quedar segunda en la franja, detrás de ShowMatch. Fue a fin de año, cuando el productor de la tira, Sebastián Ortega y el director de contenidos de aquel entonces, Claudio Villarruel, decidieron darle un brusco giro a la trama para poder mantenerla al aire.
La primera decisión fue cambiar los autores y en lugar de Maci y Feldman, llegó Guillermo Salmerón, creador de Vidas robadas, entre otros ciclos. El equipo que tomó la tira decidió virar todo hacia el lado del policial con tono adulto y comenzaron los asesinatos e inesperadas muertes, que cambiaron de color a la novela.
Este viraje aumentó los números de rating con una mezcla de escenas de alto voltaje y una trama llena de misterio porque varios de los protagonistas terminaron muertos. Fue el caso de Gisele, el personaje de Florencia Peña, que pasó de ser la “madama” de las botineras, a tener una relación sadomasoquista con Nino y terminó asesinada por un misterioso hombre al que no se le vio la cara, luego de una fuerte escena sexual con Gonzalo Valenzuela. Cuatro de los protagonistas eran los potenciales asesinos y la incógnita revivió a la tira de Telefe.
Otra jugada fuerte fue la de incluir una historia de amor entre dos varones, interpretados por Christian Sancho y Ezequiel Castaño, dentro del mundo del fútbol. La relación sin estereotipos del Flaco Rivero y Lalo fue otro de los aciertos de la novela porque lo que poca gente sabe es que el personaje de Sancho iba a tener una relación con el peluquero de la historia, interpretado por Diego Reinhold, pero esas escenas nunca se vieron al aire.
La muerte del personaje de Graciela Pal y la incorporación de Laura Novoa, en la piel de Sofía, sobrina de Mirta, buscando vengar la muerte de su tía, fue otro de los ganchos que siguió subiendo los números de rating, de una tira que muchos le auguraban un anticipado fracaso. La participación de Nicole Neumann , en aquel entonces esposa de Fabián Cubero, y los cameos de Guillermo Coppola, Marcelo Polino y Luis Ventura, entre otros, le dieron el aire que necesitaba.
A diferencia de otras ficciones en el que los giros vertiginosos terminaron enterrándolas, Botineras logró llegar a buen puerto, gracias a que fue “asesinando” a parte de su elenco, a que optó por mostrar el lado más oscuro de los barrabravas y los empresarios del fútbol y a que sumó a este explosivo combo varias escenas muy subidas de tono. El final de esta producción llegó con un capítulo doble, a mediados de año, que obtuvo picos de 29,1 puntos de rating y lideró esa jornada, seguido por Malparida.
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