Planeta Marley: el conductor viaja por el mundo con las valijas cargadas de rating
Hace dos décadas que Alejandro Wiebe, conocido por todo el mundo como Marley , suma sellos de Migraciones en el pasaporte y acumula millas sin cesar en viajes por el mundo, con las cámaras de TV siempre a su lado.
Casi sin moverse de su lugar de privilegio en la televisión abierta, más allá de alguna fugaz incursión en el cable de la mano de la divulgación científica, el simpático Marley (seguramente el conductor más llano y gracioso que tiene el medio local) marca el pulso de un tipo de programa que hasta los años 90 no existía con las características actuales.
Hoy está en condiciones de ratificar no solo su vigencia como conductor, sino también la del modelo de programa que lo identifica. Al mismo tiempo, para sorpresa de unos cuantos, consigue desde su estilo mundano y transparente ganar con claridad la batalla del rating en la noche del domingo, una franja horaria decisiva en la pelea por la audiencia que libran los canales de aire líderes.
Este año, la nueva temporada de Por el mundo no tiene problemas en ganarle cada semana a Periodismo para todos, y con bastante holgura. Sobre todo en los últimos domingos, marcados por la fiebre mundialista. Aunque la convocatoria máxima del fútbol planetario no es la única explicación de este fenómeno.
Hay otra razón que explica el éxito redivivo del Marley viajero y es su adaptación a un nuevo modelo de programa de viajes entendido como desprendimiento del reality show. Jorge Lanata seguramente no se equivocaba cuando cuestionó antes de iniciarse la competencia mano a mano entre la nueva temporada de su ciclo periodístico de Eltrece y Por el Mundoel lugar que iba a darle Marley a su hijo recién nacido.
En el primer programa de su ciclo 2018, Lanata hizo su ingreso en el estudio acompañado de un actor enano vestido como un bebé, al que llamó Carlitos. "Me va a acompañar a partir de hoy a viajar por el mundo", comentó con sorna y una poco feliz pretensión humorística. Desde Telefe, Marley no se dio por aludido y lanzó la nueva etapa modelo reality de su largo derrotero de travesías televisadas. Y le fue mucho mejor que a su competidor, a quien probablemente muchos televidentes decidieron darle la espalda por lo que seguramente evalúan como una falta de sensibilidad.
Sabemos desde siempre que la receta de aprovechar a los menores en las experiencias de "televisión realidad" no son a priori las más aconsejables. Siempre existe en estos casos la tentación de explotar ese recurso a partir de un efecto tan expuesto a la manipulación emocional como el sentimentalismo. Pero en el caso de Mirko, la empatía con el público fue inmediata. Marley volvió a utilizar a su favor (y a la perfección) su imagen de siempre, la del conductor siempre dispuesto a reírse de sí mismo a partir de sus ya famosas torpezas, enriqueciendo esa imagen de naturalidad con la ternura de quien aspira a mostrarle al mundo que toda la vida soñó con ser padre.
Llegado al mundo en octubre pasado a través de la subrogación de vientre, Mirko se convirtió en el protagonista involuntario del primer reality show de la Argentina en el que un famoso aprende ante las cámaras a convertirse en padre. Una variante por lo visto exitosa de un nuevo tipo de programa de viajes que vemos todo el tiempo en el cable, protagonizado por personas comunes y corrientes (o con alguna característica especial) que recorren el mundo con una misión precisa bajo el brazo. La de Marley, por lo visto hasta aquí, es dejar constancia de su vocación paterna. La deja en evidencia a cada paso (el bautismo, la aparición del primer diente, algún balbuceo inicial de la voz) a partir de un cuidadoso tratamiento televisivo. Esa puesta en escena, además, se convierte en pura ganancia para el canal porque cada paso tiene su correspondiente respaldo publicitario, a veces ad hoc (hay PNT, por ejemplo, de marcas de cochecitos de bebé). Entre el cúmulo de avisos instalados dentro del programa y las profusas tandas (repartidas al comienzo y al final de cada emisión), el éxito comercial es el perfecto acompañamiento para las triunfales mediciones de audiencia del ciclo. Y como si todo esto fuese poco, el fenómeno se multiplica todavía más en las redes sociales.
Desde su aparición en 2003 con cuatro temporadas consecutivas y una larguísima pausa hasta el regreso en 2017, Por el mundo no había logrado la repercusión actual, sobre todo gracias al segmento ligado a Rusia 2018 llamado Por el mundo Mundial. En medio de la fiesta del fútbol, Marley encontró un nuevo espacio de aprovechamiento integral de sus viajes en este caso gracias al notable feeling cómico que consigue junto a Lizy Tagliani .
Ese tándem consigue momentos muy divertidos de humor espontáneo en sus andanzas de madrugada por las calles desiertas de Moscú o de San Petersburgo, impuestas por la emisión en vivo (hay seis horas de diferencia). Y también saca provecho de la inteligente elección de sus compañeros de viaje: Natalia Oreiro (protagonista de un extraordinario momento en Moscú que dejó a la vista su popularidad y su talento como guía turística), Susana Giménez (con quien compartió la desazón del empate con Islandia en las tribunas del estadio Luzhniki) y el ocurrente Roberto Moldavsky.
Por el mundo deja Rusia y sigue a partir del próximo domingo en París. La mudanza es geográfica y horaria, porque el ciclo ahora se verá desde las 22, en competencia mano a mano ahora todo el tiempo con PPT. Todo está armado para que Marley y Mirko, por un lado, y Telefe, por el otro, saquen el máximo provecho del modelo de la TV viajera, que en su renovada etapa le sigue regalando a su conductor la misma ventaja de antes: millas y más millas acumuladas en su cuenta. Ahora por partida doble.
La batalla del rating
POR EL MUNDO
- 14,2 puntos. El último domingo, Marley recorrió San Petersburgo.
- 13,9 puntos. El 17 de este mes, el festejo del primer día del padre de Marley y la presencia de Susana Giménez inclinaron la balanza a su favor.
- 14,9 puntos. Marley, Mirko y Lizy Tagliani se impusieron en el duelo incluso antes del comienzo del Mundial.
PPT
- 8,8 puntos. Lanata se apoyó en el humor, con un largo segmento del sketch "House of Grieta"
- 9,2 puntos. El ciclo político tuvo una entrevista con el presidente Mauricio Macri, pero no le alcanzó.
- 8,6 puntos. El periodista dedicó su emisión al debate por la legalización del aborto, días antes de la votación.
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