Paola Barrientos: "Me siento afortunada de tener trabajo, algo que es un lujo en estos tiempos"
Dice que tiene "una mirada poco amiga" consigo misma que la hace evitar, tanto como sea posible, verse actuando. "Soy más de espiarme", asegura Paola Barrientos . Por eso es muy posible que no se siente frente al televisor cuando se ponga al aire "La caldera", el episodio del ciclo de unitarios Otros pecados que produjo Pol-ka para El Trece, TNT y Cablevisión FLOW .
Su pecado es el rencor, un sentimiento que reconoce pero trata de no transitar. "En este caso, mi personaje es el señalado, pero los pecadores son varios. Todos se llevan una parte de la responsabilidad, como en la vida real", bromea en defensa de su personaje, una mujer que, tentada por el destino, se enfrenta con su pasado y decide tomar venganza. "Afortunadamente yo tengo las herramientas para sobreponerme, para no transformar el rencor en algo que pueda arruinarme la vida o arruinarle la vida a otros; pero no es ese el caso de este personaje", aclara, jugando con el misterio.
Con libros de Mariano Pensotti, Mariano Tenconi, Patricio Vega, Carolina Aguirre, Leandro Calderone y Alejandro Ocón, y dirección de Daniel Barone y Jorge Nisco, Otros pecados reúne grandes nombres en su elenco, que van de Leonardo Sbaraglia y Erica Rivas a Marcela Kloosterboer y Gonzalo Heredia. Y entre esas figuras se destaca también Barrientos, una actriz que hizo un meteórico ascenso del teatro off al mainstream televisivo, de la mano de logrados papeles en tiras como Graduados o Viudas e Hijos del Rock & Roll.
"La popularidad me agarró de grandecita", indica. "Y el éxito es todo un tema, porque hay algo que se transforma en la realidad, más allá de cómo uno lo transite. En la calle, la gente te reconoce, te comenta cosas de tu personaje. Me pasó con Graduados, y la devolución que obtenía por parte del público era la contracara de la tensión que me generaba estar en ese lugar de tanta exposición que, en mi caso, no fue algo que yo deseara o buscara como objetivo, sino que simplemente sucedió", afirma.
El éxito es todo un tema, porque hay algo que se transforma en la realidad, más allá de cómo uno lo transite
En el nuevo unitario, la actriz se anima a salir un poco de su perfil relacionado con la comedia en un papel de tono más dramático y con aspectos que se acercan a lo patológico. Pero mucho no quiere adelantar. Barrientos explica que, pese a que en algún momento se sintió algo abrumada, pudo surfear el tema de la popularidad y tomarlo como algo circunstancial, y no quedarse esperando que esa atención se prolongue a lo largo del tiempo. "Me siento reconocida en mi laburo, en el mejor de los sentidos", dice con humildad.
Con más olfato que estrategia, Barrientos fue eligiendo los pasos a seguir. Puso un pie en el cine –con roles en películas como Ciencias naturales, Papeles en el viento o El peso de la ley, la opera prima de Fernán Mirás– y volvió al teatro, su refugio, una y otra vez. En 2016 tuvo una participación especial en Educando a Nina, y este año apareció en la segunda temporada de El jardín de bronce, una serie que se emparenta con Otros pecados en cuanto al abordaje, más cercano al propio del cine que al vertiginoso ritmo de grabación de una tira diaria.
"En ambos casos hubo más tiempo para trabajar y elaborar las escenas. También hay un laburo mucho más fuerte en lo referido a producción, al cuidado de la fotografía, las locaciones, los decorados, el vestuario.... Es toda una maquinaria montada que pone en valor el trabajo del actor", indica. "Me siento afortunada de tener trabajo, algo que es un lujo en estos tiempos. Y doblemente afortunada de que sea laburo del bueno. La del entretenimiento es una industria sin chimenea, pero como toda industria, está atravesando por momentos muy difíciles".
–En teatro, estás protagonizando desde hace cuatro años Tarascones, junto a Alejandra Flechner, Eugenia Guerty y Marcela Guerty, con dirección de Ciro Zorzoli. ¿De qué modo les ha impactado la crisis?
–En teatro cuesta más, porque lo primero que atinás a recortar es el dinero que destinás a esos espacios de distensión. Me pasa a mí personalmente, hay ciertos lugares que ya no visito con la asiduidad con la que lo hacía antes, no llevo a mis niños al cine o al teatro como acostumbraba a hacerlo. El año pasado decidimos funcionar como una cooperativa y nos fue muy bien; este año hay que sostenerla. Lo que nunca hay que perder de vista es que estás laburando para un público que tiene la posibilidad de pagar una entrada, pero hay mucha gente que queda afuera. Y esa gente es cada vez más numerosa.
–No dudaste en hacer pública tu afinidad con el proyecto kirchnerista. ¿Tu militancia política te generó muchas situaciones desagradables o incómodas?
–No, para nada. Si me quedé afuera de algo por haberme expuesto políticamente no me enteré, lo cual prefiero.
–El año pasado se mencionó que tu salida de los spots de un banco tenía que ver con una cuestión política, aunque vos misma saliste a desmentirlo.
–Sí, porque mi decisión de terminar tuvo que ver con varias cosas, no con una cuestión política o partidaria, pero sí con una cuestión ideológica. Y yo sentí que había alcanzado un limite con publicitar ciertas cosas, algunas ideas que creo que son muy perjudiciales y que no estaba dispuesta a representar. Desde el banco me consta que no querían que me fuera. Estuvo muy bien, me abrió puertas y me permitió acceder a personajes con mayor continuidad en la televisión. También pude trabajar con un director como Juan Taratuto, que era el encargado de filmar los spots. Fue una muy buena experiencia, pero sentí que había llegado el momento de dejarla atrás.
–¿Qué esperás para el futuro?
–Deseo que tengamos un país un poco más justo, que la gente esté un poco más feliz, que cuando alguien tenga una profesión, el país te de la posibilidad de desarrollarte. Quisiera dejar de pensar que estamos achicándonos y sentir que realmente estamos creciendo todos a la par, sin tantas desigualdades ni diferencias.
El retorno del unitario
El ciclo Otros pecados iba a lanzarse originalmente en 2018, pero finalmente se pospuso su salida al aire para la primera mitad de este año. Así, esta noche, a las 23.15, El Trece estrenará el primero de sus diez episodios autoconcluyentes: "La campaña", protagonizado por Leonardo Sbaraglia y Norman Briski.
El primero de los pecados presentados será la impostura: Juan (Sbaraglia) es un publicista que vive con su familia en un barrio cerrado, donde disfruta plenamente de su buen pasar, de las apariencias y de codearse con otra gente similar a él. Sin embargo, cuando se le presenta la oportunidad laboral de su vida pero algo sale mal y es traicionado por un compañero de trabajo, la furia tomará control de su vida hasta enceguecerlo y hacerle perder la razón.
Otros pecados presentará, cada miércoles, una historia y un elenco diferentes pero conectados por una temática en común: los otros pecados, los nuevos, los no contenidos en la tradición religiosa. "La caldera", el capítulo protagonizado por Barrientos, se pondrá al aire el 1 de mayo.
Los episodios serán emitidos por TNT los jueves a las 22.30, al tiempo que, a partir del estreno, la temporada completa estará disponibles en la plataforma de Cablevisión Flow.
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