Outlander: aliados impensados, en medio del dolor
Hacemos un repaso por lo que nos dejó el capítulo 3 de esta serie; atención, hay spoilers
Uno pensaría que tanto a Claire (Caitriona Balfe) como Jamie (Sam Heughan) los guionistas de Outlander les darían un respiro después de tanto sufrimiento y muerte en sus nuevas vidas por separado., pero no. Y si bien el alivio viene en camino -todos los fans están contando con eso- todavía les falta atravesar algunas situaciones dolorosas más. Recapitulemos, pero antes advertimos a los desprevenidos: ¡hay spoilers más adelante!
La última vez que los vimos, ambos personajes estaban cada uno en cierto tipo de prisión: Claire en un matrimonio sin amor, y Jamie... literalmente yendo a la cárcel. De vuelta en 1950, Claire se encuentra a punto de recibirse de cirujana -como se había anticipado con anterioridad- y con algunas canas asomando en un look à la Jackie Kennedy. Más allá de sus logros profesionales -de los cuales poco y nada podemos apreciar dado el rápido recuento que se ha decidido hacer de su vida en este capítulo- el matrimonio con Frank ya es poco más que una fachada. Si ambos pensaron en algún momento que su vínculo podía reconstituirse, esas ilusiones están bien pasadas y pisadas. De hecho el episodio comienza con Claire enterándose de que su marido ha estado viendo a alguien los últimos meses. Aunque continúan viviendo en la misma casa (duermen en camas separadas) y criando a Brie como una familia feliz a ojos de todos, ambos han acordado ya hace un tiempo no tener una relación sentimental: una suerte de matrimonio abierto, pero con discreción. Algo que es más fácil de decir que hacer y volveremos sobre este punto más adelante.
Mientras tanto, viajamos al pasado para ver a Jamie y su vida en la prisión de Ardsmuir, un lugar mayormente gris y lleno de ratas, donde tienen a los prisioneros hacinados y enfermos. Jamie, reconocido como caudillo y querido por todos, es tratado con especial cuidado por los oficiales del ejército y ha pasado los últimos tres años con grilletes y esposado. A todo esto llega a la prisión un nuevo guardián general, John William Grey, una cara desconocida que luego nos enteramos que es nada más y nada menos que el jovencito al que Jamie le perdonó la vida (luego de engatusarlo para que confiese el paradero de los ejércitos británicos en la previa de la batalla de Culloden). Grey parece más suave que el anterior rector de la prisión y se muestra interesado por Jamie desde el comienzo. El highlight de esta primera parte del capítulo llega cuando vemos a Jamie hablando con alguien en una celda oscura, que luego de un plano general, revelará contener a nuestro querido Murtagh (el entrañable Duncan Lacroix).
De este modo recuperamos algo del viejo Jamie, en parte gracias a la relación con su gran amigo Murtagh, que hace que podamos apreciar de nuevo un poco de esa química. Por otro lado, al aplicar las artes medicinales que la propia Claire le enseñó sobre su moribundo amigo, vuelve a hablar sobre ella. Y luego, al comandar un escape al mejor estilo “Jamie Fraser” durante una cacería de conejos. Pero antes de llegar allí, observamos también cómo se va desarrollando una extraña relación con un aliado poco probable: John Grey (David Berry). Y es que se necesitaba otro “malo” o personaje antagónico en pantalla, sólo que este comandante británico es menos sádico y mucho más sensible que el anterior responsable a cargo, y que el propio Randall. Lo que primero comienza como un pacto para que Jamie traduzca lo que un moribundo que encuentran en el camino tiene para decir sobre el famoso oro estuardiano (y sobre la “dama blanca”), evoluciona en cenas a solas, juegos de ajedrez, y un momento de intimidad que desata lo impensado: un avance por parte de Grey, quien para entonces ya se ha hecho evidente que es homosexual. Como es de esperarse, Fraser, que había bajado la guardia y vuelto a pronunciar el nombre de Claire en voz alta, reacciona con una mirada de ira y una invitación a que retire su mano de la suya o muera.
Así las cosas, Grey se contiene y, finalmente, cuando cierran la prisión deja ir en libertad a Fraser. No porque le deba un favor, ya que su hermano mayor le perdonó la vida a Jamie cuando estaban ejecutando traidores en el campo de Culloden, sino, como dice “porque esa fue por mi familia, y ésta es por mí”. Mientras que es separado de nuevo de su amigo Murtagh (ya recuperado gracias a que los favores de Grey hicieron que lo tratara un médico en la prisión), Jamie, que no puede seguir la suerte de los demás por ser un traidor condenado, debe servir a un nuevo amo. Grey lo libera luego de tres días de caminata en un páramo frente a la propiedad de un tal Lord Dunsany, dueño de Hellwater. Le explica que allí deberá servir, ocultando su nombre y, preferentemente, su procedencia ya que a Dunsany no les gustan los escoceses. Aunque la alarma que dio el moribundo sobre una tal “dama blanca” es falsa, Jamie parece haber recuperado algo más que su libertad: una cierta esperanza en que todavía queda gente honrada y digna que hace lo que el honor manda.
En otro tiempo y otro lugar, Claire y Frank continúan peleando, se habla de divorcio luego de un papelón en el que la amante de Frank aparece justo el día de la graduación de Claire en su casa -habíamos dicho que había un problema de discreción-, pero todo sigue igual. El divorcio queda descartado porque en esa época en caso de divorcio se tendía a favorecer a la madre, y Frank no quiere perder la relación con su hija. Brie sigue creciendo y volviéndose una adorable pelirroja, como sabemos por el primer capítulo de esta temporada.
Como señalaron varios críticos, quizás lo más flojo en términos de narración y continuidad de los personajes es que al tener que comprimir tanta acción y significado en poco tiempo, se pasan por encima hitos mejor representados en el libro, como por ejemplo la carrera de Claire. ¿Cómo llega a convertirse en la gran doctora que nos hacen creer que es?¿Cómo es su relación con la adolescente Brie? ¿Y con sus amigos o colegas? Poco y nada de información nos dan al respecto, aunque el trabajo de fotografía y vestuario sea impecable representando el paso de las décadas, en especial en este episodio. En cambio, con Jamie el paso del tiempo, tanto emocional como psicológicamente, parece estar más logrado. Tampoco sabemos mucho más de Frank, salvo que está saliendo con alguien y que efectivamente ha encontrado la felicidad que Claire nunca le pudo dar, aunque haya hecho lo de la graduación para darle a su esposa un poco de su propia medicina. Pero con eso es suficiente para el #teamfrank.
Así, más años pasan y Brie se recibe, vemos a los padres orgullosos. Tenemos un enfrentamiento final más donde Frank le anuncia a Claire que ahora sí quiere el divorcio (ha conseguido un trabajo en Inglaterra, se va a casar y Brie ya es adolescente). No vuelan ceniceros porque Claire no deja de ser una dama, y ambos no dejan su idiosincrasia británica (hasta para enojarse y discutir), pero casi. La ilusión de la dicha marital ha quedado enterrada tiempo atrás, pero es interesante constatar que Claire no ha logrado avanzar con su vida, más allá de lo profesional desde luego, y que en el fondo resiente que Frank sí lo haya hecho. El mérito es más de las actuaciones de Caitriona Balfe y Tobias Menzies, y su química en pantalla, que del guión. Vemos a Claire pasar de la sorpresa, a los celos, al resentimiento, del miedo a la soledad y finalmente al odio. Luego, gran spoiler, Frank se va de su casa intempestivamente mientras que Claire es llamada al quirófano de urgencia, y lo próximo que sabemos es que Frank tuvo un accidente y murió. Un poco brusco, sin parsimonias. Luego de una breve despedida -como ha sido todo este capítulo del lado de nuestra heroína-, en donde ella le confiesa a un cuerpo tendido sobre la camilla que fue su primer gran amor, el episodio cierra de manera sobria.
Y así comienza una nueva etapa en la vida de estos dos personajes, Jamie como servidumbre, y Claire como viuda, y nosotros nos vamos preparando para el - ¿inminente?- encuentro. Sabemos que es probable que algunos personajes tomen protagonismo con el pasar de los capítulos o sepamos más sobre ellos (Brie), y que otros reaparezcan (Grey, Murtagh), pero por ahora sólo podemos pensar en que mañana será un día mejor para los amantes.
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