Debutó como anfitrión de su propio late night show en las noches de América; solvente y carismático apela a sus talentos y a la complicidad con sus invitados estelares para conseguir ser una interesante propuesta del alicaído prime time
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En general, el género del late night show no ha permeado en el gusto del televidente medio argentino, a pesar que, a lo largo de las últimas tres décadas, no han sido pocos los intentos de los distintos canales por generar interés por este tipo de ciclos. El actor y cantante Fernando Dente, talentoso referente del teatro musical argentino, es la figura elegida de esta temporada para llevar adelante un programa de estas características. Desde el 20 de marzo, en la franja de las 22, América apuesta por Noche al Dente, un late night show dinámico que no se aparta de los tópicos previsibles, pero que ha permitido abrirle a Dente la puerta de la conducción, ese rol por el que sienten debilidad algunos actores argentinos, acaso por la ausencia de una producción de ficción prolífica en la que puedan canalizar su talento.
Es cierto que, nobleza obliga reconocerlo, en algunos mercados internacionales con una industria más sólida, los actores también sienten atracción por experiencias que los aparten de su propio metier. Vale citar los casos emblemáticos de Jimmy Fallon y James Corden.
En el late night show la fórmula es clara. El primer componente es un conductor con personalidad avasallante y una importante cuota de repentismo que le permita monologar sobre la actualidad, atravesar sus comentarios con humor y ser un gran entrevistador. Las figuras invitadas son otro de los puntales del género en el que, generalmente, una banda de música genera climas o acompaña las destrezas vocales de anfitriones y visitantes.
Durante la temporada 2021, Jey Mammon estuvo al frente de Los Mammones (América), acaso el ciclo que mejor ha respondido a la fórmula casi siempre esquiva para las audiencias locales, luego de un paso algo fugaz de Estelita en casa, un envío casi de emergencia, donde el conductor salía al aire desde su casa, como resultado de la pandemia.
La cercanía temporal con Los Mammones genera que Noche al Dente no resulte un formato sorpresivo. Las comparaciones entre Dente y Mammon son inevitables, incluso hasta cierto dispositivo escenográfico y la paleta de colores utilizada recuerdan en parte al programa de Mammon.
Más allá de esos paralelos inevitables -Jotax, la productora de Noche al Dente es la misma que había montado Los Mammones- lo cierto es que Dente se muestra, desde el primer programa, con una soltura sorprendente. Su apropiación del set y su comodidad para transitarlo no es habitual en muchos profesionales de la conducción. Nuestra televisión ha sido usina de talentosos conductores y Dente pareciera ser que, tiempo mediante, se sumará cómodo a esa galería de ilustres.
Si en algunos late night show, la música es una imposición a contrapelo del animador, con Dente sucede todo lo contrario, la idea de subirse a la actualidad o al imaginario del invitado desde las canciones, interpretadas maravillosamente por él, es un puntal nada despreciable de la propuesta.
Da gusto escucharlo interpretar temas de los más diversos géneros, en muchos casos acompañado por sus invitados como sucedió con Sandra Mihanovich o con el mismísimo Marcelo Tinelli, a cargo de la gerencia de programación de la señal, quien pasó informalmente por el set de Noche al Dente y fue captado por el conductor, quien rápido de reflejos lo hizo cantar a dúo “América”, el famoso tema de Nino Bravo. “Es nuestro, es nuestro”, bramó Dente ante la llegada del conductor de “Bailando por un sueño” y luego remató con un sensato: “Hace seis días que estoy acá, pero yo me siento que hace cinco años llegué”. No se iba a perder hacerle la fiestita de bienvenida al ahora pope de la señal.
A la hora de entrevistar, donde aparecería el distanciamiento mayor con su profesión de actor, quien fuera uno de los protagonistas excelsos de piezas como Casi normales y Kinky boots, sabe preguntar y le imprime espontaneidad al cuestionario armado por la producción. Atento a las respuestas de sus invitados, no duda en repreguntar, salirse de la hoja de ruta y reírse con complicidad ante alguna anécdota jugosa. Dente tiene calle o al menos deja percibir que hay un mundo que no le es ajeno.
Cuando estuvo la cocinera Maru Botana, ambos patinaron por el estudio -vieja costumbre de ella- y juntos prepararon una receta. Cuando la China Suárez se sentó a su lado, no se privó de preguntarle por la intimidad del amor con Rusherking (hoy ya su ex) y fue Mihanovich, quien abrió su intimidad para contar su experiencia con Ovnis en Córdoba.
La actriz Gimena Accardi volcó accidentalmente un vaso con gaseosa y él no tuvo mejor idea que también jugar con su propia copa y demostrar así la “obsesión” de la invitada con la limpieza, que terminó con un trapo y un secador limpiando el piso del estudio. Y, por supuesto, ella aceptó el juego. Se percibe el acompañamiento de cerca de José Núñez, uno de los productores más experimentados del medio, quien seguramente moldea el rol de su nueva figura.
Dente trata a su equipo y a las figuras que llegan cada noche con simpatía y cercanía y, algo de lo que saca partido, respeta las trayectorias ajenas. Si alguien anda flojo de autoestima, nada mejor que Dente, quien fuera el ganador de una edición de High School Musical, lo invite a sentarse junto a su escritorio. Amoroso y cercano, con una sonrisa termina haciéndole confesar a sus invitados algo poco conocido. Touché.
En Noche al Dente no hay malos ratos, no se generan escándalos ni se husmea en miserias ajenas, algo común en el medio y en buena parte de la programación de su propio canal.
Si como actor, alguna vez, podría dar la sensación de cierta pedantería, lo cierto es que en este nuevo rol pisa con humildad, pero apoderándose de la oportunidad. Las influencias foráneas son claras. Cuando estudió en los Estados Unidos se devoró lo que hacía Jimmy Kimmel. Los puristas dirán que el late night show, tal como su nombre de nacimiento define, es un espacio de la medianoche y de la primera madrugada, el marco horario en el que nació el formato, teniendo a la televisión de los Estados Unidos como punta de lanza. En la Argentina, el horario es más flexible.
Surgido en 1954, The Tonight Show es el ciclo emblema del género, actualmente conducido por Jimmy Fallon, justamente uno de los referentes de Fernando Dente, según ha declarado él mismo en una reciente entrevista con LA NACION. Johnny Carson, Jay Leno, Conan O´Brien y el icónico David Letterman al frente de su Late night whith… son algunas de las figuras de este género. A lo largo de la historia, la televisión argentina también ha depositado su fe en celebridades como Roberto Pettinato (Duro de domar), Germán Paoloski (No es tan tarde) y Alejandro Fantino (Animales sueltos), entre otros. Aunque algunos de los programas gozaron de audiencia, la rotación de títulos siempre fue alta.
Noche al Dente es un ciclo valioso con el debut de un conductor que puede crecer y mucho. Si como actor del teatro musical se convirtió en una marca, ahora el desafío de Dente es lograr su sello de fábrica, identidad y estilo propios, en su nuevo rol de la animación televisiva. Acaso lo más difícil para una figura del espectáculo.
Para Agendar
Noche al Dente, de lunes a viernes, a las 22, por América.
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