Tras un difícil 2020, la Navidad se adelantó a noviembre en la pantalla
La foto puede estar algo fuera de foco o mal encuadrada, pero el mensaje se entiende. Entre fines de octubre y principios de noviembre –cuando las decoraciones navideñas, los turrones y los panes dulces empiezan a aparecer en los supermercados– las redes se llenan de usuarios espantados por las señales de que otro año se acerca a su final. Nada lo demuestra de manera más contundente que los arbolitos de plástico, las lucecitas intermitentes y las brillantes guirnaldas en tonos rojos y verdes. Siempre prematura y sorpresiva, en 2020 la llegada de la imaginería navideña parece haberse adelantado un poco más que de costumbre y no solo en los supermercados. De hecho, casi en el instante en que se terminó Halloween, el último domingo, Netflix dio por comenzada la temporada navideña al poner a disponibilidad de sus suscriptores unas cuantas películas que anticipan lo que vendrá: fantasías románticas simples pero efectivas, algo nostálgicas y con mucha, pero mucha nieve.
Los telefilms, miniseries y especiales navideños son una tradición de la TV norteamericana y europea que ahora gracias a los servicios de streaming también llegan a nuestras cada vez más calurosas costas. El antídoto contra la angustia del paso del tiempo y un entretenimiento ideal para ver con todo el agotamiento del año sobre los hombros. Sin exigir demasiado esfuerzo intelectual de parte del espectador y con la promesa de un final feliz asegurado, en 2020 las historias navideñas llegaron más temprano que nunca, tal vez porque su mensaje de unión y celebración nunca fue más necesario ante la realidad de la pandemia de coronavirus.
De hecho el canal Hallmark, especialista de la TV norteamericana en el rubro, anunció hace unos meses que la pandemia no iba a cambiar sus planes de estrenar más de ¡40! telefilms durante la época navideña, un récord que habla de la avidez de los espectadores por este tipo de historia, en su mayoría comedias románticas que rara vez se desvían de la fórmula preestablecida. La catarata de películas y relatos navideños que ya están disponibles y los que se sumarán en las próximas semanas pueden dividirse, en función de cierto necesario orden, en dos grandes categorías: comedias románticas y relatos para toda la familia.
Romances nevados
Si las comedias románticas suelen respetar las reglas del género con bastante consistencia cuando se trata de los films navideños –especialmente los televisivos–, la estructura narrativa se repite sin demasiadas variaciones de uno al otro. Casi todos se construyen alrededor de la idea de los opuestos que se atraen y, en general, los protagonistas tienen un primer encuentro más caótico que romántico. Pero eso es solo el comienzo. Así sucede en Una Navidad a la medida (Netflix), donde un arquitecto adicto al trabajo se choca con una decoradora especializada en fiestas que lo rocía con la nieve falsa con que engalanaba la entrada a su oficina. De ese primer encuentro surge un acuerdo por el cual ella lo ayudará a ambientar su casa ante la sorpresiva llegada de su familia. Y la idea de los opuestos también pone en marcha Grounded for Christmas (Flow), film en el que los pilotos y rivales Nina y Brady son obligados a quedarse en tierra por mal tiempo y, con todos los hoteles repletos, no tienen más que pasar unos días en la casa de la familia de ella y hasta fingir ser pareja para confundir al ex novio de Nina. Los malos entendidos se resolverán y los familiares simpáticos empeñados en hacer de Cupido se saldrán con la suya, por supuesto.
Entre las mejores versiones del binomio optimismo versus pesimismo en clave navideña está Dash & Lily, la miniserie que estrenará Netflix el jueves próximo. Basada en una novela para jóvenes adultos y con la producción de Nick Jonas –que se reserva un innecesario cameo–, la ficción de ocho episodios utiliza los mismos ingredientes de muchos de los telefilms navideños pero le agrega a la mezcla una sensibilidad más actual y joven con la que obtiene mejores resultados. El romance epistolar con Nueva York como marco de fondo, la librería The Strand como escenario de encuentro y desencuentros y una pizca de la música de Joni Mitchell son los elementos que demuestran que el optimismo de Lily, una fanática de las fiestas, no es tan impermeable ni el pesimismo de Dash, adolescente en crisis si los hay, es tan resistente como lo parece.
Otro tópico narrativo recurrente en estas películas son los reencuentros con viejos amores y las mejores versiones de uno mismo. En Navidad en Graceland (Amazon Prime Video), Laurel (Kellie Pickler, cantante y participante de American Idol), una mujer de negocios, viaja a Memphis para organizar la adquisición de un banco pero una vez allí se cruza con el exnovio con el que compartía el sueño de dedicarse a la música, una vocación largamente olvidada que resurgirá entre arbolitos y luces de colores.
Algo similar ocurre en La fiesta de Navidad (Netflix). Allí, Heidi (Emily Osment) se reencuentra con su novio de la infancia al que dejó para perseguir su carrera como artista en Nueva York. El regreso la hará replantearse sus prioridades y deseos mientras se da cuenta de que tal vez la vuelta a casa sea también una forma de reencontrarse a sí misma. Casi el mismo recorrido que hace Jen (Tia Mowry) en Navidad en Alaska, una publicista que cuando debe viajar a un remoto paraje para hacerse cargo de la herencia de su tía preferida, esa que le enseñó a pintar tantos años atrás, descubre sus viejos anhelos. Y, como muchas de las heroínas de estas historias, no tiene mucha idea de cómo vestirse para el invierno. Tacos altos, sacos livianos y todas las complicaciones que esos atuendos provocan aportan el costado "cómico" a estas comedias románticas.
Claro que si se trata de volver a la esencia y de recuperar el camino perdido con la época navideña como catalizador ahí está Last Christmas: otra oportunidad para amar (HBO Go), en la que Emilia Clarke interpreta a Kate, una mujer que se reconcilia con su pasado, sus ganas de vivir y de cantar gracias a la presencia de un apuesto y misterioso hombre que está decidido a ayudarla.
En muchas de estas películas se utilizan como punto de partida para el romance los viajes de trabajo en plena época navideña, que por lo general implica el cierre definitivo de un negocio tradicional y la lucha de los locales para mantenerlo a flote. En la francesa Flechazo a primera vista (Netflix), Charlotte es una abogada a la que su jefe le encarga el cierre de una fábrica de juguetes ubicada en la Laponia sueca. La misión aparenta ser relativamente sencilla hasta que conoce a Martial, el apuesto diseñador empeñado en salvar el lugar que le da trabajo y sentido de pertenencia a los coloridos personajes del pueblo. Para sorpresa de nadie, Charlotte y Martial comienzan como enemigos y terminan como enamorados.
Es una trayectoria bastante parecida a la de Erica y Andrew, los personajes centrales de Operación Feliz Navidad (Netflix). Aunque en este caso no haya nieve pero sí el proyecto de cerrar un emprendimiento que produce más pérdidas que ganancias. Se trata de una base militar en Guam, isla donde un guapo piloto hará lo posible por complicar los planes de la bella y ambiciosa funcionaria que ve el proyecto como un paso fundamental para su carrera. La exuberancia de las playas del Pacífico y la simpatía del pueblo hacen que cuando Erica finalmente se suelte el pelo, literalmente, empiece a ver las cosas –y a Andrew– con un poco más de cariño.
Fiestas en familia
Una de las tradiciones de las ficciones navideñas es recurrir más o menos explícitamente al clásico de clásicos: Un cuento de Navidad, de Charles Dickens. Y este año no será la excepción aunque con una vuelta distinta: el musical. Por un lado, en Amazon Prime Video ya está disponible Un cuento de Navidad: el musical en el que Kelsey Grammer interpreta a Ebenezer Scrooge, el amargado comerciante que será visitado por los fantasmas de las navidades pasadas, futuras y presentes para aprender, esta vez con canciones, el significado de la celebración. En esa misma línea aunque con los sonidos del Rythm & Blues está Jingle Jangle: una mágica Navidad, que Netflix estrena el próximo viernes. El film cuenta la historia de Jeronicus Jangle's (Forest Whitaker), un genial inventor que logra su mejor creación pero la pierde cuando su aprendiz se apodera de ella. Con mucho de los musicales de Broadway, las películas animadas de Disney y una pizca de Pixar, el film dirigido al público infantil puede resultar una mezcolanza de ideas pero tiene un diseño de producción prodigioso y un elenco que logra aportarle coherencia a todo el relato.
En la misma línea y a puro rojo, verde y canciones originales, Navidad en la plaza es una adaptación de la obra de teatral cocreada por la legendaria Dolly Parton, que aquí aparece como un ángel que viene a la Tierra para darle una nueva oportunidad a la Scrooge de turno, Regina, interpretada por Christine Baranski (Mamma Mia, The Good Fight). Con mucho del film clásico ¡Qué bello es vivir!, Navidad en la plaza combina la historia de la mujer que desprecia el pueblo en el que nació hasta el punto de de venderlo para que se construya un shopping, con algo de romance del pasado y un trauma que los ángeles cantantes ayudarán a resolver.
Cuando se trata de relatos navideños para el público infantil, el interés de los espectadores suele despertarse utilizando figuras y personajes conocidas por todos. Así, desde el 4 de diciembre, Disney+ tendrá disponible el especial de Navidad Lego Star Wars. El film animado protagonizado por los personajes más queridos y reconocibles de toda la saga creada por George Lucas aunque en versión Lego, contará lo que sucede cuando en el festejo del Día de la vida, un misterioso regalo les permita viajar al pasado para encontrarse con algunos amigos como el maestro Yoda y un joven Luke Skywalker y algunos enemigos como Darth Vader y Greedo.
Nada combina mejor que los Muppets y la navidad. Será por la felpa verde de Kermit o el espíritu siempre festivo que emana de los personajes creados por Jim Henson, lo cierto es que hace décadas que de alguna manera u otra la troupe de muñecos tiene sus especiales festivos. Ya sean los programas que hacían para la TV o su propia versión de Un cuento de Navidad con Michael Caine en el papel de Scrooge, el humor entre absurdo e inocente de los Muppets resulta aun más gracioso con un árbol de navidad cerca. En el caso de It’s a Very Merry Muppet Movie, otra vez se trata de salvar el teatro de Kermit y los suyos, acechados por la malvada Rachel Bitterman (Joan Cusack), decidida a convertirlo en un club nocturno. Con intervención divina y muchas aventuras, no hay duda que los Muppets tendrá su final feliz.
Y porque no puede haber ficciones navideñas sin Santa Claus, el 22 de este mes, Netflix cerrará los festejos estrenando la continuación de Las crónicas de navidad. La producción original de la plataforma de streaming vuelve a tener a Kurt Russell como el intrépido Santa aunque en esta oportunidad la historia le dará espacio y mérito a la señora Claus, interpretada por Goldie Hawn. Una de las parejas más longevas y queridas de Hollywood, Russell y Hawn se divierten junto al elenco infantil con la historia del valiente rescate de la Navidad.
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