Nacho y Julieta de Gran Hermano: entre la culpa de ella frente a su novio y el clic que hizo él ante una dolorosa pérdida
Los participantes, que llegaron a la final junto a Marcos Ginocchio, hablaron con LA NACION sobre su intenso presente y reflexionaron sobre el programa que les cambió la vida
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Si Gran Hermano fuera una sitcom, Nacho Castañares y Julieta Poggio hubieran sido los protagonistas perfectos. En el marco de un reality en el que priman las agresiones, ellos entablaron una relación de amistad que creció a lo largo de los días. De forma individual, ambos fueron muy apoyados por el público y como dúo le brindaron a la casa varios de los momentos más divertidos de las últimas semanas. En diálogo con LA NACIÓN, Nacho y Julieta se refirieron a su paso por el juego y contaron cuáles son los proyectos que sueñan para el futuro.
-Julieta, ¿cuál es el balance de tu paso por Gran Hermano, qué disfrutaste, qué sufriste?
Poggio: -Lo que más disfruté fueron las amistades que hice, los momentos donde me maté de la risa y las actividades que también fueron muy divertidas. Incluso las galas de los miércoles me gustaban. Lo que sufrí y con lo que más luché fue con hacerme la cabeza todo el tiempo por todo y no dejar de pensar en cosas para las que obviamente no tenía respuesta.
-¿Cómo atravesaste esos últimos días en los que se te veía tan angustiada?
Poggio: -Sí, los últimos días fueron duros porque ya era mucho el tiempo que llevábamos ahí y fue difícil cuando volvieron los tres chicos que se habían ido porque no tenía la mejor relación con ellos. Esa semana final yo quería disfrutarla y estar feliz al cien por ciento, pero eso me la bajó un poco. Aunque lo pude superar y disfrutar, todo era un rejunte de emociones porque sabía que se terminaba.
-Nacho, ¿en tu caso qué te gustaba y qué no de estar en el juego?
Castañares: -Lo que más me gustaba eran todos los juegos y las pruebas de líder, eso lo disfruté un montón. Me encantaba estar en el jardín y la pileta, cosas que no estaba acostumbrado a tener. Por otro lado, lo que más me costó durante las primeras semanas fue ver que eliminaran a todas las personas con las que tenía más afinidad. También me costó mucho estar tan alejado de mi familia, sobretodo por lo que me había pasado.
-Imagino que te referís a la muerte de tu mamá, que falleció un tiempo antes de entrar a Gran Hermano. Igual vos fuiste muy reservado al respecto y no utilizaste eso como una herramienta para buscar la empatía del público.
Castañares: -Sí, porque no me parecía que fuera una herramienta. Eso fue algo que lamentablemente me tocó atravesar antes de entrar. Pero incluso previo a saber que iba a estar en Gran Hermano, a los dos días que pasó, mi cabeza hizo un clic y dije: “Bueno, ahora tengo dos opciones, o busco salir adelante y ser feliz y levantar a mi familia o me hundo”. Y realmente por cómo soy y lo que me habían enseñado no podía permitirme hacerme eso ni a mí ni a mi familia. Entonces era algo que ya había pasado y no iba a poder hacer nada para cambiarlo.
-Ustedes hablaron de todo adentro del reality, ¿hubo algo que les quedara por contar y que quizás querían guardarse?
Poggio: -A mí literalmente no me quedó nada por contar, ¡no puedo creer todo lo que ventilé! (risas). Posta que es verdad cuando dicen que se ve todo, te olvidás de las cámaras porque estás viviendo ahí y pensás que estás en un parque con tus amigos.
Castañares: -Yo conté un montón de cosas, lo de mi papá y mi vida privada eran cosas de las que capaz antes no hablaba tanto. Sin embargo, entré a la casa sin quererlo ocultar para que después fuera todo transparente. Antes de ir a Gran Hermano, mi vida era totalmente distinta. Yo me dedicaba a la creación de contenido en TikTok y en Twitch, pero sin la magnitud que veo que tengo ahora. También laburaba en una agencia de autos, pero este fue un cambio enorme, con el que yo soñaba.
-¿Y qué opinás sobre cómo el público se enganchó con tu papá, al que convirtió en un personaje satelital del reality?
Castañares: -Yo re contento porque sé que lo disfruta. Él hace un montón de obras de teatro, de películas y esto se lo ganó. Darle la oportunidad de entrar en la casa fue mérito suyo y estoy recontra contento porque se lo merece.
-Julieta, tu hermana Camila me dijo en una entrevista que tu sueño es bailar en el equipo de Emilia Mernes, ¿te gustaría cumplir ese objetivo?
Poggio: -Sí, para mí ese sigue siendo un sueño, ella es mi ídola. Yo no me quiero quedar solo en ser influencer, yo quiero aprovechar este momento para hacer lo que me gusta y pensar en el futuro. También me gustaría trabajar en la tele, me veo como panelista.
-Durante los últimos días en la casa, ustedes se mostraban muy unidos y surgió un contrapunto muy divertido, ¿cómo ven la evolución en su amistad?
Castañares: -Durante los primeros días no teníamos mucha relación, no nos llevábamos nada, pero de a poquito fuimos hablando algunas cosas y hubo un par de juegos grupales en los que coincidimos. Después cuando se va Lu [La Tora], a través de Cata me empecé a acercar a Romi y a Juli y siempre noté esa buena onda. Juli fue muy linda conmigo y me di cuenta que teníamos un montón de puntos en común que capaz no habíamos visto y así empezamos una relación de amigos que avanzó un montón. A Juli la considero la hermana que nunca tuve porque yo soy hijo único y estos últimos tres meses fue como tener una hermana.
Poggio: -Creo que fue ahí cuando nos unimos porque con la salida de las amigas de Nacho, él se pegó mucho a nosotros y desde ahí nunca nos separamos. Siempre nos cuidamos entre nosotros y las últimas semanas fueron terribles porque ya no sabíamos de qué hablar y yo estaba con algo de angustia, pero aunque a veces me retaba, él siempre estaba ahí para darme un abrazo cuando yo estaba mal.
-Julieta, ¿cómo está la relación con tu novio, hubo necesidad de hablar algo? ¿Te molestó que dijeran que entre vos y Marcos casi hubo un acercamiento?
Poggio: -Con mi novio no hubo nada de qué hablar, solo fue amor. Tuve el reencuentro que esperaba y fue hermoso. Lo de Marcos me molesta porque siento que le faltan el respeto a Lucca. Yo siempre dije que me quise exponer a esto y que estaba dispuesta a todo lo que conllevaba, pero él no y que haya sufrido las consecuencias a mí me hace sentir muy culpable, muy mal. Lo quise cuidar porque es mi amor, es quien siempre estuvo para mí. Yo estoy enamorada.
-Nacho, tu caso es exactamente opuesto porque entraste solo y en la casa comenzaste una relación con Lucila Belén Villar, ¿cómo avanza ese vínculo ahora que ambos están afuera?
Castañares: -Nos vimos, compartimos un montón de momentos afuera de la casa y todo re lindo. La verdad es que ella es una persona hermosa. Me enteré todo lo que hizo por mí y cómo se puso las pilas en mi campaña. Esos son gestos re valiosos que hablan mucho de la persona. Con Lu nos estamos conociendo y estamos muy bien.
-¿Piensan que esta edición, en la que se valoraron las amistades y que terminó con la victoria de Marcos, un jugador sin estrategias, cambió la forma de pensar este reality?
Poggio: -Creo que en realidad lo que cambió es la sociedad. Este Gran Hermano fue muy distinto a los anteriores en muchos aspectos y se valoraron otras cosas. Eso no lo veo solo ahora que estoy en el afuera sino que ya lo sentía desde la casa, viendo quiénes eran los que se iban y eso me decía cómo votaba la gente.
Castañares: -Creo lo mismo, acá hubo algo clave y es que a diferencia de todo lo que había pasado en las últimas ediciones, donde se veía mucha bronca, ahora lo que se trató de ver fue una convivencia sana. Nosotros actuamos como una familia, obvio que con diferencias porque éramos muchos, pero creo que a la gente le gustó por ese lado. Ya no querían ver agresividad o conflicto, que capaz eran cosas que habían pasado en Gran Hermano anteriores.
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