Murió el actor Hugo Asencio, galán televisivo de los años 80
Si se habla de artistas talentosos y de bajo perfil, Hugo Asencio estaba entre ellos. Galán que hacía suspirar a televidentes de los años 70 y 80, y a su vez, poeta consagrado, murió hoy, a los 68 años. Había sido internado de urgencia hace unos días a causa de fuertes dolores de cabeza y molestias musculares. En un principio el hisopado dio negativo, fue mejorando, pero luego se complicó su estado con una neomonía y complicaciones renales. Hoy la colonia artística llora su partida ya que era un tipo de un corazón enorme, solidario y generoso.
Se inició en la televisión en 1968, junto a Germán Kraus en el teleteatro Estrellita, esa pobre campesina. También trabajó en ciclos y ficciones como Viernes de Pacheco, Teatro de Pacheco, La familia Falcón, Los Campanelli, Estación Retiro, Alguien como usted, El teatro de Irma Roy, Cacho de la esquina, Espectaculares de Canal 13, Las 24 horas, La viuda blanca, Dos para una mentira, Brigada Cola, Alguien por quien vivir, Más allá del horizonte, Quiero morir mañana, Déjate querer, Ricos y famosos, Vidas robadas, Amas de casa desesperadas, Por amor a vos, Todos contra Juan y muchos otros programas.
En cine intervino en las películas Embrujo de amor, Mi amigo Luis, Villa Cariño está que arde, No hay que aflojarle a la vida, El profesor patagónico, Grey Wolf.
A su vez, fue un actor muy respetado en el ámbito teatral. A principios de los años 80 se destacó como protagonista de la aplaudida obra vanguardista Proceso interior, idea de Jorge Lozano Soriano, dirigida por Rodolfo Ledo, en la que se planteaba, a través de un conflicto sexual entre dos hombres, el enfrentamiento u oposición que cotidianamente ocurre entre el fin trascendente humano y la hipocresía del medio cultural y social que rodea a los personajes. A su vez, se destacó en El misántropo, Sólo pueden los casados, El visitante nocturno, Mi adorable Tina, Polo y Bebe y Juana la loca, entre muchas otras.
También tuvo un destacado trabajo como escritor en distintas áreas. Fue autor de cientos de poemas y editó el libro A mi generación (Editorial Tahiel). Como guionista trabajó en Más allá del horizonte, La viuda blanca, El infiel, Prima Donna, El lobo, El salvaje, escribió muchos capítulos de Alta comedia, Camino al amor, y fue el autor de los Monólogos del payaso, que hizo célebres Marcos Zucker. Como dramaturgo estrenó las obras Argentina es nuestro show, Sobrevivientes del Sur, Los hambrientos, Tango existencial y La calle vacía; y como director estrenó El hombre del tablón, Enséñame, Buenos Aires, Remanente Sur, La vida del día y La calle vacía.
De joven trabajó como resero, junto a su padre, en el Mercado de hacienda; y más adelante estudió actuación con Marcelo Lavalle, donde conoció a su gran amigo Claudio Levrino. Más tarde, en 1975, se formó en California un tiempo, hasta volver a la Argentina para ser figura recurrente en la pantalla televisiva.
Fanático de Nueva Chicago, las redes sociales estallaron con la noticia demostrando que era un hombre amado por sus colegas y compañeros.
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