En Moria es Moria, la diva opinó sobre la mediática y en Intratables, hablaron de la actriz española y llegaron a conclusiones inesperadas
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Esta semana los conductores fueron los protagonistas de los mejores momentos que dio la televisión. Moria Casán debutó en elnueve con un programa de entrevistas, pero antes de meterse en la charla se ocupó de la visita de Wanda Nara al país y le dijo de todo. Yanina Latorre guardó las garras y, al frente de Los ángeles de la mañana, demostró que cuando deja su personaje desorbitado tiene pasta para ser una muy buena conductora. Alejandro Fantino intentó desde Intratables entender la presión de los realities y cómo un huevo frito pasado puede ser más grave que una final deportiva.
Con los tacones de punta
De la señal de ajuste hasta los programas de venta de oro, la televisión argentina esta semana dedicó cada minuto de su transmisión a la llegada a la Argentina de Wanda Nara, la mujer que tan bien ha sabido capitalizar una crisis matrimonial. Y como no podía ser de otra manera, quien también se ocupó de ella en su debut fue Moria Casán, otra experta en exorcizar problemas conyugales en vivo, en directo y a tres cámaras. Moria es Moria llegó a la grilla de elnueve con la impronta frontal y sin concesiones de la estrella. Encima en Ezeiza y empujando las valijas, Nara dejó algunas frases servidas en bandeja, como que ella no le escribe a hombres casados y que pensaba “ir a buscar a la China Suárez”.
Y Moria la atendió en una suerte de resumen de lo mejor de la jornada: “Llegó Wanda al país, esta es la noticia del día, después joden con la fuga de cerebros. Ella piensa estirar el Wanda Gate, esta mujer es como una ‘Kardashian de cabotaje’. Amo a Wanda Nara, era virgen y ahora como está casada no le escribe a los casados. Wanda, no hace falta que vayas a buscar a la China porque tu marido sabe perfectamente dónde encontrarla”. No se salvó ni su tono de voz: “Esas voces que mal me hacen porque no la mejora, en lugar de tanta cartera operate con un fonoaudiólogo, te lo pido por favor. Qué insoportable”. Volvió Moria y la farándula empezó a temblar.
Jaque a Latorre
Cualquiera que haya visto más de dos horas de televisión sabe que los que deambulan de la pantalla hacia adentro son personajes, cuando se apagan las cámaras, tienen una vida real, en donde ni gritan, ni andan peleándose con repositores de supermercado porque no los saludaron. Lo que pasa es que a algunos y algunas les sale tan bien que uno se termina confundiendo. Es el caso de Yanina Latorre, que ha sabido como nadie cultivar esa imagen exacerbada, incómoda y por lo general irritante. Y sin embargo, cuando la situación lo amerita la panelista es capaz de mostrar su verdadero yo: sensible, empático y amable.
Con Ángel de Brito de vacaciones, Latorre se colocó al frente de Los ángeles de la mañana por un día y demostró que le llegó la hora del programa propio. Cómo abrió el juego a sus compañeras y el modo en el que llevó las entrevistas a Lali González y Ana Rosenfeld, redundaron en un momento de puro disfrute, con mucha calidez y en un tono de voz dos octavas más abajo del habitual. Un buen momento televisivo y el encuentro de un equilibrio que se agradece y puede rendir mucho y muy bien a futuro.
Sinceridad brutal
La noticia de la muerte de la actriz española Verónica Forqué, luego de mostrarse completamente fuera de eje en el MasterChef Celebrity ibérico, fue la excusa para que los canales que no fueran Telefe pusieran el punto en la presión que sienten los participantes de realities. En Intratables, Alejandro Fantino y equipo se ocuparon profusamente del tema, con invitados locales y un periodista de espectáculos en directo desde España. Además de Diego Brancatelli -cuyo análisis hizo una pirueta en el aire para sumar a las redes y su fauna de haters al debate-, también andaba por ahí Hernán “El Loco” Montenegro, basquetbolista de la NBA y exparticipante de la versión local del programa de cocina. “Mi relación con MasterChef terminó muy mal, yo terminé con ataques de pánico, lo he contado muchas veces, pero tiene que ver con la incapacidad de haberme metido en un mundo del cual no soy parte”. Y ahí Fantino, con las metáforas acostumbradas le retrucó: “¿Pero por qué, Hernán? Vos sos un tipo acostumbrado a las altas presiones, ¿cómo te presionó un reality de cocina? Me pone la piel de gallina, 30 mil personas insultándolo y el tipo tiraba un tiro en el último minuto y te definía el partido”. Y sí, era la pregunta que nos hacíamos todos porque cuesta entender que sea más relajado jugar una final en la NBA, que hacer una tortilla de papas. Pero, bueno, se ve que Michael Jordan despierta menos temor que Damián Betular. De no creer.
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