No hay nada de mito en lo que se dice de la entrega de los premios Martín Fierro: es una ceremonia donde la atención no está puesta en lo que pasa arriba del escenario sino en lo que dice el de al lado. La gente charla, toma vino, se saluda, retoca su maquillaje, mientras en paralelo el presentador de la entrega de premios, en este caso Marley , anuncia ternas y los actores invitados, ganadores. El foco cambia cuando en la mesa hay un nominado, todas las cámaras apuntan a él y entonces sus compañeros esperan atentos a ver si es momento o no de festejar. Pero pasado ese instante, todo vuelve a la normalidad. El presentador es como una especie de fondo de pantalla, ni siquiera en el momento del homenaje a los artistas fallecidos, los famosos muestran interés. No hay Ricardo Montaner que los entretenga. Y tampoco sobran las tandas publicitarias para darle la oportunidad a los presentes de apagar la hoguera de sus vanidades.
Las mesas se ordenan por importancia de adelante para atrás: Susana Giménez y Marcelo Tinelli , en las primeras filas, cerca el elenco de 100 días para enamorarse, La voz argentina y Mi hermano es un clon; un poco más atrás, el de Sandro, de América (ficción que fue distinguida con 4 de los 8 premios por los que competía). Al fondo, el resto de los mortales -los chicos de Simona, por ejemplo, están casi en la puerta de salida.
Los últimos en pasar por la alfombra roja
Pasadas las 19 empezó la pasarela de la alfombra roja, por donde los nominados mostraban sus pensados looks para la noche más importante de la televisión, como la llaman algunos. Además de los presentadores, Robertito Funes, Agustina Casanova, Zaira Nara y el Chino Leunis, los primeros que posaron para las cámaras fueron Virginia Gallardo, Teté Coustarot -muy elegante y vestida por Claudio Cosano- y Stefanía Xipolitakis, quien se pasó toda la gala buscando un lugar en una mesa, ya que no tenía sitio asignado. Más tarde pasó Antonio Grimau quien contó que traía, como amuleto, una réplica del anillo de Sandro."Uno puso el alma y la vida en ese laburo, más que nunca. Interpretar a Sandro fue la emoción más grande de mi vida", dijo a LA NACION, antes de hacerse con el premio a mejor actor de miniserie por su trabajo dándole vida a Roberto Sánchez.
Y así fueron pasando: Pachu y Pablo, quienes fueron a celebrar los 30 años de ShowMatch. "Hace falta reírse más, con lo duro que está todo", deslizó Peña. Algo con lo que coincidió Luis Novaresio: "No creo que haya mucho discurso político hoy, pero siempre hay alguna bajadita de línea... Yo diría que con un país con el 55% de los niños en la pobreza, 35 comiendo en comedores, 30 en la pobreza, la frivolidad de los políticos es inadmisible. Me parece que lamentablemente la pelea va a ser Macri -Cristina. Van a pesar cosas muy importantes, lo extraño es que los dos han tenido gobiernos que han fracasado y van a ser nuestra opción. Es rarísimo".
El resto de los ternados pasaron volando por alfombra. Los jurados de La voz argentina estuvieron casi todos, salvo Axel. Mientras que tanto La Sole ("Vengo muy relajada porque soy como una turista en la televisión", dijo a LA NACION) como Ricardo Montaner, quien tiene dos shows la semana que viene en el Luna Park, charlaron con la prensa. La que se mostró esquiva e incluso se retiró antes de la gala fue Tini Stoessel. Después de que trascendieran las imágenes donde se la veía muy acaramelada con su amigo Sebastián Yatra, la ex Violetta sonrió, pero prefirió no hablar demasiado y así evitar las preguntas al respecto. La que tomó una actitud parecida fue Pampita Ardohain, aunque sí se explayó sobre su look. "El vestido es de María Gorof. Nos inspiramos en los años 50, en Hollywood y el collar es art decó. Tratamos de no repetir en las texturas, en los colores. Es la primera vez que me visto de negro", reveló.
Con el reloj marcando las 9 de la noche, hora en que arrancaba la ceremonia, llegó Susana Giménez . La diva de los teléfonos pasó cual Flash. Atrás de ella, dos de las actrices más esperadas: Nancy Dupláa y Carla Peterson recorrieron velozmente la alfombra porque dos pisos abajo, Marley ya estaba empezando a dar a conocer los primeros ganadores, entre ellos Nicolás Wiñaski, quien no llegó a recibir su premio. Más tarde le dijo a LA NACION: "Vengo de cuatro días de estar en cama. No es una excusa. Voy a decir la verdad, cuando estaba llegando tarde, me metí en el Paseo del Bajo por abajo y salí en Retiro. Es una gran alegría haber ganado el Martín Fierro por haber estado en Telenoche, que es un templo del periodismo, me crié viéndolo. Se lo dedico a mis hijos Julieta, Milo, Lisa y a la persona sin la que no podría haber hecho nada de lo que hice que es Laura, mi esposa. También a Jorge Lanata, ¡recuperate Jorge!".
Todavía faltaban más protagonistas de 100 días para enamorarse: tanto Luciano Castro como Juan Minujín llegaron cuando la ceremonia ya había empezado. Sebastián Ortega fue uno de los últimos en sumarse a la mesa y lo hizo acompañado de su novia, Carla Moure, y Dante, uno de sus hijos. El malestar entre el productor de Underground y Tinelli es uno de los temas de conversación en cada premiación. Ambos siempre resultan ganadores en alguna terna.
En el caso de Marcelo, en esta oportunidad fue homenajeado por su trayectoria y en el de Ortega, su ficción 100 días para enamorarse resultó la gran ganadora de la noche . Ni Sebastián estuvo para escuchar el discurso de Marcelo, ni Marcelo para escuchar el de Sebastián. Incluso al llegar, Dante se acercó solo a la mesa de su madre Guillermina Valdes y saludó a Marcelo, mientras Ortega se reunió con su clan -también estaban Julieta y Emanuel.
La última en presentarse en la gala fue Florencia Peña, quien fue recibida con mucho emoción por su amigo Marley, quien tuvo que dejar a su hijo Mirko en Israel, donde está grabando Por el mundo.
Los más aplaudidos
Roly Serrano rompió el mito y se convirtió en uno de los pocos que logró llamar la atención de sus colegas cuando anunciaron que había resultado ganador en la categoría mejor actor de reparto por su trabajo como El Sapo, en El Marginal 2. "Se lo dedico a toda esa gente que le falta y que tiene hambre", dijo. "Fue un juego maravilloso hacer ese malo. Quería que la gente lo odiase pero lo querían, ¡dónde están los valores!", dijo bromeando más tarde a LA NACION.
Lizy Tagliani también logró llamar la atención de sus colegas y fue de las más felicitadas tras conocerse que había ganado en la terna mejor labor humorística, por su trabajo en Cortá por Lozano. "Gracias a toda la gente del medio por darme la oportunidad de entrar en la industria de la televisión y del teatro. Y gracias a toda la gente que una vez me vio paradita atrás de una valla del programa de Marcelo y dijo 'Que baile Lizy'. Gracias a Tinelli, a Susana, a Santiago del Moro. Hoy me dan la oportunidad de mostrar que las mujeres somos personas dispuestas a vivir y a ser felices", había dicho llevándose todos los aplausos. Más tarde, mientras se dirigía a felicitar a Peterson por su galardón y sosteniendo el suyo en la mano, dijo a LA NACION: "No sabía qué decir, empecé ahí y me fluyeron las palabras, me salieron. Estoy feliz. Es mucho más que un premio. Es el diploma a vivir bien, digna. Nunca me lo imaginé".
En un año electoral, casi no hubo discursos políticos. Aunque algunas, como Carla Peterson (ganadora en la categoría mejor actriz), aprovecharon para hablar sobre las temáticas que se tocaron en el programa y para volver a hacer hincapié en que su trabajo no hubiera sido posible sin su colega Nancy Dupláa. "Nos animamos a hablar de un montón de cosas. 100 días fue un ejemplo porque supo ponerse en el lugar de otras personas, para que la gente salga a la calle y pueda hablar de un montón de cosas", dijo y agregó: "Tengo que levantar este pañuelo [verde] y agradecer a las mujeres que salieron a la calle y hablaron de algo que sólo a las mujeres nos pone en peligro. A mí no me gusta hablar del aborto, pero tenemos que llegar a un acuerdo para que las mujeres no sigan muriendo".
Más tarde, Maite Lanata, quien encarnaba a Juan en la ficción de Underground y fue reconocida como mejor actriz de reparto sumó su voz con un sentido discurso. "Para mí es muy movilizante por todo lo que representó el personaje, el contexto, la familia. Estaba muy nerviosa y no podía leer bien. Es algo que me parecía interesante de decir", dijo a LA NACION sentada al lado de su madre, su coach actoral, a quien no le gusta la cámara.
Tinelli, rodeado de su clan
Marcelo Tinelli ya estaba adentro al momento de arrancar la trasmisión. El conductor de ShowMatch fue acompañado de su mujer, Guillermina Valdes, y fue sorprendido en el escenario por sus cinco hijos, quienes le entregaron el premio por el aniversario número 30 de su histórico programa. El conductor se mantuvo la mayor parte del tiempo sentado, custodiado por personal de seguridad. "Es la mitad de mi vida, pensá que mi hija mayor tiene 30 años y yo estoy cumpliendo 30 años en ShowMatch y 37 en la tele y verlas acá a Mica, a Cande, que les cambiaba los pañales en el estudio. Se me mueven muchas cosas. Verla a Susana, quien me entregó el premio, una persona que admiro y respeto mucho. Quedé con las piernas temblando. No pensé que me iba a emocionar de esta manera, pensé que iba a ser una cosa más divertida. Me tocó mucho personalmente. Estoy feliz de estar con la mujer que amo, con mis hijos, con toda la gente de la tele que amo profundamente. Me dio demasiadas oportunidades la vida", dijo a LA NACION, mientras sostenía a su hijo Lolo en brazos y Guillermina sonría a su lado.
El pase de premio
Marley y Susana son íntimos amigos y uno de los momentos más divertidos de la gala llegó casi al final, cuando por fin Alejandro Wiebe fue reconocido con un Martín Fierro como conductor y fue la diva de los teléfonos quien le dio el premio. Después fue él el encargado de entregarle a ella el reconocimiento a mejor producción integral, que recibieron sus especiales del año pasado. Juntos y abrazados demostraron que más allá de los egos, en la televisión argentina algunos vínculos perduran.
La expectativa en la mesa de 100 días
Una de las mesas más ruidosas, que hacía combo con la de Cortá por Lozano (se llevó 3 de los 4 premios por los que competía, algo que ya palpitaba Vero Lozano en la alfombra roja) y la de Sandro, de América (donde los tres Sandros: Grimau, Agustín Sullivan -los dos ganadores- y Marco Antonio Caponi se mostraban muy contentos con la miniserie de Adrián Caetano) fue la de 100 días para enamorarse. El cuarteto protagónico Minujín, Peterson, Castro y Dupláa se mostró expectante en cada una de las ternas en que competía la ficción, cuyos integrantes estaban divididos en 3 mesas. Cerca, Maite Lanata y Malena Narvay se reían con muecas de pura complicidad. Mientras el hermetismo cubría el binomio de Nancy y Carla, quienes elegían mantenerse aisladas. Algo que se incrementó aún más después de que Peterson resultara la ganadora en la categoría mejor actriz, y besara a su colega, con quien competía en la terna, en la boca. mientras su pareja, Martín Lousteau, las observaba. La sinergia entre ellas parecía ir mucho más allá de lo que sucediera a su alrededor: incluso el político se quedó esperando el abrazo, pero la rubia estaba demasiado emocionada como para registrarlo.
Más tarde fue Minujín, quien hacía de pareja de Peterson en la ficción, quien resultó el mejor actor de la noche. Juan imitó a su colega y besó en la boca a su compañero Luciano Castro, quien también participaba de la terna por su trabajo en 100 días para enamorarse. Por ese entonces, la ficción ya se había convertido en la clara preferida de la noche. "Estoy con muchas ganas de convertirlo con Lucho con quien estaba nominado. Como dije, uno se construye con el otro en esta profesión. El premio es de todos. Me parece que hablamos de lo que estaba hablando la gente en la calle, en los trabajos, en las escuelas. Algo de eso funcionó, no fue una tele que replicó modelos que a nadie representan", opinó el actor.
Casi a la 1 de la mañana, tras casi cuatro horas de trasmisión y la decisión de Aptra de volver a proyectar el In Memoriam que, por problemas técnicos, había omitido algunos nombres -entre ellos el del esposo de Nora Carpena, Guillermo Bredeston-, llegó el momento de anunciar el ganador del oro. La mesa de 100 días... tenía un pálpito: equipo técnico, actores, productores y los creadores esperaban ansiosos todos alrededor de los protagonistas principales. El salón del Hilton estaba casi vacío. Solo quedaban ellos: el elenco de la tira de Telefe que parecían conocer el veredicto. Al escuchar las palabras mágicas: subieron emocionados al escenario e incluso proyectaron algún himno de cancha.
Para Ortega era momento de que Castro hablara. Desde abajo, las parejas aplaudían. Estaban Moure, Lousteau, Laura Minujín, Pablo Echarri y Sabrina Rojas observando y aplaudiendo.
Todavía faltaban las fotos, las notas y la fiesta post premiación, pero adentro del hotel Hilton las luces ya comenzaban a apagarse y a despedirse de esta ceremonia de los premios 2019.
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