Frente al espejo del baño de chicas del colegio, se arregla la ropa y el pelo. Estira el enorme buzo aún más para que no se adivinen por debajo sus pechos. Lleva con la mano los mechones castaños bien dentro de la gorra negra. Listo. En ese cuerpo, en esa cara no hay señales de si es mujer o varón. Es un rostro coronado de ojos azules, seguros cuando se miran a sí mismos en el espejo; inquietos, cuando miran a Emma entrar al aula; vergonzosos, cuando se enfrentan a pares; desafiantes, cuando alguien la llama ´Juana´; derrotados, cuando su madre dice: "Juani, vos sabes que podés contarme lo que quieras, ¿no?".
Maite Lanata es Juani en 100 días para enamorarse, una de las novelas más vistas del prime time. "A Juani le cuesta mirar a los ojos, le cuesta esa mirada de los otros porque la ven como una chica, como algo raro, pero ella misma no sabe cómo mirarse; sí sabe que está incómoda con su cuerpo", cuenta Maite a LA NACION en una entrevista telefónica que la encuentra entre los ensayos de la obra con la que debutó en teatro, Jazmín de invierno, y la novela de Underground que se emite en Telefe.
Con sólo 18 años, no es la primera vez que Maite le pone el cuerpo a personajes que tienen poca visibilización social o una complejidad que pone a prueba hasta al mejor de los profesionales. Algunos ejemplos: fue una joven secuestrada por una banda de presos y carceleros en El Marginal; una niña autista en El Elegido, papel por el que fue nominada como revelación en los Martín Fierro de 2011; y una pequeña huérfana de madre que se hace amiga de una chica trans cartonera en el film Mía.
"Es cierto que son papeles jugados los que me tocan, ¡y me encanta! Me gusta mucho investigar para preparar un personaje. Me meto en Internet, en YouTube, veo documentales y películas", dice Maite con la voz clara y feliz, sin la solemnidad del estudioso, con la curiosidad hambrienta del que no parte de un preconcepto.
Su alegría está lejos del atribulado espíritu de la Juani adolescente que interpreta, aunque Maite aún se asume adoleciendo. El año pasado terminó la secundaria y ahora estudia en la IUNA Licenciatura en actuación.
Otro personaje que le parece desafiante es el de Jazmín, en Jazmín de invierno, la obra de Carla Moure que se presenta en el San Martín y trata sobre una joven que ha sido adoptada por sus secuestradores. "¡Estoy nerviosa!", exclama y confiesa: "En teatro tengo la posibilidad de trabajar más mi papel. De todas maneras, en la tele mi personaje está bastante hablado con los autores. Me dejan opinar, más que nada en cuanto a los textos, los aggiorno un poco porque quizás ellos no son tan cercanos al lenguaje adolescente". Ellos son Alejandro Quesada y Silvina Fredjkes, los guionistas de la exitosa tira 100 días... "Maite es genial. Cuando empezamos a juntarnos ya tenía todo un bagaje de haber estudiado la temática, además de su experiencia en Mía. Es un placer. Cuando uno escribe se hace la imagen del personaje, pero cuando el actor le pone el cuerpo a las palabras todo cambia. Y en el caso de Maite le hace un anclaje perfecto a Juani y lo enriquece", cuenta Fredjkes, orgullosa, a LA NACION.
La identidad de género y el efectismo
Emma (Malena Narvay) mira a Juani bien de cerca. Juani se avergüenza, sonríe. Emma piensa unos segundos y dice: "¡Ya sé!". Le suelta el pelo. "¿Ves Juani? ¡Sos una diosa con el pelo así!". Está lejos la escena del beso de ese amor.
"Para componer el personaje, por ejemplo, vi Conociendo a Ray. Me pareció interesante para ver las diferentes posturas sobre el tema. Además de la actitud corporal. Pero Ray está más avanzado en su búsqueda para mostrar quién es porque ya toma testosterona. Juani no, aún no se sabe qué va a hacer el personaje. Muchos piensan que es lesbiana, pero su modo de acercarse a la chica que le gusta, Emma, es el de un chico a una chica", dice Maite, sin querer adelantar cuál será el futuro de su personaje.
La inclusión de la temática trans en la tira se da cuando la identidad de género es tratada a través de historias de amor en otras novelas diarias: Junior y Blas, en Simona;Flor y Jazmín, en Las Estrellas.
"No buscamos ser efectistas, sí visibilizar un tema que se da en muchas familias. Más cuando se trata de una adolescente que está en la búsqueda de su propia voz", dice Fredjkes. Y agrega: "Quisimos abordar el personaje de manera respetuosa y por eso nos contactamos con personas que son parte de un grupo de familias diversas que nos asesoraron con respecto al trabajo que realizan".
Una chica trans es una persona que nació con genitales masculinos, pero su identidad de género es femenino. Un chico trans es una persona que nació con genitales femeninos, pero su identidad de género es masculino. "Está bien decir que es un descubrimiento, no es una cuestión de elección de género", destaca a LA NACION Adrián Helien, médico especialista en Psiquiatría y Sexología Clínica, Coordinador del Grupo de Atención a Personas Transexuales (GAPET) del Hospital Durand.
Helien explica que los chicos y chicas transexuales "empiezan a descubrir y percibir quiénes son por fuera de lo que dictan sus genitales y la sociedad binaria. La sociedad, la ley y la medicina dicen que los genitales definen la identidad, pero no es así porque la identidad es un descubrimiento complejo, es la autopercepción de ´quién soy´. Y ese descubrimiento está sometido a tensiones de poder, políticas y culturales que hicieron creer a todo el mundo que las personas son sólo hombres y mujeres, pero hay tantas características de género como personas".
Alejandro Quesada, el otro guionista de 100 días..., señala a LA NACION que las historias de amor entre dos chicos y dos chicas se van instalando de a poco en la ficción nacional, "pero es la primera vez que se habla de chicos trans en una tira. Las chicas trans están más visibilizadas en la televisión, creo que de a poco vamos evolucionando".
De alguna manera, la visibilización de estos temas en los productos culturales televisivos reflejan lo que se da en la sociedad y en la conversación pública. Helien opina: "En 2005, en promedio, teníamos tres consultas de mujeres trans por una de un varón trans. Hoy la consulta es uno a uno, pero en lo que es el grupo de adolescentes, hay amplia mayoría de chicos trans. Toda visibilización ayuda, es ponerle rostro a las historias de personas reales que sufren, sienten y tiene los mismos problemas de todos".
Para Maite, mostrar historias como la de Juani ayuda a salir de los prejuicios que muchos tienen: "Más allá de lo que fui investigando, gracias a que trabajé en Mía a los 11 años conozco por lo que pasa una persona transgénero, porque su protagonista, Camila Sosa Villada, es una chica trans. También el taller de educación sexual y género de mi colegio me orientó. Y creo que también el contexto hoy ayuda a hablar sobre estos temas abiertamente, más en una novela. Es importante conocer a las personas y lo que pasan, ayuda a que las próximas generaciones discriminen menos".
La familia, para crecer y ser
Nancy Dupláa en el personaje de Antonia, la mamá de Juani, prepara el desayuno. Su hija sale de la habitación y le acerca un café con leche. "Juani, vos sabés que con papá nos estamos separando, no es nada, cosas que pasan en las familias", le comenta a la adolescente como al pasar. Luego, se detiene, le sonríe y con tono confidente le dice: "No tenés que preocuparte. Y vos, ¿cómo estás? ¿Te gusta alguien? ¿Te gusta... alguna chica? Sabés que podés contarme, con tus tiempos". La reacción de Juani es de sorpresa e incomodidad. "Y vos, ahora que estás separada, ¿te gusta alguien? Contame, con tus tiempos, ¿eh?".
"Su mamá es repiola, pero ella es una adolescente, y le molesta no sólo su cuerpo. Muchas cosas. Con todo lo que les pasa a los adolescentes se le suma esta búsqueda por su identidad y si bien en su casa la aceptan como es, en el colegio es donde sufre bullying. Los adolescentes a veces somos muy crueles. Yo no sufrí tanto bullying, quizás me gastaban porque yo no tomo alcohol... pero creo que la familia es muy importante. Cuando hay apoyo de la familia y del colegio, es más llevadera toda búsqueda, seas un adolescente trans o no", cuenta Maite.
El tema del bulliyng está muy presente en las ficciones de Underground, asegura Quesada. "La familia de Juani le facilita mucho las cosas, aunque se la hacen más difícil en el colegio. Claro que contamos una historia navegando en las aguas de lo que es una comedia dramática. Su personaje se va a encontrar con otros a los que no se les facilita tanto el descubrimiento de su identidad de género", explica.
Ese sentido común se corresponde con datos fehacientes. "Un estudio de la especialista Caitlin Ryan - detalla Helien- determina que el rechazo familiar multiplica por 8 las posibilidades de suicidios en homosexuales y transexuales, por seis el riesgo de padecer depresión y por cuatro el riesgo de consumir drogas ilegales. Por eso trabajamos con las familias y cuando podemos con los colegios para la aceptación, que es la mejor vacuna contra estos riesgos".
"La idea de la tira es mostrar cómo son hoy de diversas las familias. Y en la historia de estas dos mujeres amigas que deciden separarse, funcionan como las mamushkas. Mostramos su relación como amigas, su relación con sus hijos, su relación con sus parejas. Y que Nancy sea una mamá analfabeta en cómo encarar la búsqueda de identidad de género de Juani, es genial. Es como un aprendizaje que va a hacer durante la tira, porque se termina trasformando en una militante para defender a su hija de los rechazos", detalla Fredjkes.
La familia de Maite también está muy presente. Su madre sigue de cerca los pasos que da en su carrera, de hecho fue quien atendió el celular para dar lugar a la charla con la joven actriz. Además, en su cuenta de Instagram, Maite suele subir videos de su entorno. "Cuando conté que haría este personaje, algunos, como mi abuelo, me dijeron ´Uh, ¿te parece Maite?´. Pero siempre me apoyan en todo. Entiendo que es difícil para las generaciones más grandes cambiar de parecer sobre algunas cosas después de crecer toda una vida con ciertas verdades. Creo eso hay que entenderlo también", cuenta para con una carcajada decir: "Igual ¡todos queremos al abu!".
Si bien el rating de 100 días... indica que la aceptación de la historia es alta, para Maite el feedback con el público comienza de a poco a llegar desde las redes, el medio predilecto de interacción de los jóvenes: "La novela es muy reciente todavía, ojalá la gente acepte a Juani. Una chica me escribió el otro día y me dijo que por el personaje se animó a vestirse con ropa más varonil. Está buenísimo".
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