Mabel Ibáñez le respondió a su hija a través de una carta: "Ella es el lobo, y yo su víctima"
En medio del conflicto por la herencia familiar, Mabel Ibáñez volvió a defenderse públicamente a través de una carta y le contestó duramente a su hija Alejandra.
Escrito de puño y letra y con fecha del 20 de mayo, el testimonio de la madre del diseñador fue revelado por Informados de todo. "Yo, Mabel de Ibáñez, cansada y muy dolida por las mentiras y acusaciones falsas de mi propia hija, me hago esta pregunta: '¿Por qué? ¿Por qué tanta maldad hacia mi persona?’", comenzó a leer la locutora del ciclo de América.
En los renglones siguientes, Mabel hizo referencia a la relación que mantuvo con su hija a lo largo de su vida. "No lo puedo entender. Jamás me aparte de ella, siempre la estuve acompañando y lo más doloroso es que falta a la verdad. Ella se fue hace muchos años y su continuidad de visitas era esporádica. ¿Cómo tiene el tupé de opinar sobre amigos o no amigos de mi hijo o hablar de mis amigos? ¿Cómo se puede ser tan falaz? Yo tomo mis propias decisiones, nadie me da órdenes", expresó.
Sin embargo, el relato más fuerte vino a continuación: "No se dejen engañar por el disfraz de cordero manso que tiene mi hija. En la intimidad es el lobo, y yo su víctima. Las pruebas están en la justicia de violencia familiar", reveló. En cuanto a las acusaciones sobre el mal manejo del dinero, aclaró: "Doy fe y pongo a Dios como testigo que nunca faltó un peso. Al contrario, puse todo en orden. Tres abogados y un contador me puso para que me controlen. ¿No vale el dinero que le enviaba, eso no cuenta? Acusa a gente que me ayuda, que si no fuera por ellos, yo no estaría en este mundo, y a cambio de nada".
"Molesta mucho que yo me quede con lo mío, pero hay un Dios que todo lo ve. Jamás toqué un peso, me costó casi la vida mantener la casa de Lomas porque desde que ella era bebé la maldad llegó encubierta. Hice oídos sordos porque de lo contrario no existiría. Mantuve mi hogar porque creo en Dios y en mi inocencia. Mi perdón llega a todos los que me hicieron daño, pero no me olvido. Mi familia ya no la tengo", admitió.
Antes de finalizar su descargo, Mabel explicó los motivos por los cuales decidió romper el silencio y hacer frente a las acusaciones. "Parece que mi postura de mantener mis convicciones molesta. Mi hija dice que la insulté, si decirle la verdad es un insulto será una interpretación de ella. Mi vida es mía y la vivo como quiero. Nunca fui mediática, nunca ventilé mi vida privada y si lo hice fue por cansancio hacia los periodistas que faltan a la verdad. Reitero: yo tomo mis decisiones", concluyó quien al firmar aclaró: "De puño y letra, Mabel".
A este testimonio, Pía Shaw decidió sumar imágenes inéditas de una pelea entre madre e hija en el atelier de Jorge Ibañez. En el video, se las ve discutiendo fervientemente y deben ser separadas por los nietos de Mabel.
La otra campana
La grieta entre la madre y la hermana de Jorge Ibáñez es cada día más profunda y la disputa por la herencia las aleja cada vez más. Para intentar aclarar cómo está esa relación, en Confrontados entrevistaron a Marcel Escudero, que fue diseñador de la marca durante un año y medio, entre junio del 2018 y finales del 2019. "Al principio se llevaban bien, hablaban todo el tiempo por teléfono, y Mabel me hablaba de su hija y sus nietos. Luego la situación cambió y se distanciaron. En la maison había códigos para que no dejar hablar a Mabel con su hija Alejandra. Me pareció triste porque la madre los quiere. El cambio fue repentino. Me parecía triste y le decía a Mabel que no perdiera el vínculo con su hija y sus nietos", relata Marcel.
Al mismo tiempo, cree que la asistente de Mabel, que también se llama Alejandra como su hija, "tuvo que ver en ese distanciamiento" entre ellas. "Yo era muy allegado, iba mucho a la casa de Mabel, de hecho pasamos juntos el Año Nuevo. Renuncié a la maison por la asistente", señaló. "Yo posteaba fotos en mi Instagram de los vestidos que hacía y Alejandra decía que estaba usurpando la marca. Y le llenó la cabeza a Mabel haciéndole creer que yo quería robarle la marca. Para mí era un orgullo, porque es una marca muy importante. Y Mabel y yo le poníamos mucho cariño a los diseños. Pero Alejandra manejaba todo. En un momento me llamó la atención que los precios de los vestidos fueran muy baratos, y no coincidiera con el nivel que manejaba el local".
Marcel contó, además, que conoció a Alejandra Ibáñez luego de renunciar, porque quería saber su versión del conflicto. "Estaba muy triste de no poder estar cerca de su mamá. Es muy triste lo que pasa. A Mabel no la dejan hablar con su hija. La asistente, Alejandra, hablaba mal de la hija, y decía que estaba lejos, que no se hacía cargo de la madre. Y decía que era muy ambiciosa. Y yo hablé con Alejandra, la hija, y sé que no es así, que está pendiente de su mamá, que la ama y que sus nietos la extrañan. Le creo más a Alejandra Ibáñez, que protege a su mamá y trata de que otras personas no se aprovechan de ella".
De nacionalidad colombiana, el diseñador reveló que le pagaban en efectivo y que no se encontraba trabajando en blanco. "Nunca me quejé. Al final me trataban de una manera despectiva y decidí irme. A pesar de que tiene su carácter y se enoja y grita, Mabel se portó muy bien conmigo y solo quiero que hable con su hija", finalizó.
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