A diferencia de otras figuras periodísticas de la televisión, cuando Luis Majul atraviesa la redacción de LA NACION no se siente sapo de otro pozo. No solo porque es columnista habitual del diario desde hace años, sino porque a su rápido paso (no hay nada que Majul haga lento) se va encontrando con compañeros de viejas redacciones. Y a los más nuevos que no conoce, suele antes estudiar sus notas o verlos en algún programa de LN+, y los sorprende con comentarios puntuales, ponderaciones que se mezclan con observaciones casi quirúrgicas y hasta, por momentos, incómodas. Majul al mil por ciento, una suerte de huracán de ansiedad y periodismo que se potencia por el momento tan particular de su desembarco en LN+: plena pandemia del coronavirus que, como a todos, lo interpela como persona y como periodista.
Llega Majul con los aportes de ese agudo ojo clínico con el que construyó varios de los principales best seller periodísticos de la Argentina de los últimos treinta años y a esa reconocida capacidad monumental de trabajo en programas diarios de radio y de TV abierta y por aire. Polémico y audaz, protagonista de un sinfín de ruidosas batallas, siempre sabe llamar la atención. Su estilo puede atraer o irritar, pero nunca resulta indiferente.
Toda esa potencia desembarcará en muy pocos días en la pantalla de LN+, en el que podría denominarse, sin exagerar, el "pase del año", luego de su traumática salida de América, tras más de veinte años de revistar en sus filas. En efecto, a partir del domingo 5 de abril, a las 21, volverá a conducir su nave insignia, La cornisa, pero desde LN+, y en esa misma pantalla, pero de lunes a jueves, a las 21, desde el día siguiente, estará al frente de un nuevo programa, Mirá lo que te digo.
"La cornisa -anticipa novedades de la nueva temporada- tendrá monólogos irónicos, entrevistas a domicilio, tres investigaciones cada domingo (una que involucra al gobierno anterior, sin dejar de lado la corrupción del kirchnerismo) y otro informe vinculado con lo social y la vida cotidiana, con Laura Di Marco como columnista destacada". En cuanto al otro ciclo, "será eminentemente político y más de breaking news, con Luciana Vázquez, Martín Tetaz, Federico Andahazi y Claudio Jacquelin". Y promete que habrá más sorpresas en ambos envíos.
Estoy muy ansioso por volver a trabajar y cuando apareció el coronavirus, ese deseo se potenció aún más""
"Estoy muy ansioso por volver a trabajar y cuando apareció el coronavirus, ese deseo se potenció aún más", confiesa el periodista, que conduce todas las mañanas otro ciclo en CNN Radio, que también lidera los contenidos de la FM Berlín 107.9 y es dueño del sello editorial Margen Izquierdo.
–Después de más de veinte años en una misma pantalla, con sus más y sus menos, pero que conocías muy bien, ¿no te da miedo cambiar?
–Estoy mucho menos preocupado por cuestiones particulares mías que por el coronavirus, pero no tengo miedo de cambiar de pantalla. Al contrario: me siento aliviado de llegar a un lugar en el que se respira independencia, profesionalismo, libertad y seriedad informativa.
–Tu cambio se produce en el momento más asombroso e inesperado de la historia argentina y mundial ¿Cómo te impacta a vos como ser humano, y después, como periodista?
–Me impacta y muchísimo, como a todo el mundo. Nos coloca en un lugar de granitos de arena insignificantes en el planeta. Reconfigura la manera de ver el mundo, nuestra vida, las cosas que nos importan, la gente que queremos. Lo primero que me pasó es que se me está desinflando, y mucho, el ego y espero que se me termine de desinflar para poder ser habitante de una nueva época que se está derrumbando o que ya se terminó. Genera en mí más ganas de laburar, informar, ayudar, desenmascarar casos donde aparecen miserables, estúpidos y oportunistas.
–¿Qué tipo de sociedades y de periodismo pensás que van a emerger tras la pandemia?
–Puede emerger una sociedad mucho mejor, en la que ya no haya espacio para los egoístas, aprovechadores y los que hacen cualquier cosa por regar su quintita. Va a salir mucha gente valiosa de dentro y fuera del periodismo. Aunque con la Argentina nunca se sabe, porque tenemos una especie de gen distintivo que nos hace ángeles algunas veces y diablos en otras circunstancias.
–Cortito y al pie: ¿te fuiste de América porque hay un operador de La Cámpora que te dio a entender que te iba a condicionar o porque te corrían a los sábados y no te gustaba la idea?
–Hay una persona, Martín Sierra, en Asuntos Públicos de América que, por lo que me dijeron, es cercano a La Cámpora. En América hay un clima tóxico, de maltrato, desde hace mucho tiempo, de presión política para que se cuiden de criticar al kirchnerismo.
–Tenés buena llegada a Alberto Fernández, ya lo has entrevistado en la TV y pronto volverás a hacerlo. Entonces, ¿cómo se entiende lo que contás de América?
–Para mí no estuvo el Presidente detrás del intento de quitarle relevancia, para luego sacar del aire, a La cornisa. Hablé con él y no solamente me aclaró que no tenía nada que ver, sino que me pidió que no dejara de decir todo lo que tenga para decir.
–Una parte del público no kirchnerista no tomó a bien que tras las PASO parecieras un tanto deslumbrado por Alberto Fernández, al punto que hasta te fabricaron un videograph fake en el que te hacían decir que era como Mandela.
–Sobre los memes y las fake news que hacen kirchneristas y antikirchneristas sobre personas que tienen algún tipo de interés público como yo no vale la pena hacer muchos comentarios. Si alguien piensa que estoy deslumbrado por Alberto Fernández es porque no me lee, no me escucha y no me ve. Lo he criticado mucho y lo sigo criticando.
–¿Un ejemplo?
–El Presidente tiene o tuvo a Cristina colgada de sus decisiones y de su conducción y ese es un problema grande porque Cristina ni gobierna ni se hace cargo de sus errores y, hasta que explotó el coronavirus, lo único que hacía era tirar piedras hacia adentro de los sectores moderados del Gobierno, ya sea ella misma o por medio de sus voceros. La presencia política de Cristina Kirchner no solo no le hace bien al gobierno de Alberto Fernández sino tampoco al país.
–¿Cómo pensás que está manejando el Gobierno esta enorme crisis sanitaria?
–Creo que lo está haciendo bien, que su reacción para disponer la cuarentena fue correcta y a tiempo. Hubo un primer momento en que el Gobierno, y quizás Ginés González García fue la expresión más cabal de eso, pareció minimizar el efecto del coronavirus, pero lo fue corrigiendo a tiempo. Parecería que no debería llegar el tsunami del coronavirus tal como lo están soportando Italia y España. De cualquiera manera esto cambia minuto a minuto.
–El productor teatral Carlos Rottemberg dijo una vez en tu programa que vos eras uno de los dueños de la grieta entre K y antiK? ¿Cuál sería, de tenerla, tu autocrítica?
–Hice mi autocrítica. En mi afán y dedicación por seguir denunciando la corrupción del kirchnerismo, cosa que no voy a abandonar, quizás no me detuve a analizar el verdadero impacto que tenían las malas decisiones del gobierno de Macri.
–Sos un laburante intenso en todos los soportes -medios gráficos y audiovisuales, libros y redes sociales-, ¿por qué Jorge Lanata dice que no tenés paz?
–Me encanta mi amigo Jorge Lanata porque es tan particular que sus elogios son por la vía de la ironía. Dice: "Majul no tiene paz" y en realidad lo que quiere decir es que laburo mucho y que, en todo caso soy insistente, y un buen productor. El equipo que lidero está muy bien organizado. Es obvio que el coronavirus nos desorganizó la cabeza, el alma y los sentimientos a todos, pero aún así estoy tratando de pelear día por día para respetar los rituales y las cosas que me hacen bien como es trabajar en lo que más me gusta.
–¿Cómo pensás compatibilizar tu estilo eléctrico con el de una pantalla más tranquila como la de LN+?
–Cambiar una pantalla donde el trabajo se hacía muy complejo por una pantalla donde se respira profesionalismo y libertad, aun cuando tenga un ritmo diferente al mío, siempre es un lujo. No pretendo cambiar el sosiego de LN+ con mi estilo eléctrico. Vengo a aportar lo bueno que pueda dar y el filtro de LN+ servirá para mejorar lo malo que pueda tener aunque, supongo, que la mezcla puede llegar a ser muy fructífera para la audiencia del canal y para la que me seguía en América, en A24 y en otros soportes.
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