LA NACION presenció la grabación del programa que se emitió por la pantalla de eltrece; el ciclo buscará marcar la agenda política, de cara a las elecciones presidenciales
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El viernes, desde temprano, comenzaron a llegar inmensos arreglos florales con cálidas dedicatorias hacia su destinataria, la mujer que, a los 96 años, es la protagonista de un récord en la televisión internacional. Su vital longevidad y su liderazgo al frente de ese formato original nacido hace más de medio siglo, que muchos han copiado -y lo siguen haciendo-, la ubican como un caso único en el mundo.
Mirtha Legrand -de ella se trata- machaca con el latiguillo “ya soy una leyenda”, aunque no sería errado pensar que, a esta altura, se la puede definir como un mito viviente, que atravesó la vida de varias generaciones de argentinos. “Esto es vida, me gusta trabajar”, reconoció la estrella a segundos del inicio.
LA NACION participó de la primera grabación de La noche de Mirtha, el ciclo que este sábado inició una nueva temporada por la pantalla de eltrece, luego de meses de deliberaciones entre la productora StoryLab, a cargo de Nacho Viale y Diego Palacio, y las autoridades del canal, con Adrián Suar a la cabeza, quien no se hizo presente en los Estudios Cuyo, de Martínez, donde se graba el ciclo con 24 horas de anticipación a su salida al aire. Pablo Codevila fue en representación de eltrece.
Impacto político
Si cada vuelta de “La Chiqui” genera expectativa, esta vez todo se potenció dada la relevancia de sus primeros invitados, el candidato presidencial Javier Milei y su novia, la imitadora Fátima Florez, quienes se conocieron en este mismo programa, el 3 de diciembre del año pasado.
Se sabe que la diva prefiere poblar su mesaza de cada debut con amigos y figuras del ambiente artístico; era un secreto a voces que Milei y Florez, aunque no le disgustaban, no estaban entre sus predilectos. Profesional como nadie y conocedora de su oficio, la celebridad no dejó pasar la oportunidad de contar con la “pareja del momento” y generar buenos números de rating.
Consciente de que sus comidas sabatinas marcan agenda periodística, el sábado 14 recibirá a la candidata Patricia Bullrich y el domingo 15 saldría al aire una emisión especial con la presencia de Sergio Massa, el representante del oficialismo. De esta forma, y antes de los comicios del domingo 22 de octubre, Legrand habría sentado en su mesa a los tres principales referentes del arco político. Uno de esos nombres será el futuro presidente de los argentinos.
Por orden de llegada
Desde ya, Nacho Viale fue uno de los primeros en pisar el lugar. Se lo vio sonriente, consciente de haber cumplido, una vez más -aunque con demora- con el deseo de su abuela de volver a trabajar -algo que, se sabe, la mantiene joven-. Durante toda la jornada, Viale fue y vino del control al estudio una y mil veces.
Este año, la productora Luz Gago, una profesional que trabajó años con la diva, se sumó nuevamente al equipo también integrado por la histórica y eficiente Marita Tedeschi -35 años junto a la diva- y el productor periodístico Ariel Ferrentino, entre otros integrantes de un equipo de producción que desde pasado el mediodía del viernes estuvo ajustando los detalles logísticos y periodísticos del programa.
A las 18.34 llegó la cocinera Jimena Monteverde, quien conversó con los cronistas de televisión apostados en la puerta. Sus colaboradores ya habían comenzado a ultimar los detalles del menú elegido para la ocasión.
La entrada consistió en una burratina con salsa romesco y caviar de albahaca con crutones, hechos con aceite de oliva extra virgen. El plato principal fue un risotto de azafrán con medallón de bondiola braseada y, de postre, degustaron un merengón crocante con crema cítrica, que contenía un remate en alusión a la particular cabellera de Javier Milei.
Pareja con aspiraciones
Dos minutos después del arribo de Monteverde, se volvieron a abrir los portones del edificio para permitir el paso de la camioneta van que transportaba a Fátima Flórez, quien llegó acompañada por el periodista Alejandro Veroutis, su jefe de prensa y relaciones públicas. La imitadora se ubicó en un camarín del primer piso para alistarse y elegir entre uno de los dos vestidos que escogió para esta ocasión especial, la primera vez que visitaba un programa de televisión junto con su pareja. Javier Milei, en cambio, llegó casi sobre la hora de inicio de la grabación, pasadas las 20.30, acompañado por su responsable de comunicación.
“Hay un cambio en la rutina”, dijo en voz alta una productora y todos prestaron atención al nuevo cronograma previsto.
La más esperada
A las 19.30 arribó Mirtha Legrand. Lo hizo en su vehículo personal, manejado por Marcelo, su chofer, quien durante la grabación del programa colocó en el auto varios de los arreglos florales obsequiados a la diva y que -anticipó- pasarían a decorar su piso de Palermo.
La estrella llegó acompañada por su staff cercano, integrado por Elvira, su histórica asistente personal, la maquilladora Gladys Andrade y el asesor de vestuario y mano derecha, Héctor Vidal Rivas.
El equipo de producción se instaló en el pasillo para recibir a la capitana del equipo. A la diva se la veía emocionada y feliz. “Te queremos Mirtha, te queremos”, cantaron todos a viva voz ante una Legrand exultante, que rápidamente olvidó que se encontraba atravesando un cuadro de afonía que busca superar con un tratamiento con antibióticos.
Legrand llegó peinada y maquillada, aunque, en su camarín, el peluquero Leo Cosenza y la maquilladora Gladys Andrade ultimaron los detalles del outfit para salir al aire. Con buena lógica, la conductora se acicaló en su casa para permanecer el tiempo imprescindible en el estudio y evitar un innecesario cansancio.
A las 19.40 ingresó Marcela Tinayre. Apenas llegó, preguntó: “¿Dónde está mamá?”. Minutos después recorrió el set, supervisó los detalles de la decoración -plagada de portarretratos con fotos de la familia- y los arreglos florales. “Vengo de grabar los dos programas de Polémica en el bar del fin de semana”, le dijo a LA NACION.
Curiosamente, Tinayre, desde la pantalla de América, compitió en la primera noche durante 30 minutos con su madre. Cuando Juana Viale retome Almorzando con Juana, los domingos al mediodía por eltrece, también Tianyre se enfrentará con su propia hija, algo insólito que permite la televisión. “Le dije a mi público: ‘Quédense en América’”, confesó la conductora de generación intermedia con gracia, esperando que a Mirtha Legrand le fuese bien, pero también buscando conservar su propia audiencia. “Esta escenografía es super cálida, ideal para mamá”, reconoció mientras charlaba con LA NACION. La adaptación escenográfica pertenece a Gustavo Pomés.
En un costado del set se ubicó la cocina, aunque Mirtha no se dirigirá hacia allí, algo que sí hará Juana Viale en la edición de los domingos, de tono más descontracturado. Mientras tanto, el equipo de iluminación terminaba de alistar la orientación de algunos focos.
Detrás de una de las paredes de la escenografía, y ante un monitor que le permitió seguir el paso a paso del programa, la locutora Vanesa Donisi chequeaba el orden de sus parlamentos. La profesional reemplaza a Adriana Verón, quien se encuentra abocada a otros compromisos, y a la histórica Nelly Trenti, fallecida el año pasado, luego de haber acompañado a Mirtha Legrand con su voz durante cuatro décadas.
A las 20.52 se pudo ver a Juana Viale y a su hija Ámbar de Benedictis -escoltada por su novio-. Unos minutos después, Viale acompañaría del brazo a su abuela Mirtha en el ingreso al estudio, ante un nuevo aplauso de todo el equipo. Algunos técnicos se emocionaron hasta las lágrimas. La épica había recomenzado, como desde hace 55 años.
Calor familiar
Marcela Tinayre, Juana Viale y Ámbar de Benedictis estuvieron muy cerca de Chiquita en los preparativos previos a la grabación. Con enorme calidez, las tres apuntalaron a una Mirtha que pisó el set con buen humor, pero con los miedos lógicos que propone cada debut.
Cuando se sentó en el escritorio saludó a todo el equipo y hasta se dio el gusto de expresar “tengo la mesaza que todos quieren”, en alusión a sus codiciados invitados. “¿Dónde está la mesa, el comedor?”, preguntó. Todos se abrieron para permitir la visual de ese otro sector que le da identidad al formato y donde pasará la mayor parte del programa.
Nacho Viale se acercó para darle ánimo, mientras de fondo se escuchaba el tema “Hasta que te conocí”, en la versión de Maná, que la diva se animó a tararear. Estaba exultante. Lucía Pedraza, novia de Nacho Viale, guardaba distancia sin meterse en las cuestiones laborales.
“Ese letrero no lo veo”, dijo la conductora con cierta incomodidad, mientras los colaboradores buscaban acercarle la cartulina que debía leer. “Abuela, ponete los anteojos”, le dijo Juana Viale, y Marcela Tinayre asintió con énfasis. “Te quedan brutales”, destacó la hija de Mirtha. La estrella se miró en el monitor y también coincidió que no estaba nada mal salir al aire con lentes.
“¿Quieren que empecemos?”, preguntó, mientras se terminaban de ajustar cuestiones de iluminación. Mientras tanto, Gladys Andrade le hacía cerrar los ojos y le ajustaba las pestañas. A su lado, el modisto Claudio Cosano la tranquilizaba: “En cuanto te pares, yo te arreglo el vestido; no te preocupes”. Así fue. La diva se puso de pie y el diseñador acomodó al cuerpo su creación, pletórica de brillos y en un tono violáceo poco frecuente en el guardarropa de su clienta más importante.
A un costado, Amalia Idoyaga Molina y Vicente Calpe, amigos entrañables de la diva hace más de 50 años, estaban listos para aplaudir y vivar a esa mujer a quien conocen en la intimidad.
Finalmente, Mirtha Legrand se ubicó junto a una pared de la escenografía, lista para el saludo de apertura. La toma salió mal por una cuestión técnica y debió repetirse. Pasaron algunos minutos y la conductora se incomodó. Fue la única vez, en toda la noche, en que se la vio molesta y se generó un momento de tensión. “Chicos, no puedo estar acá de pie tanto tiempo”, expresó. Entonces se decidió que la estrella iniciara la emisión sentada en su escritorio.
Cuando comenzó a rodar el video con Mirtha Legrand recorriendo la ciudad -algo estrenado cuando el ciclo cumplió 50 años en el aire y reiterado en varias ocasiones- la conductora se emocionó. “¡Venimos!”, avisó el director, y la magia empezó, en medio de interminables aplausos.
A todo o nada
Mirtha saludó a sus invitados con calidez y recibió a Jimena Monteverde para presentar el menú. A lo largo del programa, con Marcela Tinayre y Juana Viale supervisando desde el propio estudio, la conductora se despachó con su habitual comodidad y su estilo como interlocutora. Todo marchó en tono ameno, aunque no faltaron los momentos algo embarazosos.
En un momento de la cena, la diva atragantó a Javier Milei con una de sus preguntas sin filtro. “¿De dónde saliste?, hace un año nadie te conocía”, le dijo a un atónito candidato que, en ese momento, seguramente hubiera preferido estar en cualquier otro sitio.
Más tarde, Mirtha no dudó en definir a sus invitados: “Ustedes son raros”, afirmó. Legrand en estado puro, aunque el tono que prevaleció en la comida fue amable, dejando lugar a que Milei expresara sus ideas y sus planes en caso de acceder al Ejecutivo. “En 15 años podemos ser Italia y en 20, Alemania”, auguró el candidato, que se ufanó de haber llenado un estadio con 15.000 simpatizantes, pero, rápida de reflejos, la anfitriona le remarcó que “Luis Miguel metió 16.000″.
Disgustada con el presente de la Argentina, Legrand se lamentó con un: “Qué país nos han dejado” y su invitado la esperanzó: “Se puede salir”.
Cada tanto, “La Chiqui” volvía a las cuestiones personales. “¿Es cierto que no te peinás? ¿Te pasás los dedos?”, le preguntó al hombre de melena rebelde, quien reconoció que no es partidario del contrato matrimonial atravesado por los dictámenes del Estado. “Estos no sé si se van a casar”, reflexionó la conductora, remarcando que en su mesaza se conocieron María Eugenia Vidal y Enrique Sacco. “Ellos sí se casaron”.
“¿Te gustaría ser papá?”, le preguntó la diva al candidato, y él salió del paso con un: “Es una decisión de a dos”. Fátima Flórez miró para otro lado.
Cuando la diva le preguntó a Javier Milei por el juicio que le entabló Patricia Bullrich, el político mantuvo sus argumentos en torno al pasado de la integrante de Juntos por el Cambio.
Por momentos, los novios se mostraron acaramelados, incluso “haciendo corazones” con sus manos, en un gesto casi adolescente. De todos modos, Fátima Florez, quien solía ser una invitada estelar, relegó ese lugar, dejando el gran protagonismo a su pareja.
Todo termina…
Cerca de las 23.30 del viernes, la grabación llegó a su fin. En ese momento, se permitió el ingreso de los reporteros gráficos para una Mirtha dispuesta a posar. La diva fue la primera en abandonar el estudio. Cansada por el trabajo, no subió a su camarín. Sin cambiarse de vestuario, se dirigió directamente a su vehículo para partir hacia su domicilio de Palermo, junto con su asistente Elvira.
A los pocos segundos hizo lo propio Javier Milei, quien no quiso acercarse a conversar con los medios. El candidato partió junto con su jefe de prensa, separado de su novia. Fátima Florez sí se acercó a los periodistas que buscaban sus palabras.
Ante las consultas de LA NACION reconoció que, en caso de convertirse en Primera Dama, continuaría con su carrera artística: “No sé hacer otra cosa, si Javier (Milei) gana, voy a hacer mi temporada como todos los años, en Mar del Plata. Es más, me estoy yendo ahora para hacer casting y buscar nuevos talentos; sigo con mi vida”.
Cuando este medio le recordó a la imitadora que, hacía minutos, la propia Mirtha Legrand había dicho que ella y Milei eran “raros”, Florez se sonrió incómoda y argumentó: “Me encanta, somos exóticos. Ser raro no tiene nada de malo, tenemos nuestra personalidad”.
A los pocos minutos, la artista partió junto con su jefe de prensa Alejandro Veroutis rumbo a su departamento de Barrio Norte. Entrada la madrugada, la esperaría una cena íntima con Javier Milei.
Cerraba una noche en la que Mirtha Legrand volvió a revalidar sus títulos, como si tal cosa fuese necesaria. Una vez más, la diva televisiva marcaría agenda con ese programa de características únicas que trascendió su propio espectro para convertirse, como su conductora, en un fenómeno absolutamente infrecuente.
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