Los protagonistas de Jesús, sin filtro: del desafío de interpretar personajes religiosos a las críticas a Jair Bolsonaro
Los brasileños lo hicieron de nuevo. Después de encarar superproducciones en las que recreaban la historia de Moisés y los Diez Mandamientos y de su sucesor,Josué, decidieron llevar a la pantalla chica nada menos que la vida de Jesús, serie que se estrena esta noche, a las 22, por la pantalla de Telefe. El resultado, a juzgar por los índices de audiencia que consiguió en el país vecino, fue tan bueno como el de las series predecesoras. Y parte del suceso, además del claro interés que despierta el personaje y su historia tiene como responsables a sus protagonistas. Dos de ellos son viejos conocidos del público argentino: Guillherme Winter y Dudu Azevedo.
Winter fue quien se puso en la piel de Moisés, un rol que cambió tanto su vida profesional como personal. En el set coincidió con Giselle Itié, la actriz que interpretaba nada menos que al interés romántico de su personaje, Zípora. El amor transcendió la pantalla y este año, apenas unos días antes de que se declarara pandemia al brote de Covid-19, fueron padres de Pedro, su primer hijo en común. En aquella serie, Azevedo era Zhur, uno de los villanos de la historia. Ahora, los papeles se invirtieron: él es quien encarna a uno de los héroes más amados y respetados de la historia, mientras que su colega asumió el desafío de prestarle el cuerpo a Judas Iscariote, su entregador.
—Después del fenómeno de Moisés, ¿pensaban que iban a formar parte de otra historia bíblica?
Winter: —Como actor, siempre estoy abierto a las propuestas de trabajo. Haber hecho Moisés fue una gran sorpresa en mi carrera. Me complacen mucho las tramas históricas que relatan momentos memorables del ser humano en la Tierra. Las otras novelas que hice, que también transitaron por este camino más religioso, me trajeron mucha reflexión y gratitud. Cada personaje nos enseña mucho.
Azevedo: —Moisés fue un gran éxito, pero cuando terminó empecé a tener expectativas sobre cuáles serían los próximos desafíos. No soy de quedarme estancado en experiencias pasadas. Lo hecho, hecho está. Siempre estoy convencido de que lo que vendrá siempre será mejor. Ese siempre fue mi combustible.
—Supongo que interpretar a dos personajes conocidos universalmente debe haber supuesto un gran desafío. ¿Les costó aceptar la propuesta?
Azevedo: —En mi caso, pasé por un casting junto a otros actores. Después de algunas audiciones me avisaron que había sido el elegido. La verdad es que tenía miedo, porque era consciente del tamaño de la responsabilidad que suponía interpretar a Jesús, pero a la vez sentía una gran fuerza por la confianza que habían depositado en mí. Fue un privilegio y un honor contar la historia de Jesús. Sin dudas fue el mayor desafío de mi carrera y marcó de alguna manera mi consagración como actor.
Winter: —¿Darle vida a Judas Iscariote? ¡Acepté en el acto! Lo que más deseaba, en ese momento, era un desafío así. Después de Los Diez Mandamientos me estaban proponiendo justamente un personaje que antagonizaba con Moisés. Por eso, para mí Judas era perfecto, complejo, controvertido y detestable.
Necesitamos dejar esta cuarentena transformados, con mucha más consciencia. Es hora de un despertar colectivo, es hora de evolucionar, es hora de cuidar nuestro hogar, la Tierra
—Los dos cuentan con una larga carrera dentro del mundo de la actuación. Sin embargo, muchos, sobre todo fuera de Brasil, los relacionan con estas historias bíblicas. ¿Son religiosos?
Azevedo: —Yo no tengo una religión, pero sí una fe muy potente. Jesús siempre fue muy importante para mí. Y ahora lo es más.
Winter: —También me considero una persona de fe. Y la fe no necesariamente debe ser religiosa. Creo en las buenas energías, las buenas intenciones, la empatía con los demás. Veo a Dios dentro de cada uno de nosotros, veo a Dios en la naturaleza, en los árboles, en los océanos, en los animales, en este planeta tan maravilloso y tan perfecto, que nos da tanto y el ser humano cuida tan poco, lo destruye con su codicia por el dinero. Necesitamos dejar esta cuarentena transformados, con mucha más consciencia. Es hora de un despertar colectivo, es hora de evolucionar, es hora de cuidar nuestro hogar, la Tierra.
—¿Cómo se prepararon para encarnar dos personajes tan conocidos, de los que todos tenemos una idea preconcebida?
Winter: —Volví a leer el Nuevo Testamento. Y también tuve mucho respeto por el guion, que fue excelentemente escrito por los autores. Estoy muy feliz de haber podido formar parte del equipo y de haber podido contar una historia de alguien a quien todo el mundo conoce, en la que todos creen y que logra conmover, con personajes tan ricos, tan multifacéticos. Mi única preocupación era actuar y hacer que la audiencia considerara que mi interpretación era creíble. Como actor creo que debo aportarle credibilidad y sinceridad a mis personajes, ya que esto genera identificación y cautiva al público.
Azevedo:—Como todos, conocía la historia de Jesús, pero después de haberlo interpretado la entiendo más cabalmente. Fue el más importante de todos los hombres, el más notable, dotado de virtudes y de un amor inigualable. ¿Cómo iba a interpretar a alguien así? Intenté buscar en mí, conocer al Jesús que me habita, creer en él y buscar toda la verdad posible sobre lo que creo. E intenté compatibilizar esa creencia propia con lo que cuentan las Escrituras para poder lograr transmitir su gracia, empatía y carisma.
—En tu caso, Guilherme, ¿cambió la idea que tenías de Judas antes de interpretarlo?
Winter: —Tenía la idea de un discípulo muy inteligente, que quería seguir el camino de Jesús, pero que se dejó llevar por la codicia, tentado por el poder. Esto lo marcó en la historia como sinónimo de traición, una carga demasiado pesada. Pero, además, no podemos resumir a una persona con solo una acción de su vida.
—¿Y cómo lo definirías ahora?
Winter: —Judas es un hombre complejo y controvertido. Sin duda, una de las personas más emblemáticas y misteriosas que jamás haya vivido en la Tierra. Por lo tanto, sus rasgos son sensibles y contradictorios. Fue un placer poder interpretar a un hombre con tanta fuerza y... ¿popularidad? Fue muy desafiante y, como artista, lo nuevo es lo que me motiva, el desafío, la construcción. Es un personaje denso, que lleva una carga de energía muy pesada y confusa.
Una superproducción para una gran historia
La serie que se estrena esta noche, a las 22, por la pantalla de Telefe fue filmada en Marruecos y en escenarios naturales y locaciones especialmente diseñadas en Brasil. De la producción de los 193 capítulos participó un equipo de más de 350 profesionales. La historia comienza con el anuncio de que el hijo de Dios está en camino. Luego de dar a luz, María y su esposo José deben huir de la persecución de Herodes y, para no llamar su atención, deciden criar al pequeño como si fuera un niño más. De todos modos, su destino ya estaba signado, y con los años un joven Jesús asume su rol y emprende su camino para llevar, junto a sus apóstoles, un mensaje de paz e igualdad. Al regresar a Jerusalén, el pueblo lo aclama como Rey de los Judíos, despertando la ira de Herodes, quien termina condenándolo a la muerte.
—Muchos de los exteriores de la serie se grabaron en Marruecos. ¿Cómo fue esa experiencia?
Azevedo: —El rodaje fue, realmente, muy duro, difícil y de alguna manera, sacrificado, pero el resultado, claramente, hizo que valiera la pena.
Winter: —Lamentablemente no grabé en Marruecos. Solo viajó parte del elenco, pero el rodaje, en sí, fue increíble. La escenografía es absolutamente fantástica, al igual que los paisajes y las locaciones.
—Después de haber pasado tanto tiempo en túnica y sandalias, ¿cuesta volver al jean y las zapatillas?
Azevedo: —(Risas). No fue difícil porque, una vez que terminaban las escenas me vestía normalmente. ¡No andaba por la vida vestido de Jesus! Sólo me llevaba a mi casa lo que iba aprendiendo de él.
Winter: —Es un proceso que se vuelve natural después de decirle adiós al personaje. ¡Por suerte, te volvés a acostumbrar a usar tu ropa de todos los días!
—¿Cómo fue el reencuentro entre ustedes dentro del set, ahora con los roles cambiados?
Azevedo: —Me encantó volver a trabajar con Guilherme porque admiro su trabajo. Es mi amigo y además es muy talentoso.
Winter: —¡Fue lindo! Dudu es un gran compañero de trabajo, serio, comprometido y un gran amigo en la vida. Es un ser humano muy especial, con un gran corazón y que siempre busca sumar. El cambio de roles no fue para nada traumático. Los dos estábamos felices de poder interpretar personajes con facetas nuevas. Charlamos mucho e intercambiamos ideas. El proceso fue muy intenso para todos nosotros, pero principalmente para él, porque debía pasar muchas horas de trabajo bajo el sol y soportar una gran carga emocional, algo similar a lo que me había ocurrido a mí en Los Diez Mandamientos. Por eso, así como él había estado en su momento para mí, ahora debía estar yo para él, apoyándolo, dándole una mano, un abrazo, brindándole afecto. Las telenovelas bíblicas suponen un proceso largo y arduo, por eso, deben ser encaradas por un equipo que acepte estas condiciones y que sea sólido.
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—En enero, un juez de Río de Janeiro consideró que 'el derecho a la libertad de expresión, prensa y artística no es absoluto' y ordenó a Netflix retirar de su catálogo La primera tentación de Cristo, una parodia sobre la vida de Jesús. ¿Consideran que la vida de un líder religioso debe ser tratada siempre con solemnidad?
Azevedo: —Creo que todas las posturas deben ser respetadas, tanto la de los creyentes como la de los que no lo son. La verdad absoluta no existe y no creo que mi verdad sea mejor ni más valiosa que la de mis semejantes.
Winter: —Exactamente. Creo que, como seres humanos, nos habitan distintos sentimientos y tenemos derecho a expresarlos. Cada uno tiene una visión propia del mundo o sobre un hecho determinado, pero algunos quieren ejercer la censura para que su verdad se vuelva absoluta. Creo que el arte existe para crear conciencia y traer reflexión. Libertad siempre, censura nunca más.
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Un Brasil que duele
Mientras el presidente Jair Bolsonaro sigue minimizando la magnitud de la pandemia, Brasil trepó este fin de semana al noveno puesto de los países con más infectados por el Covid-19. Las marchas y contramarchas de su gobierno, que se niega a poner en práctica políticas de prevención, son cuestionadas por gran parte de la sociedad e incluso por gobernadores e intendentes que recomiendan respetar el aislamiento social impuesto en gran parte del mundo. De acuerdo a los datos oficiales, San Pablo, el estado más poblado y del que es oriundo Winter, ya cuenta con un total de 2586 muertos. Río de Janeiro, en tanto, la ciudad en la que nació y vive Azevedo, es la segunda en cuanto a la cantidad de víctimas fatales: 971.
—Recién Guilherme hablaba sobre las medidas de aislamiento que debemos cumplir para frenar el alcance de la pandemia de coronavirus. ¿Están de acuerdo con las medidas que tomó el gobierno brasileño al respecto?
Winter: —Lamentablemente, el presidente comete errores. Un ejemplo de esto es el hecho de que genera una crisis política en un momento tan delicado. Minimiza la gravedad de la pandemia y alienta a las personas a regresar a las calles, yendo en contra de los datos científicos y del mundo. Es un momento muy delicado.
Azevedo: —El gobierno, directamente, considera que las cuestiones de salud pública no son importantes. Hace muchos días que mi familia y yo estamos recluidos. Los organismos internacionales y los especialistas recomiendan que permanezcamos aislados y yo creo en la ciencia. Esa es mi elección.
Winter: —El universo nos ha pedido que hagamos una pausa y debemos entender esto. Creo que podemos salir más conscientes de esta situación, más evolucionados, tanto en el área de la política como en la forma en que tratamos a los demás. Y especialmente en la forma en que tratamos a nuestro planeta. Necesitamos ser más conscientes, debemos consumir menos y preocuparnos más. Necesitamos revisar mucho, tenemos un largo camino por recorrer. Nuestra vida ha cambiado, no seremos los mismos después de este proceso.
Hijos, encierro y el recuerdo de la Argentina
La serie se rodó entre julio de 2018 y abril de 2019. A fines de 2018 nació Joaquim, el primer hijo de Azevedo. En un reciente posteo en su cuenta de Instagram, con una foto en la que se lo ve junto al pequeño, el actor escribió: "Cuando nació mi hijo estaba grabando mucho, a un ritmo inigualable, la telenovela Jesús. En ese momento, pensaba todos los días en cuánto quería estar con él y no podía. Hoy este es uno de los puntos principales de la evaluación que hago con respecto a la cuarentena. Es hora de dedicar un tiempo precioso a todo lo que no podemos hacer".
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—Los dos están pasando la cuarentena junto a sus esposas y sus pequeños hijos. ¿Cómo describirían esa experiencia?
Winter: —Estamos felices, pero conscientes de lo delicada que es esta situación en el mundo. Es hora de cuidarnos y mantenernos firmes. ¡Saldremos más fuertes!
Azevedo: —Estamos viviendo día a día, intentando estar lo mejor posible. No siempre es fácil, pero no podemos darnos por vencidos. Nosotros somos felices y estamos saludables, ¿qué más podemos pedir en este momento y en estas circunstancias? Eso es lo más importante.
—El final de la primera temporada de Moisés y los diez mandamientos convocó, en Buenos Aires, a miles de personas que palpitaron el cierre en el Luna Park. Si es que la situación lo permite, ¿esperan que ocurra algo similar con Jesús?
Acevedo: —Yo no estuve presente en aquel momento, pero conozco algunos lugares de la Argentina: Bariloche, Buenos Aires, Mendoza. Tengo muchas expectativas. Realmente espero que se repita el éxito.
Winter: —¡Fue increíble! Siete mil personas vibrando con la apertura del Mar Rojo. ¡Parece que fue ayer! El pueblo argentino es cautivador, alegre, inteligente, con un buen sentido del humor. Me siento como en casa cuando estoy en Argentina, siempre me tratan muy bien y me reciben con mucho cariño. ¡Me alegra decir que tengo amigos allí! Extraño mucho y quiero volver lo antes posible.
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