Los buscas (de siempre): la historia de un amor prohibido que traspasó la pantalla
Un amor prohibido, un embarazo que obligó a reescribir la historia y una ficción que se mezcló con la realidad y tuvo un final polémico: esos fueron los condimentos esenciales para ese éxito del nuevo siglo que fue Los buscas (de siempre). El programa más visto de Azul Televisión -nombre que tenía en ese entonces El Nueve- exprimió la química que tenían en pantalla Nancy Dupláa y Pablo Echarri, e instaló el continuo rumor de un romance furtivo entre ellos como condimento extra. El tiempo, finalmente, develaría que esa fantasía tenía mucho de realidad.
Con libros de Marcela Citterio, producción de Quique Estevanez y dirección de Hugo Moser hijo, Los buscas de siempre contaba la historia de Martín Giménez Álzaga (Echarri), un joven humilde que pierde a su madre y reprocha incansablemente el abandono de su padre. Martín conoce a Bárbara (Dupláa), una chica de la alta sociedad con quien comienza una intensa historia de amor sin saber que es su medio hermana. La trama gira en torno al conflicto de un amor prohibido, condenado socialmente y censurado por las familias. En el final, los protagonistas terminan juntos gracias a un análisis de ADN que demuestra que no hay relación filial entre ellos, aunque en realidad esos exámenes fueron alterados por el padre de ambos, que luego oponerse fervientemente, decide que los jóvenes tienen derecho a amarse. Un gran elenco acompañó a Echarri y Dupláa: Arturo Bonín, Luisina Brando, Carolina Papaleo, Ana María Picchio, Rodolfo Ranni, Viviana Saccone, Luis Luque, Sebastián Estevanez, Patricia Etchegoyen, Esteban Prol, Nacho Gadano, Jazmín Stuart, Adela Gleijer, Roberto Fiore y Tino Pascali, entre otros.
"La historia fue escrita especialmente para Pablo. Cuando nos aseguramos su respuesta y salimos a buscar a su pareja, apareció Nancy. Fue mágico lo que vimos en ellos. Fue un sueño tenerlos en la piel de Martín y Bárbara", le cuenta Citterio a LA NACIÓN. "Cuando ella vino con la noticia de que estaba embarazada, fue muy honesta. Podríamos haber cambiado de actriz pero ni Quique ni yo quisimos. Adelanté la historia, la primera noche de amor de sus personajes, y Bárbara también quedó embarazada en la ficción, y por supuesto fue maravilloso. Ella trabajó hasta el último minuto, y después sostuvimos la historia con Lola, el personaje de Carolina Papaleo. Nancy volvió al trabajo apenas pudo, después del parto. Fueron 350 capítulos y pasó de todo en esos 15 meses de grabaciones".
Los buscas (de siempre) fue uno de los programas más vistos de 2000, y el de mayor rating de Azul Televisión. "Empatar con Primicias (tira de Canal 13 con Araceli González, Gustavo Garzón, Arturo Puig y María Valenzuela, entre otros) en canales tan dispares, fue maravilloso. Pablo, en su momento, estuvo entre Primicias y Los Buscas; en la otra novela iba a ser parte de un elenco coral y nosotros le dimos un protagónico absoluto", dice la autora. Y agregó: "Es un personaje que Pablo valoró y que hizo crecer sin miedos. Fue un salto al vacío para él, que se jugó a un canal con menos audiencia y salió brillando. Y con un desenlace muy polémico porque finalmente... ¡Sí eran medio hermanos!".
Una historia de amor que se hizo realidad
"Martín y Bárbara se besan en el primer capítulo y cuando los vi dije: 'Ya está, son únicos'. Fue increíble, se te ponía la piel de gallina. ¡La credibilidad que tenían en todo lo que hacían! Fue un lujo. Ella había quedado recién embarazada de Matías Martin y Pablo todavía estaba con Natalia (Oreiro). Fue una novela larguísima, eterna, y pasamos por todas las situaciones, pero ellos tuvieron una fuerza increíble durante toda la novela", rememora Citterio. "Recuerdo una escena en la que Martín creía que Bárbara estaba muerta y se metía en el río y lloraba desconsoladamente. Era desgarrador. Fue un placer enorme escribir Los buscas".
"Yo estaba bastante compinche de Nancy en ese momento y hablábamos del romance, claro. Era su confidente junto con Jazmin Stuart, y compartíamos mucho. Y aunque no voy a contar qué consejos le daba, pudo decir que se los di muy bien", le dice Patricia Echegoyen, con picardía, a LA NACIÓN. "Hablábamos de la persecución periodística porque yo la había vivido ya, y estaba canchera [se refiere al fugaz romance que mantuvo con Carlos Calvo, a mediados de los 90] . Nancy trabajó y luego se fue un tiempo para tener a su hijo. Yo entré en esa segunda etapa, así que ella llevaba a su hijo Luca a su camarín y en esa época yo ya estaba buscando un bebé, así que lo tenía mucho a upa".
Las especulaciones sobre cuánto había de ficción y cuánto de realidad en los besos que se daban los protagonistas crecían sin parar. A partir de entonces, la prensa estuvo atenta a la pareja, con constantes guardias periodísticas. Nancy estaba en pareja con Matías Martin y el hijo de ambos, Luca, nació el 20 de mayo del 2000, en plena grabación de la novela. Por ese entonces, Pablo se separó de Natalia Oreiro. Y tiempo después también Nancy terminó su relación con el conductor. La tormenta mediática pasó, la novela llegó a su fin, pero el amor entre Echarri y Dupláa siguió, se fortaleció y se consolidó. Y como en la ficción de Los buscas, se quedaron juntos.
Ni Nancy ni Pablo hablaron de esa relación en ese momento. Pero mucho tiempo después, ella confesó: "El tema más doloroso fue el contexto donde inventaron ese romance, que fue el de un embarazo, un post parto, cuando uno está sensible. Mis padres sufrieron mucho con todo esto. Además, Pablo se había separado". Recién el año pasado, durante una entrevista radial, Dupláa se mostró más suelta a la hora de responder sobre el inicio de su romance: "No hagamos cuentas, porque si hacemos cuentas vamos a tener problemas. Pero sí, convengamos que en Los buscas comenzó nuestro amor. Estábamos los dos en pareja y fue una situación medio heavy, y tardamos mucho en poder reencontrarnos y darnos cuenta que valía la pena. Fue tenso, fui centro de miradas, de cuestionamientos bastante fuertes, de todo tipo".
"Estoy perdidamente enamorado de Nancy. Me gustó antes de conocerla, cuando la vi en Montaña Rusa. Siempre tuve en mi corazón ese deseo de conocerla, sabiendo íntimamente que un día me la iba a cruzar", confió Echarri alguna vez. "Me convocaron para ser parte del nuevo elenco de la segunda parte de Montaña rusa, y visité el estudio. Se me hizo realidad el sueño y nos encontramos cara a cara; nos saludamos como si nos conociéramos de toda la vida". Y agregó: "Después nos volvimos a ver en Los Buscas (de siempre), ella embarazada de su primer hijo con todo lo que eso implica. Pero bueno, fue un amor total".
Años más tarde, mientras ambos protagonizaban La Leona, una tira que emitió Telefe en el 2016, Echarri aseguró: "Con María y Franco (sus personajes) volvimos a enamorarnos como hace 15 años. Nos ayudó a recuperar muchas cosas de la pareja, como ir a almorzar solos y jugar".
Nancy y Pablo sellaron su amor con una boda en el 2007, cuando ya había nacido Morena, la primogénita de la pareja. Fue en el Tartesall, con una monumental fiesta para 400 invitados. Tres años después llegó Julián, su segundo hijo en común.
Maradona, fan del Beto Santana
"El Beto Santana fue un personaje fundamental en la historia. En un principio pensamos en Pablo Rago, pero finalmente fue Sebastián Estevanez quien lo interpretó. No puedo imaginarme otro actor que no fuera él, ahora. El Beto y la doctora [Viviana Saccone] lo eran todo. Imagínate que hasta Diego Maradona era fan de Los buscas y de esa pareja en especial", recuerda Citterio. "Lo que creció el Beto Santana con Sebastián fue impresionante. Hizo uno de los personajes más hermosos del mundo. Es inolvidable el Beto. Y su amor con la doctora sostuvo mucho a la novela".
Estevanez habla de su personaje con mucha emoción: "El Beto Santana es el personaje que me abrió camino en este medio. Cada vez que lo veo a Pablo [Echarri] le agradezco porque él fue quien me eligió para que yo hiciera ese personaje tan entrañable. Y encima me dio la posibilidad de grabar con Maradona en Cuba durante una semana. Y también con El Potro Rodrigo y con Valeria Mazza, que estaba en el apogeo de su carrera en ese momento. Ir a laburar era una fiesta".
De sus escenas con Maradona, Sebastián cuenta que "Diego grabó la novela de onda porque la veía y le encantaba" y que para eso viajó a Cuba, el país en el que el astro se encontraba llevando adelante un tratamiento. "Grabamos un día entero, como 15 escenas. Cuando vi a Maradona no lo podía creer. Y cuando él me vio en el hall del hotel, la escena no estaba ni escrita y me gritó: '¡Beto, qué haces!'. Como si me conociera de toda la vida, como si los dos fuéramos futbolistas. Y nos dimos un pico. El Beto era un poco como el Diego, con un corazón enorme. Aunque nunca hice el personaje imitándolo a Diego, porque es inimitable", dice.
"Cuando volvió de Cuba, un día me pasó a buscar con Guillermo Coppola y fuimos al bar de Echarri. Estaba en mi casa un domingo a la noche, sonó el teléfono y me dijo: 'Beto, soy Diego, te paso a buscar y vamos a tomar algo'. ¡Me llamaba Beto! Creí que era una joda pero me bañé y me vestí, por las dudas. Y a las 21 en punto sonó el timbre y era 'Guillote'. Era un sueño. Si lo pienso hoy, fue una película en mi vida. Divino. Los mejores recuerdos. Fue todo espectacular", le cuenta a LA NACIÓN.
Los autores encontraron la excusa perfecta para que Laura [Saccone] y Beto viajaran a Cuba: una luna de miel en sus paradisíacas playas, luego de haber pasado por el altar. "La idea era grabar con Maradona, que estaba ahí. Recuerdo que teníamos una cita para hacer las escenas con Sebastián y fuimos al hotel donde paraba. Esperamos a Diego durante varias horas, cuatro o cinco, y no venía. Nos atendía Coppola, me acuerdo. Decían que ya venía y nada. Fuimos como tres días y nada hasta que un día finalmente apareció Diego. No sé qué pasaba que no bajaba, nunca lo supe. Fueron largas horas de espera. Ahí conocí a Claudia [Villafañe] y tomábamos mate, charlábamos, andábamos en monopatín por adentro del hotel con Giannina y Dalma. Se hizo esperar Diego", explica la actriz.
"La historia de amor con la doctora [Saccone] que le salva la vida al Beto era espectacular. A veces, todavía me lo recuerdan en la calle. Había muy buena onda en el elenco, todos buenos compañeros, al menos así lo recuerdo. Lo tengo como una de las cosas mágicas que me pasó en mi carrera. Muy arriba. Azul TV tenía un encendido bajo pero con Los buscas explotó el rating", reflexiona Estevanez.
Hay equipo
"Me sumé a la novela cuando ya era un éxito, y el personaje de Echarri cae preso. Al principio, Quique Estevanez quería que yo interpretara al Beto Santana pero decidí hacer otra novela y no acepté. Por eso entré después", cuenta Esteban Prol. "Hice al Chiva Baldagarro y me encantaba ese apellido, no me preguntes por qué. Hacía de amigo de Echarri en la cárcel y después nos fugábamos juntos. Fue un momento de mucho disfrute, muy divertido. Un personaje muy solitario que despertó el cariño de la gente. Era una novela muy familiar y, quien sabe por qué razón, los niños querían mucho al Chiva. Me dio mucha alegría hacerlo".
El éxito dejó muchas anécdotas para Prol, en los lugares más impensados: "Recuerdo que en la historia mataban a mi personaje porque yo me iba a hacer temporada de teatro a Mar del Plata. Un día estaba en la playa y me di cuenta que muchos nenes me miraban y salían corriendo. No entendí qué pasaba hasta que volvían abrazados a sus madres, a upa. Claro, habían visto que me moría en la novela y entonces no podía estar en la playa; se quedaban impactados, pobrecitos. Otra vez, de gira con esta obra en Neuquén, recibí una carta hermosa que me escribió un padre. Me pedía saludarme después de la función porque el hijo estaba triste porque el Chiva se había muerto. ¡El abrazo que me dio ese nene! Con palmadita en la espalda incluida, como diciendo 'estás bien'. Más allá de la oscuridad y la tristeza del personaje, tenía buen corazón y los chicos lo registraban. El Chiva me dio muchas satisfacciones".
Echegoyen también entró a la novela cuando ya era un éxito. "Era la abogada del personaje de Pablo y tenía una pequeña historia de amor con él. La particularidad de Los buscas era que los protagonistas son divinos, y no lo digo porque los quiera sino porque, como cabeza de elenco, generaban buena energía. Todos tiraban para el mismo lado. Por eso fue un éxito", recalca la actriz.
De la mano de mamá
"De esa novela recuerdo particularmente que entré de la mano de mi mamá, Irma Roy", anuncia Carolina Papaleo. "Nancy estaba embarazada, tenían que darle tiempo e inventaron el personaje de Lola. Para sumarme a la trama encontraron una linda manera: que mi mamá me diera el pie de entrada a la historia. Ella ya no trabajaba como actriz, era diputada en ese momento. En la ficción era una mujer millonaria, y yo era quien la cuidaba. Ella fallecía y me dejaba la herencia pero con la condición de que, para poder cobrarla, tenía que casarme con una persona de la alta sociedad", rememora.
"Pero Lola era una busca más, la hermana de Luis Luque, íntimo amigo de Echarri en la ficción. Uno de mis novios fue la Hiena Barrios, que obviamente no cumplía con los requisitos necesarios para poder cobrar la herencia. Me acuerdo que armábamos cuadriláteros y yo le enseñaba a boxear. Me regaló un short de boxeador que todavía tengo", bromea.
"En ese momento yo estaba separándome del padre de mi hijo y, de repente, una revista publicó en la tapa que yo estaba saliendo con la Hiena. ¡Imaginate! Obviamente no era cierto. Mis abogadas me querían matar porque yo estaba en pleno litigio. Al mismo tiempo, la Hiena había tenido una pelea con su mujer, que le había hecho un corte con un cuchillo o algo así. Mezclaron todo y la revista decía que la mujer de la Hiena le había dado un puntazo porque descubrió que salía conmigo, ríe Papaleo, que también tuvo varias escenas con Rodrigo Bueno en la ficción. "Era un potro de verdad. Era hermoso el pibe. Cuando falleció ese año, el 24 de junio, pasaban esas escenas por todos lados. En la historia él no se quería casar conmigo porque no aceptaba dejar el cuarteto. Fue divino", finaliza la actriz.
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