Los Benvenuto: el salto al vacío que asustó a Francella, la queja que llegó desde Casa Rosada y la fórmula del éxito de los domingos
Inspirado en Los Campanelli, Gustavo Yankelevich convocó a un equipo para que creara un programa semanal que saliera en vivo y representara los avatares de una familia de clase trabajadora que se juntaba a almorzar
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En la historia de la TV argentina hay programas y frases que quedaron grabadas en la memoria de todos. Una de ellas fue “Al final… ¡Lo primero es la familia!”, el famoso cierre con el que Guillermo Francella daba por terminado cada domingo el ciclo clásico de Telefe La Familia Benvenuto.
A comienzos de la década de lo 90, Carlos Menem privatizó los canales 11 y 13, y desde que las señales pasaron a manos privadas comenzó una competencia de creación de contenidos para ganar el liderazgo de audiencia. En enero de 1991, Gustavo Yankelevich, el entonces gerente de programación de Telefe, llamó al productor Héctor “Toto” Maselli para que creara algo similar al éxito de los años setenta, Los Campanelli, pero adaptado a los códigos esos años.
Maselli decidió citar a tres de los guionistas más talentosos de aquel momento con el objetivo de realizar lo que hoy se conoce como tormenta de ideas, para este nuevo proyecto que iría todos los domingos en vivo en la pantalla de Telefe. Ángel Pace, Luis Buero y Gustavo Rustein se pusieron a trabajar para crear las líneas y los personajes de lo que sería la nueva familia de la tele.
La propuesta que le llevaron a Telefe era la de la tradicional familia de clase media, cuyo patriarca era Orlando Marconi, pero Gustavo Yankelevich le dio una vuelta más a la historia y sugirió que Guillermo Francella fuera el sobrino picante que generara complicidad con el público. Además, una de las condiciones del gerente de programación fue que el ciclo se emitiera en vivo, algo inusual para las comedias en la televisión argentina.
Y así fue como un domingo de abril de 1991 debutó en la pantalla de Telefe La Familia Benvenuto, con un elenco compuesto por varias figuras de aquel entonces, como Orlando Marconi, Horacio Erman, Catalina Speroni, Silvana Di Lorenzo, Judith Gabbani, Daniel Miglioranza, Gogó Andreu, René Bertrand, Fabián Gianola y Guillermo Brizuela Méndez, entre otros.
“El programa era mágico. Para que un vodevil funcione, que se abran puertas, entre y salga gente, tenés que ensayar un mes entero. Acá todo arrancaba con Guillermo leyendo el diario en el medio del patio, Catalina Speroni pasaba y decía ‘¡Esto no puede ser!”, entraba Marconi por otro lado y se daba esa magia, esa energía que hacía que todo saliera perfecto”, recordó Daniel Miglioranza en diálogo con LA NACION.
El formato era similar al de Los Campanelli, una familia en este caso italiana, que se juntaba todos los domingos “a comer la pasta”. En el medio pasaban desventuras, alegrías y tristezas con el condimento fundamental que los actores trabajan en vivo y sin red.
“El primer año de Los Benvenuto, íbamos los viernes y repasábamos el libreto y lo ensayábamos para el domingo. Estar en vivo no era fácil, al principio Francella tenía dudas de salir al aire así, no sabía qué podía pasar en ese horario; de hecho, participaban grandes actores invitados que se ponían muy nerviosos con el formato”, contó Miglioranza.
Entre 1991 y 1995, el ciclo tuvo más de doscientas emisiones, en donde la fórmula fue siempre la misma con altísimo rating. Una mezcla de ficción y realidad, donde la mayoría de los personajes se llamaban como los actores que los interpretaban o tenían algún rasgo de sus vidas reales. Por ejemplo, Guillermo Benvenuto era de Racing y sufría cada vez que jugaba su equipo, igual que Francella. Uno de los momentos centrales era cuando se reunían varios de los integrantes de la ficción en la mesa a tomar el vermut y a comentar las noticias del diario del domingo.
A pesar de ser una comedia, se trataban en la mesa temas como la falta de plata, la grieta de aquel entonces entre el menemismo y el anti menemismo. Cuenta la leyenda que alguna vez, un funcionario del gobierno de Menem llamó al canal para quejarse por los comentarios de uno de los personajes.
El segmento final, en el que toda la familia se sentaba a la mesa para redondear el capítulo, se convirtió desde el inicio en un clásico. Allí se cerraban las historias y las discusiones mientras todo el elenco comía los tallarines que eran preparados fuera del estudio para el programa de cada domingo. Como todo éxito, tuvo figuras invitadas e incluso, como la época y la economía del un peso un dólar lo permitían, grandes estrellas internacionales visitaron la casa de los Benvenuto. El ciclo fue repetido los domingos de 1996 a las 14.
En 2002, parte del elenco participó de Poné a Francella y quizás el guiño más popular para los fanáticos fue cuando, en 2005, Florencia Peña, interpretando a Moni Argento en Casados con Hijos, sobre el final del episodio “Tesoro mío” remata diciendo: “Como dice papucho: “al final, lo primero es la familia”.
Las mediciones acompañaron desde el comienzo con números que llegaron a los 30 puntos de rating, cifras dignas del prime time de Telefe. Con la cortina musical interpretada por Ignacio Copani, La Familia Benvenuto se convirtió en uno de los grandes clásicos, en una época donde los canales de aire paralizaban el país con su diversidad de propuestas. Una tele que quedó en la memoria y en el corazón de todos.
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