LA NACIÓN presenció las grabaciones de La noche de Mirtha y Almorzando con Juana, una tarde donde la emoción y los nervios definieron la atmósfera en un nuevo estudio con una escenografía montada en 360°
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El clima se alternaba entre la emoción y la adrenalina de un estreno, aunque lo primero le ganaba a lo segundo. No era para menos, la vuelta de Mirtha Legrand a la televisión siempre genera expectativa. A los 95 años, la diva sigue despertando el interés de la opinión pública y sus pasos son seguidos con lupa. Este año, Legrand conduce la “mesaza” de los sábados por la noche, mientras que su nieta Juana Viale se hizo cargo (ya con su nombre en el título del programa) de los almuerzos de los domingos. Mirtha y Juana se pusieron en carrera cuando el 2022 comienza a transitar su tramo final.
Desde temprano, este viernes por la mañana en los Estudios Cuyo, ubicados en la localidad de Martínez, el movimiento fue intenso. No era para menos, era el día en que se grabarían las primeras emisiones del año de La Noche de Mirtha y Almorzando con Juana, los ciclos que, este fin de semana, comenzaron una nueva temporada por eltrece, luego de una dilación en las negociaciones entre la productora StoryLab y las autoridades del canal, con Nacho Viale y Adrián Suar a la cabeza.
LA NACION fue testigo de la intimidad de la grabación desde muy temprano, con acceso exclusivo al imponente set de mil metros cuadrados en el que se montó una escenografía de 360 grados.
Primero Juana
Las grabaciones se llevaron a cabo de manera inversa a la salida al aire. Con un retraso de casi dos horas, después de las 13 comenzó a rodarse Almorzando con Juana. A esa hora, una parte de la escenografía estaba atestada de ramos de flores, entre los que se destacaban el del músico Maluma y el de Ignacio Viale, el ex yerno de Mirtha Legrand y padre de Juana y Nacho. Marcela Tinayre, antes de la finalización de la grabación del programa de su madre, hurgaba en busca de uno de esos ramos para llevarse como presente. Era evidente que semejante cantidad de flores había que repartirlas.
Cuando Juana Viale comenzó a grabar su programa, aún no había llegado Mirtha Legrand a los estudios de Martínez. La diva arribó pasadas las quince en compañía de su asesor de vestuario Héctor Vidal Rivas, Elvira, su asistente de toda la vida, y Marcelo, su chofer. En el pórtico de acceso a los estudios, el vehículo se detuvo para que Mirtha pudiese conversar con algunos medios de prensa apostados desde temprano y que también contarían, una vez finalizada la grabación, con la palabra de Juana Viale y de algunos de sus invitados.
Sobre la calle, un gran camión de exteriores enmarcaba ese estudio en donde también se grabó alguna de las temporadas de MasterChef Celebrity. Minutos antes de comenzar, los músicos de El Polaco probaron sonido. El cantante recién lo hizo en el último corte antes de ofrecer algunos temas de su repertorio. En ese clima de euforia también se pudo escuchar “Siempre contigo”, un hermoso tema de Valeria Gastaldi, hija del fallecido Marcos Gastaldi, esposo de Marcela Tinayre, que oficiará de cortina del programa.
Entre bastidores, Agustín Goldenhorn, novio de Juana Viale, le hacía comentarios al equipo de producción, siguiendo muy de cerca el trabajo de su pareja. Goldenhorn se mostró muy activo a lo largo de la grabación en la que Pampita, El Polaco, Guillermo Coppola y Rolando Barbano acompañaron a Viale.
En cámara se ve a la cocinera Jimena Monteverde dándole el toque final a sus platos, pero lo cierto es que la verdadera cocina se encuentra fuera de la escenografía de varios ambientes. A un costado, a media luz, un equipo de varios asistentes ultiman las recetas que probarán los comensales. Monteverde recorre el trayecto entre la cocina mostrable y la otra más agreste, que se asemeja al vértigo que se vive en un restaurante.
A pocos metros de esa cocina real, se ubica el escritorio desde donde la locutora Adriana Verón, una de las voces de radio Mitre, presenta a las conductoras y los invitados, y dice las publicidades que salen dentro del programa. Verón se mostró especialmente emocionada, y se lo hizo notar al equipo fuera del aire, ante la ausencia de su colega Nelly Trenti, recientemente fallecida, a quién Legrand recordó en su programa.
Ni bien Juana Viale comenzó el programa, Gino Bogani se retiró del estudio, saliendo por el frente de la escenografía, el mismo acceso que utilizaron Juana Viale y Pampita para correr juntas hasta el toilette en uno de los cortes, como dos amigas que se van a contar chismes en medio de una fiesta.
Durante la grabación, Viale se mostró atenta a las señas de su equipo de trabajo, pero eso no le impidió bailar y cantar al aire.
Cuando la grabación concluyó, los invitados, Juana Viale y el equipo de producción siguieron bailando mientras El Polaco ofrecía un bonus track para los presentes. A esa altura, Moria Casán, invitada de Mirtha Legrand, comenzaba a mostrar su fastidio por la demora en iniciarse la grabación de La noche de Mirtha, ya que a las 20 debía estar sobre el escenario del Multitabaris para una nueva función de la obra Brujas. La ex vedette no contempló que toda primera grabación suele sufrir demoras en el inicio.
Sin la presencia de Adrián Suar en el estudio, Pablo Codevilla se acercó a desearle buena suerte a las conductoras y a Nacho Viale.
Cuando la grabación de Almorzando con Juana culminó, el estudio quedó a media luz, mientras el personal de limpieza y los asistentes acondicionaban el lugar para el inicio de La noche de Mirtha. En ese momento, Juana Viale se reunía en el camarín con su abuela para alentarla ante la inminente reentré. La nieta no se quedó a presenciar la grabación de Mirtha. Con jeans y remera, Viale buscó flores en el estudio y se dirigió a conversar con la prensa a cara lavada.
La vuelta de Mirtha
“¿Con qué van las burratas?”, preguntaba una de las asistentes de cocina, mientras Jimena Monteverde requería por Mónica, una de las asistentes históricas de Mirtha, para que le abriese el camarín para cambiarse, ya que utilizó un vestuario diferente para cada grabación.
En ese momento, algunos amigos de la diva, como Alejandro Veroutis, ya estaban apostados detrás de las cámaras para alentarla. Baby Etchecopar respondió las consultas para las redes sociales de StoryLab. Lo mismo hicieron Moria Casán y Fernando Galmarini, minutos antes del aire.
Mientras se probaba el video de apertura, Mirtha Legrand bajó desde el primer piso, donde se ubica su camarín, y transitó el sendero alfombrado e iluminado con tecnología LED al ras del piso que la condujo hasta la escenografía. Cuando ingresó, acompañada por Vidal Rivas, Nacho Viale, su equipo de estilismo (Leo Cosenza y Gladys Andrade) y algunos productores, había un silencio expectante en el set.
Mirtha ensayó la caminata hasta el living, reclamó por un almohadón que no estaba en su sillón y un imán que había desaparecido del escritorio. Un poco de tensión, como sucede en toda grabación. Luego, intercambió algunas consideraciones con su nieto, hasta ubicarse detrás de las pantallas por donde segundos después volvería a aparecer, con un semblante más amable, ya con las cámaras grabando el histórico programa que abona el récord de permanencia de “La chiqui”.
A los pocos minutos de comenzar, apareció Marcela Tinayre con look deportivo y cup en su cabeza. En un momento de la grabación, un productor pidió silencio a los presentes, algo que no fue tomado de buen grado por el hombre ajeno al equipo del programa. La situación, por demás incómoda, sorprendió a los presentes sin entender por qué esa persona se había molestado ante el pedido lógico de silencio.
La producción cuenta con varias áreas. Así como una productora llevaba el orden de las publicidades en una planilla e iba acercando los objetos que Mirtha y Juana debían mostrar al aire, otros integrantes del equipo se posicionaron muy cerca de Mirtha para alentarla, acercarle alguna información y sostener algunos carteles con leyendas en cuerpo de letra importante para que pueda ser leído con facilidad por la conductora. “Como te ven, te tratan”, se lee en una cartulina blanca arrumbada a un costado de una pared de la escenografía. Se trata del slogan final con el que la diva finaliza cada emisión.
A las 20.05 culminó la grabación. Luego de la consabida fotografía de Mirtha con sus invitados, rápidamente el set quedó en penumbras y soledad. Nacho Viale conversaba con algunos colaboradores, ajustando detalles para la próxima semana. El año 54 de Mirtha Legrand en la televisión había comenzado. La misma tarde en la que Juana Viale fue premiada con programa propio.
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