Lisandro de Gran Hermano: su paso por el mundo de las finanzas, lo que le ocultó a su novia y su opinión sobre Furia
Eliminado el último domingo en un mano a mano con Juliana Scaglione, el joven habló con LA NACIÓN sobre su paso por el reality y también contó cómo era su vida antes de ingresar a la famosa casa
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Cada enfrentamiento con Juliana “Furia” Scaglione ganaba en intensidad y Lisando “Licha” Navarro ya no soportaba más esa dinámica. Por este motivo, cuando quedó en un mano a mano con su rival, sintió que el destino había puestos las cosas en su lugar, y aunque él perdió esa pulseada, aceptó ese resultado con total tranquilidad. En diálogo con LA NACIÓN, Navarro habló de su estrategia en Gran Hermano, pero también de su trabajo en el mundo de las finanzas y de cómo se enamoró de Milagros, su actual pareja.
-¿Cómo viviste tus últimos días en la casa, en los que tuviste cruces muy fuertes con Furia?
-Después del repechaje, vi que todos los que entraban se ponían a jugar con Furia, incluida mi amiga Isabel, que se suponía que entraba a jugar conmigo. Entonces yo sentía que la gente de afuera quería ver a todos jugar en contra mío. A esa situación, se le suma que en un momento Furia se levanta y va por mí, y ahí comprobé que ella recuperó a su equipo y tomó fuerzas para atacarme. Entonces pensé: “Vamos a placa y que se vaya uno de los dos porque la convivencia así ya es insostenible”. Cuando Agostina se salva de la placa, queda esa final entre ella y yo, que era la instancia que quería. La verdad es que yo tenía fuerzas para estar en la casa, pero en la medida que no estuviera ella. En el afuera yo sabía que todo lo que viniera iba a ser buenísimo, pero no podía seguir conviviendo así, era muy difícil.
-¿Por qué pensás que el público respalda a Furia, que lleva adelante un juego tan agresivo?
-Juliana es alguien que cuando se la agarra con vos, te ataca de una manera en la que yo no podía responderle igual porque si lo hubiera hecho hubiera sido un violento. Ella lleva la agresión verbal a un punto muy alto. Cuando me dice “parate de manos, hijo de puta, te voy a matar”, yo lo único que podía hacer era no reaccionar. Por otra parte, creo que no se mide con la misma vara lo que hace Juliana con respecto a lo que hacen otros participantes. Por un décimo de lo que hace ella, a cualquier otro participante lo sacan de la casa y lo cancelan automáticamente. Fijate el Paisa, él tuvo una reacción encabronada, desmedida desde luego, pero él reacciona de una manera que en comparación a las formas de Juliana no es nada. Sin embargo, hay un fanatismo tal, que entiendo que es un reflejo de la sociedad.
-Comenzó a circular la posibilidad de que Agostina le inicie acciones legales a Furia, ¿vos pudiste hablar con ella, tomarías una medida similar?
-No, para nada. Las cosas que pasaron en la casa, quedan ahí. Fue un juego que de a ratos era divertido, pero en otros momentos la pasé mal. Yo dudo que Agos haga algo y por mi parte, no guardo ningún tipo de rencor. Juliana hizo su estrategia, y logró desestabilizarme. Mi reproche no es hacia el juego de Juliana, sino hacia lo que la gente permitió desde afuera, pero Juliana hizo su juego de manera perfecta y por algo quedé eliminado. Pero jamás haría una denuncia y la verdad es que adentro de la casa uno magnifica todo hasta el robo de un dulce de leche. Y con Agos pude hablar un ratito, almorzamos porque estamos aislados juntos, pero ella en ningún momento haría algo así. Yo sé que perdí contra una excelente jugadora, no me quedó nada por mostrar, le hice frente a mi manera y me planté como creía que debía hacerlo. Siento que me fui con la frente en alto.
-¿Cómo es tu relación con Milagros, tu novia, y cómo fue el momento en el que le dijiste que entrabas a Gran Hermano?
-Con Mili nos conocimos, empezamos a salir y yo al mes ya me había enamorado, estaba loco por ella. La veía cada dos días y todo se fue dando todo de manera muy intensa. Antes de ella solo había tenido una pareja y cuando la conocí me di cuenta al toque lo que me pasaba porque nunca había estado así enamorado. Entonces se me da lo de Gran Hermano y tengo mi primer casting, pero estaba arrancando la relación y tenía esa disyuntiva de “si le cuento que estoy por entrar a Gran Hermano, por ahí me pega una patada porque va a pensar que soy un banana por meterme ahí”. En ese punto, estábamos juntos desde hacía tres meses y tenía miedo de perderla, de contarle eso y que dé un paso al costado. Entonces empiezo a estirar todo porque imagínate que le cuento, ella me corta y después encima no quedo elegido para el reality: ¡me iba a quedar sin el pan y sin la torta! Entonces jugué la de vivo y la de “lo quiero todo”.
-Y cuando entraste hubo un pequeño problema con ella, ¿ahí qué pasó?
-Claro, después entro y me mando la cagada de decirle que no quería que estuviera en la tribuna y eso me pesaba un montón en la casa. Y fue así hasta que recibí el mensaje de ella a través de Santi (Del Moro). La verdad es que me pesaba no saber cómo estaba Mili afuera y subestimé mucho mi capacidad de desapego, pensé que iba a aguantar y como se habrán dado cuenta después yo andaba llorando por todos los rincones.
-Antes de entrar a Gran Hermano vos trabajabas en el rubro de las finanzas, ¿cómo era ese mundo?
-Yo trabajé casi ocho años en el Banco Galicia y después me fui a una fintech, de la que me echan en febrero del año pasado. En julio esa empresa entra en concurso preventivo, que está en instancia judicial, aunque ese tema no sé en qué estará ahora. Era una empresa que operaba en bolsa y que estaba en Uruguay, España y acá, todo en el rubro de inversiones. De hecho, los ahorros de toda mi vida están ahí y los tengo reperfilados a siete años. Después de eso me voy a trabajar a una empresa de inversiones en bienes raíces y cuando explota lo de la otra empresa, entro medio en una depresión por toda la gente que conozco que estaba en esa misma situación que yo, con toda su plata que se la iban a pagar de acá a cinco años. Ahí me terminan de desvincular de esta segunda empresa en la que estaba y cuando entro a Gran Hermano, lo hago desempleado. También andaba con un proyecto en los Estados Unidos, comprando y vendiendo zapatillas, pero eso lo dejé en stand-by.
-Cuando entraste a la casa, se te vinculó con una de esas empresas en las que trabajaste y que estaba acusada de estafa...
-Sí, se trataba de una firma que otorgaba créditos en distintos países. Yo trabajé ahí, pero después me quedé sin trabajo y no inicié acciones judiciales para mantener una buena relación con la gente que todavía trabaja ahí y que quizá me podía dar una mano con la plata que yo sigo teniendo ahí. Pero cuando a mí me echaron, no me pagaron indemnización ni nada de lo que me debían y a los cuatro meses la empresa entra en concurso preventivo. Pero las denuncias que tuvo la compañía fueron más por la parte de venta, que por el área en la que yo estaba. Por eso cuando entro en Gran Hermano lo hago tranquilo, sabiendo que aunque eso podía aparecer, yo no tenía nada que esconder.
-¿Cómo es la relación con tu padre y tu madre?
-Mi familia siempre me apoyó en todo, son incondicionales. Ahí adentro de la casa, extrañé mucho un abrazo de mi vieja. Y sobre mi viejo, él no vive en Buenos Aires y estoy rogando tener unos días para poder visitarlo porque no te puedo explicar lo mucho que lo extraño. Él vive en Nueva Atlantis, al lado de Mar de Ajó. A mi viejo lo veo menos de lo que quisiera y mucho menos de lo que lo necesito. La realidad es que él es muy importante para mí y me reprocho que dentro del egoísmo que uno tiene a los 33 años, quizá no me tomo el tiempo que debería para ir a visitarlo. Pero son cosas que la casa también te hace dar cuenta y espero poder revertirlo porque mi papá siempre estuvo y me acompañó en todo. Creo que no se lo devuelvo de la manera en la que se lo merece, pero estas son cosas para aprender.
-Ahora, ¿qué querés para tu futuro?
-El rubro de finanzas no lo toco nunca más, no quiero saber nada de eso. Cuando entro a Gran Hermano es para hacer un cambio en mi vida. A mí me hubiese encantado con 21 años haberme animado a hacer esto, pero me tocó a los 33 por algo, porque la vida tenía que cachetearme como me cacheteó, para poder vivir la experiencia de esta manera. Ahora me gustaría estudiar actuación, hacer algo de modelaje, todo ahora es nuevo y hay una incertidumbre que me resulta muy excitante, estoy muy entusiasmado.
-¿Y estás para la obra Sex? Porque en las redes hacían muchos chistes sobre eso...
-Adentro de la casa también me jodían con eso. La verdad es que nadie me ofreció nada, pero me resulta interesante, ¡aunque vamos a ver qué dice Mili!
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