Lazos peligrosos en la época victoriana
La obra de George Eliot no es demasiado conocida en nuestro país. A pesar de ser una de las autoras esenciales para entender la evolución de la novela en el siglo XIX, gracias a la complejidad psicológica de sus personajes y su uso del contrapunto, la escritora que se escondía tras un seudónimo masculino (cuando su nombre verdadero era Mary Ann Evans) corría hasta hace poco serios riesgos de sufrir una suerte parecida en su país de origen.
Fue la aparición de una miniserie centrada en su obra maestra -"Middlemarch", en 1994- la que no sólo provocó un renovado interés público sobre su obra (y su figura, protagonista de algunos de los escándalos más famosos del mundo literario victoriano) sino que además decidió a la BBC a apostar definitivamente a la adaptación televisiva de grandes obras de la literatura como uno de los principales puntales de su programación, política que mantiene hasta el día de hoy, con excelentes resultados. Hoy, por Europa, Europa podrá conocerse la más reciente adaptación de su obra, una lujosa versión "destilada" de "Daniel Deronda", su última y fallida novela, como dicen algunos, de 1876.
"Daniel Deronda" narra dos historias unidas por el personaje que le da nombre a la obra (interpretada por Hugh Dancy), el bienintencionado hijo adoptivo -que las malas lenguas de la comarca prefieren pensar que es ilegítimo- de un rico y poderoso caballero sin otros herederos, cuya holgada situación económica permite que Deronda pueda meditar acerca de su lugar en la sociedad sin más apremio que su propia necesidad de descubrir sus orígenes.
En realidad, las dos tramas que conforman esta miniserie están definidas por las mujeres que se cruzan en el camino de Deronda, como la atracción que despierta en él la decidida e independiente Gwendolen Harleth (Romola Garai), convencida que su belleza la hace merecedora de lo mejor que la alta sociedad de su época es capaz de ofrecerle. Lo que incluye a Deronda, por supuesto, pero también a Henleigh Grandcourt, el millonario e inescrupuloso terrateniente al que ella cree que podrá dominar a voluntad (Hugh Bonneville, a años luz de los afables y confundidos personajes que intepretaba en "Un lugar llamado Notting Hill" o "Iris").
La tercera integrante del triángulo amoroso es la misteriosa Mirah Lapidoth (Jodhi May, ganadora del premio a la mejor actriz en Cannes a los 13 años, por "Un mundo aparte"), una desesperada cantante judía que busca a su familia en los barrios más pobres de Londres cuando el héroe la salva de una muerte segura. Un encuentro que permite a la autora -siempre a la vanguardia de las reivindicaciones sociales de su época, desde los derechos de la mujer hasta la necesidad de una reforma agraria- sacar a la luz el omnipresente antisemitismo de la sociedad victoriana ("es de un desprecio lacerante", escribió) y reflejar los primeros pasos dentro de la comunidad judía de ese país de la necesidad de crear un Estado propio en Palestina.
Esta adaptación del ubicuo Andrew Davies fue dirigida por Tom Hooper, cuya más reciente colaboración con el primero, autor del guión de "Orgullo y prejuicio", fue la audaz "Tipping the Velvet" (de la que también participaron May y Bonneville).
El elenco de "Daniel Deronda" se completa con una irreconocible Greta Scacchi y los siempre confiables actores británicos de carácter: Amanda Root, David Bamber Celia Imrie y Edward Fox.
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