La 1-5/18: Bruno quedó en medio de un enfrentamiento armado, recibió un disparo y fue herido de muerte
En el cuarto capítulo de la tira de eltrece, Lola y el padre Lorenzo comienzan a estar cada vez más cerca, mientras un plan maquiavélico se despliega en el barrio
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Lola (Agustina Cherri) se sorprende cuando encuentra al padre Lorenzo (Esteban Lamothe) trabajando en la reconstrucción del comedor y la atracción entre ellos es cada vez más evidente. En medio de la charla, la maestra le cuenta que, en su afán de justicia, sigue insistiendo en su investigación para dar con la persona que amenazaba al padre Antonio (Héctor Calori).
Rita (Lali González), a su vez, todavía se encuentra exultante por el encuentro que mantuvo con su hijo Matías (Balthazar Murillo), aunque todavía no quiere contarle que es su madre biológica. Además, está feliz porque Lautaro (Nico García) salió de la cárcel y la convence de que quiere montar en el barrio un local de fletes con un supuesto préstamo que le dieron por haber estudiado mientras estaba detenido. En realidad, su esposo es parte de un peligroso y maquiavélico plan que tiene a Miranda (Romina Gaetani) y a Coty (Rodrigo Pedreira) como cabecillas.
Ayudado por su primo Rogelio (Yayo Guridi), el puntero del barrio, Lautaro finalmente consigue el local para su nuevo “emprendimiento”. Para llevar a cabo el nuevo negocio, le pide a Jonathan (Lucas Demario) que reclute más adolescentes.
En el momento en que Nancy (Agustina Cabo) le está pidiendo a Walter (Lautaro Almaraz) y a El Peque (Felipe González Otaño) que le cuiden a su hijo porque tiene que ir a visitar a su novio, que está en la cárcel, aparece Jonathan y les ofrece que se integren a la banda para “hacer repartos”. Pero ellos se niegan. Lautaro, en tanto, presiona a Tulio (Gregorio Barrios) para que el bar sea el lugar estratégico para la distribución de la droga en el barrio.
Miranda va a ver a Lorenzo a la parroquia para convencerlo de que firme el contrato del nuevo proyecto que vincula a su laboratorio con la empresa familiar del religioso. Él le dice que no está seguro de hacerlo, pero ella intenta manipularlo: “Elijo el laboratorio de tu familia para desarrollar el proyecto, y pienso abrir una fundación”. Sin embargo, el cura vuelve a negarse y le cuenta que ya no piensa viajar a Catamarca, sino que va a quedarse en el barrio, y ella entiende que se va a convertir en un escollo para sus planes.
Alertado sobre esta situación, Coty, acompañado por su madre (Nora Cárpena), acude a su tío Ciro (Arturo Bonín), un hombre que ocupa una alta posición dentro de la iglesia y que no tiene una buena relación con Lorenzo, porque conciben su función de manera opuesta. Convencido de que el lugar de su sobrino no es un barrio popular, el hombre se compromete a tramitar su traslado.
Vivi (Leticia Brédice) y Noelia (Leonor Manso) le alertan al nuevo párroco que no le crea a Lautaro sus buenas intenciones y le cuentan que el padre Antonio fue quien lo denunció, y que por eso terminó en la cárcel. Por eso, cuando Lola le cuenta que finalmente un niño atendió el teléfono desde el que amenazaban a Antonio y le dijo que su padre estaba preso, el cura comienza a pensar que quien estaba detrás de aquellos mensajes era Lautaro.
Obligado a quedarse en el lugar, después de que la banda de Wilson le robara todo su dinero, Bruno (Gonzalo Heredia) intenta recomponer la relación con su padre, Don Luis (Patricio Contreras), a quien le cuenta que su novia Andrea (Luli Torn) está por llegar desde Río Negro y que piensan instalarse en una de las habitaciones de la casa de Chacho (Maxi Ghione).
Sin embargo, cuando va a buscar a la chica a la terminal, Bruno se lleva una gran sorpresa: dos de los hermanos Luna la tienen secuestrada. Junto a ellos se encuentra Rodrigo, el tercero de los hermanos, a quien creía haber asesinado en defensa propia. Los delincuentes le proponen un trato: el dinero que les robó por la vida de su novia.
Rita, en tanto, busca una nueva excusa para ver a su hijo: les lleva a Renata (Bárbara) y a Sebastián (Luciano Cáceres) un ceviche en señal de agradecimiento por haberle dado trabajo la noche anterior. En el camino se encuentra con Matías, que le pide que no le diga a nadie que lo vio junto a una chica.
Al llegar a la casa de los padres adoptivos de su hijo, se encuentra a Renata totalmente desquiciada porque el adolescente no le atendía el teléfono. Y cuando la mujer amenaza con llamar a la policía, Rita rompe su promesa. Al llegar, Matías se entera de que Rita traicionó su confianza.
Mili (Nina Spinetta), a su vez, llama desde el hospital a Rogelio, su amante, para contarle que algo anda mal con su embarazo y pedirle que vaya allí con ella para hablar con los médicos. Elena (Shirley Briceño), en tanto, trata de convencer a su hermano Rafa que no trabaje más para Wilson y vuelva a la cevichería, pero el muchacho está contento con su rol dentro de la banda.
Aunque Gina (Ángela Leiva) se enoja en un primer momento con Ricky (Felipe Colombo) por haber asesorado a su padre en su afán de cederle el bar a Bruno, termina aceptando tener una cita con él. Al verlos, Jonathan se pone celoso.
Bruno intenta convencer a Wilson de que le devuelva el dinero. Al llegar al encuentro con los hermanos Luna, descubre que a idea de maleantes era ultimarlo. Sin embargo, son sorprendidos por Wilson y sus hombres y las dos bandas protagonizan un feroz enfrentamiento armado. En medio del caos, Bruno es herido y Andrea logra escapar.
Ante la imposibilidad de llamar a una ambulancia o llevarlo a un hospital, a Rita se le ocurre pedirle ayuda a Sebastián, quien acude al lugar y se encuentra con que Bruno está en grave estado. Mientras intenta quitarle la bala, con la ayuda de Rita, Bruno sufre un paro cardíaco.
Tras varios intentos, el médico logra reanimarlo. En ese momento, Noelia llega con Andrea. El médico les advierte que debe dar parte a la policía de lo ocurrido y Lorenzo intenta convencerlo de que eso sólo complicaría más las cosas.
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