Julieta Cajg y Cayetano: “Somos el agua y el aceite”
Los hermanos participan de la nueva temporada del reality Escuela para maridos y hablaron con LA NACION sobre cómo es trabajar juntos
Ella es actriz y él es periodista deportivo. Su familia es de Villa Crespo y, como no podía ser de otra manera, los dos son hinchas de Atlanta. Tienen treinta y pico y una carrera en ascenso en la que lo mejor está por venir. Hasta hace poco los hermanos Cajg compartían las mañanas de radio Metro con Andy Kusnetzoff. Después separaron rumbos...¡hasta ahora! Hoy cada uno está felizmente de novio y tan bien están en lo afectivo que, a partir de esta noche, a las 22, por Fox Life, ayudarán a otras parejas a resolver sus problemas en la nueva temporada de Escuela para Maridos 2, que conducen los ya experimentados Alessandra Rampolla y Alejandro Fantino.
Nicolás y Julieta Cajg son "Cayetano y Cayetina" (o "Cayetina y Cayetano"): la dupla de hermanos de la tevé que no tiene problemas de cartel y que definitivamente llegó para quedarse.
- ¿Cómo les llega a los hermanos Cajg este nuevo trabajo juntos?
-Julieta: Esta es la segunda temporada de Escuela para maridos. En la primera, yo ya estuve y en la segunda se incorporó mi hermano. A mí me convocaron primero y una vez así al pasar Mariana Pérez, una de las ejecutivas a cargo de la producción y la programación de FOX Life, me pregunta cómo veo la posibilidad de convocar a mi hermano y yo me empecé a reír... Es difícil decirle a tu jefa que es imposible lo que está planteando. Por muchos motivos: porque las grabaciones eran en Bogotá y porque iban a ser durante seis semanas. La verdad es que me reí y le dije que no creía que mi hermano pudiera. Ella me contestó que todo lo que quería lo conseguía. Y fue así, lo consiguió.
- Perdón Nico.... pero ¿cómo lo consiguió?
-Nicolás: A mí me contó Juli de esa conversación. Después me llamó Mariana, me reuní con ella y charlamos. Era difícil porque yo estaba con trabajo y es complicado ir a tu laburo y decir que te vas seis semanas a Colombia. La verdad es que fueron muy generosos conmigo, tanto en la radio como en la tele, porque me lo permitieron. Me sorprendieron mucho cuando me convocaron. Yo ya había laburado con Fantino y había sido muy bueno. Tengo una gran relación con él. Con mi hermana laburamos los últimos siete años juntos. A Alessandra sólo la conocía por haberla entrevistado y había visto la primera temporada de Escuela para maridos por Juli, para verla a ella, y me había gustado. Y bueno, así se fue dando todo.
- ¿Aceptaste el proyecto por Fantino o por tu hermana?
Nicolás: Por Alessandra. [Risas]. Acepté porque me interesó el proyecto. Debo decir que yo iba con una idea, con un cierto prejuicio y después terminé dándome cuenta que era todo lo contrario de lo que yo pensaba previamente. Yo pensaba que estaba todo arreglado. ¿Cómo vas a ir con tu esposa a hablar en televisión? No lo creía. Y no sólo me di cuenta que no está arreglado, sino que es todo verdad y están locos. ¡Locos bien! Los conflictos son reales, los problemas son verdaderos y hasta me terminó deslumbrando lo que pasaba.
- ¿Cuál es el rol que juegan cada uno de ustedes en la escuela?
Julieta: Mi rol creció mucho. Como esta temporada transcurre en Colombia, se agregó la convivencia de los participantes. Antes cuando terminábamos de grabar, cada una de las parejas volvía a su casa. En esto creció mucho mi aporte y se sumó mi hermano. Nuestro rol consiste en ir mucho detrás de los participantes en la escuela y acompañar a Alejandro y Alessandra. Después, en la casa de ellos, seguir el día a día y ver cómo se llevan con la pareja o las otras parejas. Somos como una especie de tutores de los participantes.
Nicolás: Por ejemplo, si había algún conflicto, ella se reunía con las mujeres y yo con los hombres y charlábamos un poco de lo que estaba pasando.
Julieta: Así podíamos tener las dos versiones...
- Hicieron un reality ciento por ciento…
Nicolás: No sé si ciento por ciento, pero tiene mucho.
Julieta: Es un reality, sí.
Nicolás: Hay mucho movimiento a diferencia de otros realities. Está la casa, la escuela, hay exteriores y mucho movimiento por distintas locaciones.
- ¿Y la convivencia de ustedes dos en Colombia durante esas seis semanas de grabaciones cómo fue?
Julieta: A ver, nosotros somos el agua y el aceite.
Nicolás: Perdón, ¿quién es el agua?
Julieta: Yo, porque soy más pura. [Risas]. Yo iba todos los días al gimnasio, a comer afuera. Me hice muy amiga de Alessandra y nos íbamos a cenar por ahí o salíamos de tragos. Recorrí todo Bogotá, fui al cine, al teatro. Él es mucho más pasivo en ese sentido. A él, si lo dejás leer, leer y leer, está contento. En Villa Crespo, en Colombia, le da igual.
Nicolás: A mí no me gusta salir a pasear como a ella, me gusta más quedarme. Leo, miro películas, pero fueron varias semanas y cuando llegó la cuenta del hotel y me había ido un poquito en gastos.... En un hotel suele ser un poco más caro todo, asi que fui a dar alguna vuelta, no es que me quedé encerrado. Ella es más proactiva. Uno de los días allá, la llamé y me dijo que estaba yendo a un curso de "no sé qué".
Julieta: De español neutro...
Nicolás: ¡De neutro, Julieta! ¡Por Dios!
Julieta: Bueno, para estar en movimiento. Yo me aburro si estoy en mi casa, me mata.
- ¿Cómo llevaron la distancia con sus parejas?
Julieta: Mi novio me vino a ver tres días. Fue una visita de médico. Se dio en el medio del rodaje porque justo no grababa, pero bien.
Nicolás: Mi novia no vino, no es médica. [Risas]. Justo había cambiado de trabajo y no podía, no tenía días libres.
Julieta: Pero viste que hoy por hoy hacés Skype y ya fue. Yo estoy hace seis años de novia, ya hasta el Skype me agobiaba. [Risas].
Nicolás: Pero extrañábamos. Yo extrañé mucho. Igual ya estábamos mentalizados que iba a ser así la cosa. Los dos sabíamos que ella no iba a poder venir por lo tanto lo resolvimos con teléfono, Skype, Whatsapp, Facebook y Twitter.
- ¿Su familia qué dice de que trabajan juntos?
Nicolás: Mamá está feliz.
Julieta: Ya no le entran en ningún lado los recortes de notas y entrevistas porque cualquier cosita que sale, una fotito o lo que sea, ella ya la corta y la guarda. Le encanta que trabajemos juntos. Sigue ambas carreras, pero cuando estamos juntos se le cae la baba.
Nicolás: A nosotros nos gusta mucho trabajar juntos, más allá de la familia. Nos entendemos muy bien trabajando y en general. Lo hacemos a la perfección.
Julieta: Igual, yo ahora estoy tomando distancia de mi hermano.
- Dejaste la radio, ¿no?
Nicolás: Sí, dejó y yo la extraño. Lo dije al aire en Perros de la Calle.
Julieta: Sí, a mí me emocionó mucho eso. Fue un gran momento. Dijo un montón de cosas al eire, por suerte lindas. Ese día me fui del programa y un oyente me mandó por Twitter el audio de mi despedida. Lo volví a escuchar y fue hermoso.
Nicolás: Yo ya la extraño. Se fue una parte de mí. Tengo el corazón destruido. [Risas] Hablando en serio, la extraño por un montón de cosas. La verdad es que resolvíamos mucho hablando entre nosotros: notas, consejos, estás a mano, es una persona de confianza. Por otro lado, me pone contento porque es una decisión que ella pensó, estudió y tuvo la valentía de hacer. Estoy feliz por ella.
- ¿Te fuiste por nuevos proyectos, nuevas propuestas?
Julieta: En realidad, muchas veces tuve ofertas que ni las podía pensar porque eran a la mañana y yo estaba en Perros de la Calle. Me ofrecieron hacer programas de entretenimientos. Si surgía algo de tira yo lo acomodaba con Andy, le pedía permiso para faltar un par de veces, por algunos capítulos. Pero siempre pensé que cuando dejara la radio debía ser por dejar ese proyecto y no por otra cosa y éste era un buen momento. Volvía justo de Colombia, estoy haciendo una obra de teatro - Confesiones de mujeres de 30, con Sofía Gala y Tamara Pettinato - y quería cerrar el ciclo de la radio. Hice mi duelo, terminé, hablé con Andy, estuve un mes más y ahora me levanto a las doce del mediodía todos los días. [Risas] Cuando tomo una decisión voy para adelante, no me quedo onda "melanco", ahí pensando. Salvo si un novio me deja o me caga mal... En este tipo de decisiones propias voy para adelante.
- Volviendo a Escuela de maridos 2, ¿qué nos pueden adelantar para tentarnos como espectadores?
Nicolás: Hubo momentos que nos hicieron llorar hasta a nosotros de lo dramáticos que fueron. Digo, cosas que ni en una novela escrita y guionada por el mejor de los autores hubieran ocurrido.
Julieta: Recomendamos a los guionistas que miren Escuela para maridos 2 porque les va a dar muchas ideas. [Risas].
Nicolás: Yo te juro por mi madre, por la mamá de Julieta, que es todo real. Hay cosas que decís: "¡no puede ser!". Pero yo estaba ahí, ¡es real!
Julieta: La verdad es que eran parejas que estaban muy dispuestas a buscar un cambio y a contar intimidades. Estaban abiertos y salió lo más crudo, el hueso de un montón de cosas que creo que incluso nosotros por momentos no estábamos preparados para recibir tanta información. Todo detonaba en algo. Fue muy fuerte: la final, los ejercicios, llorábamos.
- ¿Pero lloraban porque se sentían identificados con los problemas de las parejas?
Nicolás: No, ella lloraba porque estaba en esos días... [Risas]
Julieta: Lo que pasa es que te encariñás con la gente y, además, ves personas que se abren mucho y cuentan intimidades con las que te sentís identificado porque hablan de la convivencia de la pareja.
Nicolás: Sin dar nombres, hubo confesiones de infidelidad en cámara que nunca habían hecho. Entre llantos, contaban esto y nosotros estábamos tan sorprendidos como quienes recibían la noticia.
Julieta: Vivimos situaciones en las que él me decía: "Vos las resolvés porque sos actriz, pero yo no sé qué hacer, miro a cámara".
Nicolás: Lo que hay que hacer es reaccionar naturalmente, pero las cosas que vivimos en el programa fueron a ese nivel.
Julieta: Hay muchas historias de parejas de 30 o 40 años en las que pasa que a esa edad te estás realizando y estás tan metida en tu camino que no te fijás en lo que necesita el otro. Hay muchos planteos desde ese lugar. Parejas que se aman, pero que querían realizarse desde ese lugar como personas. Están metidos los hijos en algunas de las historias o el tema de la edad para convertirse en madre. Mucho movimiento de cosas que nos pasan a todos.
- O sea que están listos para la temporada tres si se la proponen...
Julieta: Sí, por supuesto
Nicolás: Si viene la temporada tres, claro que sí. Yo ya confesé que fui con cierto prejuicio y que me terminó encantando. Además, tiene mucho humor el programa. Es muy bueno.
- ¿Ustedes irían a la Escuela para maridos? ¿Lo necesitan?
Julieta: Yo, en mi situación, estoy más para que me manden a una escuela para mujeres que yo mandarlo a una escuela para maridos. [Risas].
Nicolás: Yo creo que mi novia me mandaría. Lo que tiene de bueno y de malo a la vez es que observás todos tus defectos, todas tus falencias. Entonces hay que hacer un trabajo introspectivo fuerte. ¿Vos me preguntás si estoy dispuesto? ¡No! Pero si me mandan, me mandan. ¡Tendré que ir!
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