Juan Roccabruna, empleado de Rubén Mühlberger dio escalofriantes detalles del manejo de la clínica
El caso del doctor Rubén Mühlberger tiene cada vez más aristas. Al allanamiento en su clínica y posterior detención, el pasado jueves se suman ahora testimonios de personas que trabajan con él.
Acompañado de su abogado, el recepcionista de la clínica de Mühlberger, Juan Roccabruna, denunció amenazas. "Subí unas historias a mi Instagram mostrando parte del allanamiento y al rato me llamó una doctora y me dijo que tuviera cuidado porque me podía pasar algo", contó el joven en Intrusos.
"Yo hacía de todo, desde recibir al paciente, hasta dar turnos, hacer presupuestos, porque lo que él receta, se paga en la clínica y se retira a la vuelta, en la dietética. Primero me entrevistó Natalia, que es la secretaria y mano derecha del doctor. Me preguntó si era del bando del doctor, porque ser gay es excluyente para ese puesto, y también qué serie veía en Netflix y si era cholulo. Al día siguiente conocí a Mühlberger, y me leyó la mano. Me dijo que soy un rey sin corona, que cuando uno ama a alguien y lo admira tiene que aprender de esa persona, que tenía que leer sus libros, que a su lado podía crecer e iba a tener todo lo que había soñado", explicó el joven, que trabaja en la clínica desde el 7 de enero.
Roccabruna contó muchos detalles de cómo funcionaba la clínica: "A nadie se le cobra igual, sobre todo si saben que son gente de dinero. Cada uno tiene un presupuesto distinto. Hay una lista de precios pero hay diferentes descuentos. La clínica es como una burbuja y hay dos consultorios restringidos que es donde el doctor hace los procedimientos. 'Lilita' Carrió es la paciente cuatro; los políticos tienen número, códigos para manejar a algunos pacientes".
Una de las muchas cosas que prometía Mülhberger era el antiviral para el COVID-19, y de eso también habló el recepcionista de la clínica. "Se vendía como prevención y se cobrara 4500 pesos el frasco de 60 pastillas que te dura un mes, porque se toman dos pastillas por día. Ahí empecé a ver contradicciones. Yo atendía a la gente que llamaba y que pensaba que necesitaba este antiviral y yo aclaraba que era una defensa", señaló.
"Daba turnos para consulta de prevención de coronavirus y cuando el paciente venía, lo atendía cualquiera, no un médico. En general no se daban turnos con el doctor; era muy difícil llegar a él. Era feliz cuando lo trataban como a un Dios. Es maltratador y siempre me pareció que era igual al personaje de Meryl Streep en la película El diablo viste a la moda. Siembra miedo a su alrededor; es un encantador de serpientes", indicó Roccabruna.
El empleado de la clínica también contó, frente al asombro de Jorge Rial y sus panelistas, que "cuando había pacientes nerviosos por algún retraso, les daban té rojo con algunas gotitas de clonazepam". "Uno de los pocos procedimientos que hacía él mismo era el de ensanchamiento peneano y muchos tuvieron problemas. Yo tenía acceso a áreas restringidas y puedo asegurar que las resmas de papel estaban al lado de los residuos patológicos. Un día fui al depósito a buscar algo, y veo pisadas de sangre: pedí que limpiaran porque llegaba un paciente. Recién el jueves me enteré que la clínica no estaba habilitada. Todo era trucho, decía que era una clínica odontológica", explicó.
Roccabruna contó, además, que presenció el allanamiento: "El día del allanamiento hacia tres semanas que yo había vuelto a trabajar, luego de la cuarentena. Tocaron el timbre a las 10.30 y era una inspectora con un policía. Le pidieron la habilitación a la secretaria del doctor. Fue todo paulatino, después llego la policía de investigación y terminaron siendo 30 personas. En el medio del allanamiento llegó el doctor. Le mandé un mensaje a Rocío Oliva, que tenía turno ese día y también a una jueza importante y otras tres personas. Cuando le pidieron la matricula, les contestó que tenían que leer sus libros porque ahí estaba su carrera. Y empezó a regalar sus libros. Cuando le preguntan algo, siempre finge demencia. Decía que le hacían eso por envidia porque salvó muchas vidas y atiende a muchos famosos. Gritaba que iba a salir al aire con Chiche Gelblung. Fue un día larguísimo y finalmente, le pusieron una manta negra en la cabeza y se lo llevaron. Estaba muy asustado".
Luego de la entrevista en Intrusos, la fiscal llamó a Roccabruna para que declare el próximo jueves. "Recibimos denuncias de pacientes por dolores. Sé que estoy destapando la olla y va a empezar a salir todo", y continuó contando detalles de la cotidianidad de la clínica. "Había una cápsula para bajar de peso que se llamaba Mö, en homenaje a Moria Casán. Era gordofóbico, y en las entrevistas les decía cosas increíbles. Hay un atrevimiento de ejercer su odio con sus pacientes y ni hablar con los empleados. Y diagnosticaba a ojo", aseveró.
Sobre los famosos que se atendían con Mühlberger, el joven dijo: "No pagaban las consultas. Y los sueritos que les ponía eran diferentes a los que les daba al resto de los pacientes. Acopiaba medicamentos que no podía tener, otros rompieron la cadena de frío, y vendía unas vacunas suizas a 26 mil pesos. Su secretaria, Natalia, que era mi jefa, es siniestra igual que él, y funcionan como un equipo perfecto. Ella ganaba mucho dinero, 400 mil pesos, y por eso lloraba cuando se llevaron al doctor. Para mí es una víctima y no cómplice".
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