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La charla con Jonatan Viale podría comenzar por la expectativa que le genera su próximo debut en LN+ o con algún análisis de la actualidad nacional respondiendo a su rol de politólogo recibido con honores. Sin embargo, la entrevista se posterga unos minutos debido a una actividad impostergable: el periodista se encuentra en plena faena doméstica, dándole la cena a sus hijos. “Perdón, estaba con los ravioles, complicado”, argumenta y dejando en claro cuáles son sus prioridades, al menos cuando se encuentra en su casa.
Más allá de la anécdota casera, Viale hoy ocupa gran parte de su día trabajando en el formato de +Realidad, el programa que estrenará desde el lunes 22 de febrero, a las 20, en la renovada señal de LN+. “Me gustan los cambios, no me da miedo el riesgo o salir del statu quo. Al contrario, tengo cierta fascinación por el riesgo, en el sentido positivo, pensando en los cambios. Por eso creo que el proyecto de LN+ está buenísimo, estaré en un canal con gente que respeto mucho”, reconoce el periodista, quien también ocupa un espacio vespertino en radio Rivadavia. En +Realidad estará acompañado por Lucas Morando, especialista en temas políticos, y Santiago Bulat, quien se encargará de todo lo vinculado a la economía. “Primero haré el pase con Eduardo Feinmann y, sobre el final del programa, con Alfredo Leuco. La de LN+ es una programación concatenada”.
Además de los nombres citados, Viale compartirá la grilla de LN+ con Luis Majul, José del Rio, Pablo Sirvén y Carlos Pagni, entre otros destacados profesionales. “Hay mucha expectativa, es una apuesta muy buena de LA NACION por el periodismo puro, de información dura y de opinión, pero una opinión fundamentada. Siento que, en estos momentos, mucha gente editorializa y opina con ese ´me parece que´, sin argumentos basados en datos. En Argentina se han perdido los hechos. Hoy la verdad importa poco, creo que el periodismo tiene que recuperar eso”.
-Se suele observar en televisión, editoriales y debates más cercanos a la charla de café con amigos, que a la rigurosidad de lo que se expresa. ¿Abunda la opinión personal y subjetiva relegando el sustento en los datos?
-Es la cafetización de la televisión. El periodismo tiene que recuperar la información con fuentes fidedignas, sino se cae en lo que proviene de las redes sociales o en la fuente no calificada.
-Ante el exceso de veredictos subjetivos e improvisados, ¿qué valor tiene la opinión?
-Con datos reales, es lindo tener una opinión, no pasa nada. Es una forma de ver la vida, pero siempre partiendo de los hechos.
Con respecto a los contenidos de +Realidad, Viale reconoce que “el programa será eminentemente político, pero con una agenda amplia”. “Lamentablemente, este año la pandemia también nos va a manejar la vida, así que hablaremos mucho de salud y recurriremos a especialistas. Pero, desde ya, el plato fuerte de la casa es la política”, señala.
-¿Quién pesa más: el periodista o el politólogo?
-Siempre digo que tengo dos pasiones, la primera es el periodismo y la segunda la política.
-¿Nunca evaluaste canalizar esa vocación política desde el ejercicio partidario o desde algún cargo ejecutivo o legislativo?
-No, te agradezco mucho. Es muy cruel la política, aunque el periodismo político ahora también lo es. Creo que la política es para pocos, tenés que estar muy curtido y te tiene que importar muy poco lo que digan de vos. Hoy digo que no. Dentro de cuarenta años, no sé.
A la hora de pensar en los medios donde desarrollará su trabajo en el flamante 2021, no duda en sostener que “lo que tienen en común LN+ y Radio Rivadavia es la libertad”.
-Te iba muy bien en A24 y en radio La Red, ¿por qué la mudanza mediática?
-En A24 hemos llegado a hacer 4 puntos de rating y en un pase con Feinmann alcanzamos los 6, así que, cuando me preguntan por qué me fui de un lugar donde estaba tan cómodo, donde me iba tan bien, sostengo que me voy porque ahora me dan libertad total. No digo que no la tuve, tuve mucha libertad en A24 y en radio La Red, pero hay que entender que esa libertad hoy se puede sostener en LN+ y en radio Rivadavia.
-Decías que tenías fascinación por el riesgo, eso requiere valentía y estar dispuesto a salir de la llamada zona de confort.
-Entiendo que no es común, pero pertenezco a una generación donde no existe ese mandato anterior que estipulaba que había que pasar 30 o 40 años en un mismo medio, que estaba bien nacer y morir en el mismo lugar.
-Aplicaba en todos los ámbitos. En cualquier rubro, el que ingresaba de cadete y se despedía -décadas después- como gerente de la misma empresa, había hecho bien las cosas.
-A mí generación no le asusta saltar de un lado al otro, claro que siempre teniendo la camiseta puesta del lugar donde se trabaja, tampoco es estar un ratito e irse. Cada vez que estuve un lugar, me he puesto la camiseta de ese medio.
Puertas adentro
-En lo personal, ¿también buscás el riesgo?
-En la vida soy más conservador.
-¿En qué sentido?
-Me siento cómodo con los valores familiares tradicionales, creo en eso. Creo en el amor de la pareja, de los hijos, del que se ejerce con los padres. Es lo que a mí me da felicidad.
Viale está casado con la productora Micaela Krolovetzky, a quien conoció en el canal América, cuando los dos trabajaban allí. La pareja ya tiene dos hijos: Romeo (4) y Rafael (1): “La vida familiar es el noventa por ciento de la vida feliz, el trabajo te llena de satisfacción, refuerza tu ego, te da alegría, pero la verdadera felicidad está en la familia. Cada momento con los chicos es diferente. Ellos me necesitan y yo los necesito a ellos. Si estoy mal o triste por algo, comparto un ratito con Romeo y Rafi e inmediatamente se me pasa todo, me doy cuenta que los problemas que me angustiaban eran una pavada”.
-Todo se relativiza.
-Te das cuenta por dónde pasa la vida. A veces te enojás con un punto menos en el rating o por una nota que no salió como se esperaba, pero cuando llego a casa eso pasa, no es lo importante.
-La vorágine modifica ciertos valores y prioridades.
-En la vorágine no te das cuenta, todo pasa muy rápido y uno quiere ser el mejor, pero no hay que darle tanta bola a eso.
-La charla se postergó unos minutos porque estabas atento a la cena de tus hijos. Sos un claro ejemplo de los roles asumidos por el hombre, antes solo reservados, injustamente, a la mujer.
-Hago de todo. Me parece que es lo más justo, a veces me toca a mí, otras a Mica.
-Hasta hace algunas décadas, el varón se perdía determinados placeres en la crianza de los hijos por un mandato que no contemplaba ciertas tareas.
-A mí me encanta, lo disfruto. Llego a casa y trato de estar la mayor cantidad de tiempo con mis hijos. Son muy chiquitos, así que no me quiero perder este momento de ellos.
Legado
Jonatan Viale es hijo del periodista Mauro Viale y de la psicóloga Leonor Viale. Ninguna de las dos profesiones le resultó indiferente. El periodismo es su vocación y el análisis se convirtió en una necesidad desde la adolescencia. Con mérito propio, se ganó un lugar en el medio, sin negar, pero trascendiendo la figura de su padre, con quien, además, comparte la pasión por River Plate: “Noto que cada vez más gente lo quiere. Había cierto reparo con su estilo, pero siento que con los años se valora que inventó un estilo de periodismo que, te guste o no, marcó una época. Estoy orgulloso de mi padre”.
-Quizás, esa mayor aceptación de parte de las audiencias tenga que ver con que él también cambió. Actualmente, su programa de los fines de semana en América tiene un tono amable.
-Es así, uno tiene distintas épocas en la profesión. No me voy a poner a analizar a mi viejo, pero él tuvo su tiempo de periodista deportivo, de relator, de estar más cercano a lo policial. En los ´90 estuvo muy ligado a cubrir el llamado “caso Coppola”, luego pasó por lo político y hasta por el espectáculo en Indomables. Tiene una carrera brillante, espectacular. Uno puede estar de acuerdo, o no, con sus ideas políticas, pero en mi viejo encuentro una referencia moral. Y esto lo digo pensando en cómo es él en el trabajo y con su familia. Es un tipo disciplinado e incorruptible. Y, por supuesto, es un guía laboral para mí.
-En lo que respecta a sus ideas políticas, están distanciados...
-No sé si distanciados. Ni él es tan kirchnerista como algunos creen y yo no soy macrista como también algunos suponen, de ninguna manera. Tal vez tenemos visiones diferentes sobre este Gobierno y, sobre todo, sobre el de Cristina Kirchner, pero no creo que veamos la vida tan diferente. También ahí hay un juego entre padre e hijo.
-¿Volverías a compartir un espacio con él?
-Fue muy divertido trabajar juntos. Cuando debatíamos me dejaba ganar porque se le mezclaba el orgullo de padre. Seguramente, más adelante, volveremos a compartir un trabajo.
-Supongamos que ese nuevo proyecto podría ser un programa de televisión, ¿qué nombre va primero en los títulos de apertura?
-El de él, sin dudas. Primero la experiencia.
Si la influencia de Mauro Viale es tangible, no menos evidente es la de su madre:. “Me encanta tener charlas sobre psicología con mi mamá porque la admiro profundamente. Mi madre es una gran mamá y una gran psicóloga”.
-¿Te analizás?
-A los 17 o 18 años comencé a analizarme porque respeto esa vocación, me parece que ayuda mucho. No solo ante depresiones profundas, sino también cuando hay que tomar una decisión fuerte o uno termina atrapado en un problema.
-¿Se debería incorporar la terapia con más naturalidad y cotidianeidad?
-No tengo dudas de eso. Haciendo una apreciación política, en el comité de infectólogos que trabajó durante la pandemia, faltaron psicólogos. Faltó pensar qué le pasaba por la cabeza a la gente, creo que se deterioró mucho la salud mental de la sociedad, sobre todo de los chicos. De hecho, no se tuvo en cuenta, cuando se suspendieron las clases presenciales durante tanto tiempo, qué pasaba con la salud mental de los chicos.
-En relación a la pandemia, ¿cómo imaginás que será la foto de nuestro país a fin de año?
-No te puedo hablar de lo que pasará dentro de dos semanas y me pedís que piense en diciembre. Será un año complicado. Primero hay que ver si habrá PASO o no, luego hay que pensar cómo se va a desarrollar la pandemia.
-¿Qué creés que sucederá?
-Dios quiera que el plan de vacunación avance, que lleguen las vacunas que tienen que llegar, que el Gobierno deje de fanfarronear y haga lo que tiene que hacer. Llega un momento en el que la gente no quiere más que le prometan cosas, sino que pasen las cosas que tienen que pasar. Menos show y más vacunación para que se termine la pandemia, que es lo que se necesita para que el país salga adelante.
-En las últimas semanas se comenzó a hablar sobre un posible deseo del presidente Alberto Fernández con respecto a su reelección. ¿Se baraja esa posibilidad y, en tal caso, como suponés que le iría en los comicios?
-Si nos manejamos por la historia, casi todos los presidentes intentaron la reelección. Menem modificó la Constitución para hacerlo. De la Rúa se tuvo que ir antes y Kirchner falleció. Cristina lo logró y Macri lo intentó y no pudo. Sería lógico que Alberto Fernández lo intente. Hoy los números dicen que Alberto Fernández tiene más imagen negativa que positiva, con lo cual el Frente de Todos debería buscar otro candidato. Pero este es el primer año de cuatro, así que nunca se sabe qué puede pasar. Además existe una disputa interna porque hay mucha gente que piensa que el candidato debería ser Axel Kicillof o Máximo Kirchner, aunque también está Sergio Massa.
-Del otro lado, ¿quién es más presidenciable: Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich?
-En Juntos por el Cambio hoy veo mejor parado a Horacio Rodríguez Larreta. Es el que mejor imagen tiene y la pandemia, sin proponérselo, lo posicionó a nivel nacional. Hoy es conocido en lugares donde le hubiera tomado mucho tiempo serlo, gobierna una ciudad aspiracional como es Buenos Aires y en el kirchnerismo ya lo están viendo como enemigo, como lo veían a Macri en su momento. Larreta tendrá que disputar el lugar con Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal o Mauricio Macri, si es que todavía le da el cuero.
-La frase recuerda al desafío verbal que Alejandro Agustín Lanusse le hizo a un exiliado Juan Domingo Perón en 1972.
-Macri dejó muy mal al país, una pobreza del 35% o más, 50% de inflación. Dejó el Gobierno con una imagen negativa altísima. Si bien sacó 41% de los votos, nada mal, creo que tiene un techo como también lo tiene Cristina Kirchner.
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