John de Mol, el inventor de "Gran Hermano"
La final local llegó a 41 puntos de rating
Hace más de tres años, en una reunión creativa de su productora de TV, al señor John de Mol se le ocurrió una idea: encerrar a un grupo de gente en una jaula dorada durante un año para observar sus movimientos. De ese concepto original que resultó impracticable surgió "Gran Hermano", el reality show que desde su Holanda natal recorrió con éxito el mundo: la gran final argentina del sábado último fue vista por casi cuatro millones de personas, cerca del 10 por ciento de la población.
Como testigo de ese fenómeno John de Mol estuvo en Buenos Aires menos de 48 horas, pero su estada no pasó inadvertida. "Creí que venía a Buenos Aires para tener reuniones con Telefé y con mis socios argentinos y me siento como Michael Jackson", dice De Mol a La Nación después de un día agitado.
-En su país usted es muy famoso.
-Sí, cosa que creo estúpida, porque yo trabajo detrás de cámara. Hace más de 20 años que produzco programas de TV y creo que la gente que está delante de la cámara debe ser famosa, no la que está detrás. No entiendo cómo fue que me convertí en una celebridad. Puedo entender que la gente que está dentro de la casa se vuelva famosa, pero no yo.
-¿Por qué cree que "Gran Hermano" es tan exitoso?
-Hay más de una razón. Es el programa que alcanza a la nueva generación que mira TV. Antes de que existiera se escuchaban muchas quejas que decían que los jóvenes ya no estaban interesados en la TV. Este ciclo demuestra que casi todo el mundo puede lograr todo lo que se proponga. Que si realmente lo intentan se puede alcanzar mucho más de lo que se pensaba.
-¿Pero qué es lo que logran los participantes, ganar dinero?
-No me refiero sólo al dinero o la fama sino que ganar en el programa ya es un logro. Aquí la persona de carácter más fuerte gana. Y hay que ser muy fuerte para sobrevivir dentro de la casa. Lo que hace el ciclo es probar que no existe la gente totalmente buena ni la gente totalmente mala.
-¿Qué opina de la versión argentina?
-Lo que me gusta de ella es lo mismo que me gustó de las versiones italiana y española: lo extravertidas que son las personas de la casa. Cuando están tristes lloran, cuando se divierten se ríen, cuando están enojadas gritan.
-¿Por qué cree que los reality shows funcionan tan bien en culturas tan diferentes?
-Creo que la cultura está cambiando en todo el mundo. Me parece que en la Argentina en los últimos diez años desarrollaron una manera propia de hacer y ver televisión. "Gran Hermano" cambiará todo y pondrá la cultura argentina más cerca de la cultura global, como ocurrió con las computadoras y con Internet. Las diferencias serán cada vez más pequeñas. No sé si esto es bueno, pero así será.
-La parte que más se le critica al ciclo es su capacidad de convertir a los espectadores en espías.
-Te referís al voyeurismo. Esa es una palabra francesa que significa "observador". Si caminás por una calle con casas en las dos veredas y todas tienen las cortinas cerradas menos una vas a mirar a través de esa ventana. Siempre queremos mirar la vida de otras personas. La gente es curiosa, le interesa lo que otra gente está haciendo.
-¿Leyó "1984", la novela de Orwell en la que se menciona al Gran Hermano?
-Leí la mitad y vi la película. El Gran Hermano del programa no tiene nada en común con el de Orwell. Nosotros miramos a la gente en toda situación, incluso divirtiéndose. Y en la novela se hablaba de una suerte de KGB que le impedía a la gente pasarla bien. De todas maneras, creo que este tipo de TV llegará más lejos. En los próximos años habrá ciclos en los que el control de la gente será más intenso que en éste. La cuestión es que si hacés eso tenés que ser muy cuidadoso para no herir a esa gente, y mientras eso no suceda, está todo bien.
-¿No cree que "Gran Hermano" hiere a la gente?
-No. Creo que eso tiene que ver con qué tipo de personas uno elige para participar.
-¿Hasta qué punto la edición puede influir sobre la audiencia del programa?
-Tratamos de hacer las cosas lo más honestas posibles, pero hacemos televisión y tenemos que contar historias interesantes y si tu historia no es tan interesante como la de otro, lo siento. El está en televisión y vos no.
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