Isabel II: En primer plano: el documental que descubre a la mujer detrás de la soberana británica
Después del gran éxito de su documental Diana: In Her Own Words, construido alrededor de las entrevistas grabadas por el escritor Andrew Morton para la biografía de la princesa, los ejecutivos de National Geographic le propusieron al director Tom Jennings hacer un documental del mismo formato sobre la reina Isabel II. Lo primero que pensó el realizador, productor y periodista es que lo que le estaban proponiendo era imposible.
"Hasta lo que yo sabía no había grabaciones secretas del detrás de escena del palacio de Buckingham -dice Jennings, en una entrevista con LA NACION-. Les dije a los ejecutivos que la reina Isabel es una de las personas más reservadas del mundo, probablemente por una buena razón: la autopreservación de la monarquía".
Isabel II: En primer plano, que se estrena este domingo, a las 22, por National Geographic, es el resultado de un gran trabajo de investigación por parte de Jennings y su equipo, que pudieron cumplir con el desafío que parecía inalcanzable. Claro que el realizador contaba con la experiencia y conocimientos adquiridos durante su extensa carrera como productor y director de numerosas series y películas documentales, dedicados a revelar distintos aspectos de personajes como Malcolm X y Patty Hearst; y eventos históricos como el asesinato de John F. Kennedy y el de Martin Luther King; el ataque a Pearl Harbour; las misiones Apollo a la luna; y el accidente del transbordador Challenger, entre otros.
"Encontramos autores que habían escrito libros sobre la reina Isabel en los últimos 20 o 30 años y los contactamos -explica Jennings sobre el proceso de creación-. No tenemos narrador, ni los íbamos a entrevistar. Pero, por suerte, la mayoría de los escritores grabaron entrevistas de referencia para que los textuales en sus libros sean cien por ciento precisos. Así que nos encontramos con cientos de entrevistas grabadas, muchas de las cuales eran de personas que ya no están con nosotros. A partir de allí pudimos construir una narrativa en la cual, si bien no podíamos tener a Isabel contando su propia historia, tenemos a las personas que la rodean contándola. Tuvimos mucha suerte en poder conseguir todas esas grabaciones. Después las combinamos con material de archivo de noticieros y todo lo que teníamos a mano de ciertos discursos de ella. Y funcionó muy bien".
Además del arduo trabajo de recopilar, escuchar y seleccionar las grabaciones que utilizaría, Jennings tuvo que encontrar un foco para estructurar el documental, de forma tal que tuviera una línea narrativa que atractiva para el espectador.
"Una de las grabaciones que recibimos era de un historiador de la monarquía británica llamado Robert Lace -cuenta el director-. A él es al primero que escuchás en el documental diciendo, lo parafraseo un poco, que si observás bien, todos los problemas que enfrentó la reina en su vida y su reinado tienen que ver con amor, sexo y matrimonio. Nos pareció que eso se correspondía con un tema que la humanizaba un poco más. A los productores de National Geographic les pareció bien porque si pensás en los problemas con su hermana Margaret y definitivamente con Carlos y Diana y Fergie y Andrés, te das cuenta de que es cierto. Así que esa se convirtió en nuestra guía para ver por dónde ir".
El objetivo de presentar el costado más humano de Isabel, más allá de su imagen como monarca, se cumple al verla en alguna película casera o en fotos que no tienen un carácter tan oficial. Además, el tema que recorre el documental sobre las historias de amor, sexo y matrimonio que complicaron la vida de los Windsor, también demuestra cómo se repiten ciertos errores en las distintas generaciones de la familia real. No hay rasgo más humano que ese.
Uno de los descubrimientos que más sorprendieron a Jennings fue enterarse de que la reina conoció a su marido, el príncipe Felipe, cuando tenía 12 años. "Supongo que es sorprendente que no sabía eso. Cuando escuché esa historia en una de las grabaciones, le dije a mi equipo que teníamos que buscar si había imágenes del día en que se conocieron. Y había", dice Jennings, con una sonrisa de satisfacción.
Encontrar imágenes como esas para acompañar los audios de las entrevistas fue otra de las partes más complicadas del trabajo. Sin apelar a las entrevistas en cámara, ni a las recreaciones, fue necesario buscar material de archivo que ilustrara esos relatos.
"No podemos tener a alguien contando una historia y mostrar árboles -comenta Jennings-. Así que un montón de historias quedaron afuera porque no pudimos conseguir imágenes de buena calidad. El hecho de poder encontrar las imágenes de cuando ella conoció a Felipe, cuando tenía 12 y él 16, fue algo increíble. No solo es una buena historia que lo haya conocido a esa edad sino también que sigan casados a los 90 años, mientras todos alrededor de ella tuvieron problemas relacionados con el amor, el sexo y el matrimonio. Así es como lo hacemos: encontramos una buena historia y nos aseguramos de que haya buenas imágenes para contarla casi en tiempo real".
El documental concluye antes de entrar en la etapa de Megan y Harry, protagonistas de algunos de los conflictos más recientes de la corona británica. La decisión tuvo que ver con la necesidad de mantener cierta perspectiva histórica: "Nos pareció que el Jubileo celebrado en 2016 era un buen momento para darle un fin a la historia de la reina Isabel. Hay muchas más historias de su infancia, como cuando fue mecánica y arreglaba jeeps durante la guerra. Esta es una película de una hora de duración así que nos costó mucho decidir qué incluir y qué dejar afuera. Es casi como que la historia de Megan y Harry está sucediendo en presente y, tal vez, en seis meses sea distinta. Mientras que todo el resto pasó como mínimo hasta hace cinco años y podemos saber mejor qué sucedió, con quién y por qué. Las historias de Harry, Megan, Guillermo y Kate están en desarrollo, así que las dejamos afuera y tal vez hagamos una continuación dentro de algunos años. Eso sería genial".
Realidad vs. ficción
Al mismo tiempo que se estrena Isabel II: En primer plano, Netflix está lanzando la nueva temporada de The Crown, la serie creada por Peter Morgan que ficcionaliza la historia de la reina Isabel y su familia. Jennings dice que disfruta de la serie tanto como gran parte del público pero para él la ficción no puede superar al poder de la realidad presentada en formato documental.
"The Crown está hecha para transportarte adentro de la historia y que te involucres con los personajes y sus interacciones. Nosotros tal vez no podamos hacer eso porque no tenemos imágenes internas que lo permitan, ni a personas actuando escenas en las que sucede algo. Pero cuando lo ves, es la gente real. No es Hollywood o Pinewood, o donde sea que lo filmen. Estás escuchando las historias de la gente que estuvo ahí cuando todo sucedió; estás viendo las imágenes de la historia exactamente como te las están describiendo. Creo que eso es tan bueno como The Crown", dice Jennings y luego agrega: "Cuando veo algo como The Crown hay una voz en mi cabeza que se pregunta si eso realmente habrá sucedido así".
El realizador no está solo en su admiración por el documental. En los últimos años, el formato está gozando de una gran popularidad, gracias a un público ávido de historias reales que generó una proliferación de este tipo de narraciones en televisión y plataformas de streaming. Para Jennnings, por supuesto, esto es algo para celebrar.
"Los documentales, en general, son mucho menos caros de producir que las grandes películas de ficción porque no tienen tantos costos -opina el director-. Además, la verdad suele ser más extraña que la ficción. La gente ama las películas que tienen el cartel de 'basada en hechos reales'. Pero, ¿sabés qué? Olvidate de ver actores cuando podés ver los hechos reales. Si está bien contado puede ser cautivante. Por suerte, creo que los documentales van a seguir existiendo, pero vamos a ir encontrando nuevas formas de pulir o reinventar el formato. Nuestro formato sin narrador, ni entrevistas, es muy difícil de hacer y no hay muchos, pero es un soplo de aire fresco. Busco formas nuevas de contar historias con las cuales la gente está familiarizada pero no conoce tan bien en realidad. Creo que el formato de primera persona en el documental está bien y a la gente le gusta verlos. Me alegra que muchos los estén haciendo porque eso mantiene vivo al formato de no ficción de una manera que hace 20 años no existía".
La pasión de Jennings por el documental está ligada a su interés por entender ciertos eventos y personajes extraordinarios del pasado, según él mismo explica. Su larga trayectoria como productor y realizador dedicada a este formato concentrado en lo histórico es la prueba de ese interés que parece no agotarse.
"Vivimos en una época motivada por el contenido en la que todo pasa tan rápido que si pestañeas, varias cosas ya desaparecieron -dice Jennings-. También tenemos el lujo de poder mirar atrás y estudiar todo el material asociado a un evento en particular, en este caso a la reina Isabel y su vida, e intentar encontrarle sentido de una forma nueva. No hay nada mejor para mí que cuando alguien ve estos documentales y dice: 'Pude darme una idea de cómo vivía la gente en esa época'. Y también cuando dice: 'Hay mucho en tu película que no sabía'. No es que estoy descubriendo cosas que estaban en una bóveda súper secreta. A veces sí, pero gran parte del material simplemente nunca se transmitió o sólo se vio una vez en televisión y fue olvidado. Y es tan fácil olvidarse parte de una historia importante mientras estamos intentando entender lo que está pasando aquí y ahora. Poder volver atrás, desmenuzar la historia y volverla a armar… Tengo mucha suerte de poder hacer eso".
Isabel II: En primer plano estrena este domingo, a las 22, por National Geographic.
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