Intratables, en jaque: volantazo, nuevas secciones y la extraña aclaración de Alejandro Fantino sobre el futuro del programa
El operativo “salvajate” del ciclo de debate político de América TV sigue moviendo fichas en pos de sostenerse en la grilla, pese a los bajos resultados en materia de rating
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Fue el bastión político semanal de América, y también un programa que se desmarcaba del resto de la grilla. Entre tanto magazine al compás del minuto a minuto, Intratables era el espacio donde se pisaba la bocha y se cambiaba el ritmo de juego, entre notas y a los gritos.
Lo anterior no quiere decir que fuera un éxito porque, siguiendo con las metáforas futboleras, “equipo que gana no se toca”, y evidentemente Intratables necesitaba un cambio de figuras para sostener un piso de rating en el horario más competitivo de la televisión abierta. Esto fue en parte el motivo por el que se insistió para que, ante la partida de Fabián Domán, fuera Alejandro Fantino quien ocupara el lugar de conductor.
“Gracias por dejarme arrancar así Intratables. Yo pensé que íbamos a empezar a los tiros con [Diego] Brancatelli, con [Débora] Plager, pero no. Vamos a pasarla bien”, dijo el hombre de San Vicente en su debut, mientras bailaba al ritmo de Los Totora. Aunque el jolgorio venía a cuento del triunfo de Argentina en la Copa América, enseguida Fantino sentó las bases de lo que sería el programa a partir de ese momento: “Vamos a empezar una nueva etapa, vamos a pasarla bien. Analogía cortita (con la Selección Nacional): pasó algo lindo con este equipo, se unieron dos generaciones, se miró para adelante, se salió campeón, la gente está contenta. Vamos a agarrar un poquito de eso, vamos a dejar de gritarnos, de enojarnos, vengo a conducir televisión. Espero que les guste lo que vamos a hacer con mi equipo, con mi banda que está esperándome en el otro estudio. Vamos a meterle onda”.
A prudente distancia, Paulo Vilouta, Gustavo Grabía, Plager, Brancatelli y el resto del equipo no sabían si bailar, saltar en el lugar o ubicarse en sus respectivos asientos.
El cambio de formato pudo gustar más o menos, pero tiene dos por qué. El primero se relaciona directamente con su nuevo conductor: Fantino ha demostrado a lo largo de su carrera que apuesta por la confraternidad antes que por el debate acalorado, la charla más o menos picante entre compañeros con él distribuyendo el juego. Pasaba en el cable, pasaba en Animales sueltos, en la radio, y en cuanto programa lo tuvo al frente; ese “picadito” de información que va y viene -muy en concordancia con un estilo clásico de conducción-, con disparadores y todos hablando de todo.
El segundo no tiene relación directa con su programa, pero sí con el que lo antecede. Cuando uno seguía los números del pase durante la “gestión Doman” podía ver cómo bajaba el rating apenas terminaba Los Mammones. En la intención del nuevo Intratables está ofrecer un arranque más en sintonía con la propuesta amable de Jey Mammón: alegría, distensión y buenas ondas, “para hacerlo crecer, para enriquecer”, al decir del conductor.
La voluntad del canal de que el programa se mantenga por arriba de los dos puntos se alcanzó en el debut, pero empezó a tambalearse con el correr de los días. Con una primera semana por debajo de las expectativas volvieron sonar las alarmas.
Así llegó “A la carta con Fantino”, una idea de viernes con cuatro invitados cenando, que de buenas a primeras se convirtió en sección fija. Se probó el 16 de julio, y la postal no pudo ser más clara: Hernán “El Loco” Montenegro comiendo, mientras los periodistas históricos del panel estaban parados en un costado. El segundo turno del comedor, ya sin vajilla ni comida, arranca una hora larga después, y con versión ajustada del equipo habitual.
Esta versión “flex” del nuevo Intratables permite que en una misma noche se crucen Adriana Brodsky, Martín Tetaz, Vicente Viloni, Amalia Granata, Reina Reech o Fernando “Chino” Navarro. Rarísimo. Va a llevar tiempo para que el público se acostumbre, se vaya definitivamente o se produzca un nuevo volantazo.
Hoy, una de las dudas es qué va a suceder con el “mano a mano”, una sección que tan buenos resultados le daba a Fantino en la trasnoche pero no parece ofrecer mayor rédito en el marco del ciclo. Y no se trata solamente de una cuestión de horario (suele competir directamente con el imbatible La Voz Argentina), porque cuando ocupó el segmento completo con la visita de Facundo Manes midió apenas por arriba del punto. Lo más probable es que se diluya, más allá de amistades y compromisos.
Otra pregunta inevitable es: ¿Qué destino tendrá el equipo periodístico? Porque si ya había rumores de malestar cuando se produjeron nuevos ingresos, ¿ahora van a aceptar que se los relegue a una participación de media hora con espíritu de sobremesa? En el cierre del programa del lunes, el conductor aclaró que no era la intención: “No vamos a dinamitar Intratables. Yo me llevo muy bien con todos ellos, y ellos se van a quedar trabajando conmigo, no hay mejor equipo periodístico. Por supuesto que puede haber cambios, también mañana me puedo ir yo. Ojalá se queden, se los digo mirándolos a los ojos, yo estoy feliz laburando con todos ustedes”.
En la medida que Intratables no encuentre el camino, es probable que lleguen nuevos nombres y nuevas modificaciones al programa. Fantino le dio un nuevo aire, que puede ser la clave del salvataje, pero aún no queda claro cuántos lo van a acompañar en la patriada. No sea cosa -como diría el mismo conductor- que lo dejen más solo que a Hércules buscando las manzanas doradas del jardín de las Hespérides.
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