Hércules Poirot, de regreso

Hércules Poirot, el hombre de la multiplicidad de las células grises, hizo su debut literario en 1920 con "El misterioso caso de Styles". Sus floridos métodos deductivos y su pasión por los gestos melodramáticos terminarían protagonizando 37 libros de su creadora, Agatha Christie, que en su biografía recordaba cómo, encerrada en el dispensario en el que trabajaba, se le ocurrió una pequeña idea de la autora más vendida de la historia después de la Biblia: "Por supuesto, tendría que haber un detective: por aquellos días estaba obsesionada con Sherlock Holmes. Me acordé de nuestros refugiados belgas. ¿Porqué no un detective belga? ¿Qué tal un oficial de policía jubilado? Sería meticuloso, muy ordenado: un hombrecito al que le gustaran más los objetos cuadrados que los redondos. Necesitaba un nombre ampuloso, como los de la familia Holmes. ¿Qué tal Hércules? Sería un hombre pequeño con un gran nombre".

Hallmark emitirá durante este mes cuatro de las películas dedicadas a las aventuras de Hércules Poirot que, desde 1989, protagoniza David Suchet, actor que ha logrado opacar a todos aquellos que intepretaron al personaje hasta el momento, mal que les pese a los defensores del inefable Peter Ustinov y a la miríada de grandes actores que lo acompañan en estos telefilms, invariablemente opacados por su pequeña -aunque rotunda- presencia.

En "Asesinato en la calle Hickory", la acción se centra en una pensión para estudiantes cuyos inquilinos sufren la desaparición de artículos personales aparentemente sin valor, pero altamente apreciados por Poirot, que no tarda en felicitar a la propietaria por haberle propuesto "un problema hermoso y único" que, por supuesto, procede a resolver con toda facilidad (pasado mañana, a las 14).

"Asesinato en el campo de golf" (1995), adaptada de la novela de 1923, encuentra a Poirot investigando la muerte de un ávido golfista; fue escrita como elaborada venganza de Christie a su ineludible condición de "viuda del golf" gracias a la inscripción de su marido en un country que no podía pagar (el jueves, a las 10).

El hombrecillo de modales fastidiosos sufre la falta de calefacción en un duro invierno londinense en "La Navidad de Hércules Poirot", por lo que acepta una invitación de un ignoto magnate a disfrutar de la calidez de su hogar en la campiña y, de paso, calmar su certeza de que será asesinado por alguien cercano (el lunes 11, a las 14).

Poirot y el capitán Hastings, su amable y obtuso ladero que ha vuelto ya de la Argentina, viajan a la casa de campo de un viejo compañero de armas de este último en "Testigo mudo", que intenta romper el récord mundial de velocidad en el agua. Poirot se enamora irremediablemente del único testigo del asesinato que se comete en esa mansión: Bob, el fox terrier de la víctima (el lunes 18, a las 14).

Como corolario, Cinemax exhibirá el sábado, a las 8, la adaptación de 1989 de la novela de Christie "El hombre del traje marrón", una de las pocas obras de la autora cuyo protagonista no es detective -ni profesional ni aficionado, como Miss Marple o Tommy y Tuppence- sino una joven llamada Anne, que descubre un simple pedazo de papel que termina revelándose como el eslabón perdido entre un robo de diamantes, un asesinato en una mansión, una muerte accidental y una estación de subte en Londres, en la que el villano -por primera y única vez- fue inspirado en una persona real, el jefe de su marido, y sólo porque él se lo ordenó (el jefe, no su marido, claro).

Un amable entretenimiento para esperar que pase el tiempo -tal era una de las definiciones de Christie acerca de la variante, digamos de salón, del crimen- y se estrenen los cuatro nuevos misterios de Poirot rodados este año: "The Hollow", "Muerte en el Nilo", "Un triste ciprés" y "Cinco cerditos".

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