Gran Hermano: cómo queda la casa tras la salida de Furia y por qué el reality se enfrenta ahora a su mayor desafío
La eliminación de Juliana Scaglione marca un antes y un después en el marco del popular ciclo televisivo de Telefe
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Donde ponía el ojo, Juliana “Furia” Scaglione ponía la bala. O al menos así era hasta que midió fuerzas contra Martín “El Chino” Ku, y contra todas las personas que la votaron en contra. Sin embargo, es indudable que ella es la gran estratega de esta edición; su forma de comprender el juego resultó terriblemente novedosa, y mientras un sector del público le daba la espalda, una legión de fans la enaltecieron como una líder indiscutida y ya la consideran la ganadora espiritual de esta edición. Pero ¿qué significa su partida para el reality y por qué la casa entra ahora en una nueva etapa?
Las primeras horas post Furia
La salida de Juliana fue un huracán adentro y afuera de la casa. Luego de innumerables placas en las que se demostró su fortaleza, nada parecía anticipar que el Chino sería el “Vengador” capaz de derrotar a esa Thanos de pelo rapado, que con su chasquido eliminó a varios jugadores sin mayor esfuerzo. Pero el Chino lo logró, y así el juego entra en su etapa final.
Durante los minutos posteriores a la salida de Furia, “los Bro” se fusionaron en un gran abrazo, en el que celebraron la victoria de su equipo. Nicolás Grosman, Bautista Mascia y el mencionado Martín, son ahora superioridad numérica y se presienten ganadores. Emmanuel Vich, aliado de Furia, luego rival y nuevamente aliado durante los últimos días, es el último de los Mohicanos, un jugador que cuenta con un importante apoyo de la gente, pero que puertas adentro se quedó sin pares. Seguramente él lleve adelante una guerra silenciosa en la que deberá confiar en su fandom para permanecer en juego. Aunque su presencia en placa es inevitable, es un hecho que los lobos solitarios despiertan simpatía, y ahí puede que sus seguidores crezcan en número y lo apoyen en el teléfono. Distinta es la situación de Darío Martínez, que si bien se mostró del lado de Furia, ahora quedó huérfano de equipo y probablemente trate de acercarse a los Bro.
Las primeras horas sin Furia son de luto para algunos, y de victoria para otros. En esta mañana de miércoles, el Chino amaneció sabiendo que pisa más fuerte que nunca, y su equipo saborea un triunfo colectivo. El tablero muestra un tres contra dos, y sin luchas intestinas entre Martín y sus aliados, puede que la final soñada encuentre a ese tridente compartiendo el último fin de semana del reality. Frente a ese escenario, algo predecible, el único capaz de dar el batacazo podría ser Emma.
Furia, sus peleas y sus polémicas
Juliana tuvo un juego que podría definirse de muchas maneras, pero al que no le cabe el adjetivo “tranquilo”. Ella hizo del desparpajo su firma, de las agresiones su impronta y de la tensión su medio natural. Gran Hermano es un juego de estrategia en el que a veces se involucran los sentimientos, y es indudable que quienes saben separar esos dos campos son los que se instalan en el libro sagrado de este reality. Gastón Trezeguet, Cristian U, Marianela Mirra, Coti Romero y ahora Furia, son ejemplos evidentes de eso.
Pero la reciente expulsada llevó ese concepto más lejos, y en vez de establecer silenciosas alianzas o discretas traiciones, no dudaba en vociferar sus jugadas y plantear rivalidades continuas. Porque la esencia de Furia surgía de las peleas, de esos climas evidentemente hostiles en los que ganaba por cansancio, desmoralizando a sus rivales, quienes recibían las expulsiones más con alivio que con sed de revancha. En ese camino de peleas y discordias, Scaglione se subió a todos los rings posibles.
A medida que transcurrían las semanas, ella mostraba un carácter más y más explosivo. La convivencia amena daba paso a las primeras tensiones, y Furia siempre estaba ahí. Con Agostina Spinelli, una de sus primeras amigas, ella tuvo un cruce muy fuerte que sirvió para establecer cuan frágiles eran las alianzas de Furia. Con Lisandro Navarro también hubo pelea, aunque previo a eso existió una suerte de amor platónico. Catalina Gorostidi, otra amiga de Furia que eventualmente también fue blanco de sus ataques, ayer festejó con entusiasmo la salida de su excompañera de reality. Y la lista continúa, porque Juliana también tuvo fuertísimas peleas con Manzana Farías, Darío, Isabel De Negri, Coti Romero, Martín, Virginia Demo y especialmente Mauro D’Alessio, con el que protagonizó un breve romance solo para después insultarlo a los gritos.
Lejos de las estrategias y las peleas producto de la convivencia, Furia fue muy repudiada en redes debido a determinadas expresiones que no cayeron bien en “el afuera”. Cuando ingresó unos días a la casa en calidad e invitado, Juliana comentó sobre Ariel Ansaldo: “Traigan comida para ese chabón, que se va a comer todo”. En una línea similar, haciendo alusión al peso de Manzana, en otra oportunidad dijo sobre el músico: “A mí los gordos b... me los traen a entrenar, y yo les tengo que levantar el ánimo”. Ambos dichos, señalados como gordofóbicos, fueron ampliamente repudiados en redes.
Del mismo modo, Juliana fue el centro de otra polémica, cuando se la observó en su trato con Arturo, el perro de la casa, que en una oportunidad recibió una patada de la jugadora. Sin embargo, el comentario más repudiable llegó hace pocos días, cuando en referencia a la novia de Ku, Furia aseguró: “¿Saben lo que se siente acá adentro cuando alguien te tiene envidia y bronca? Básicamente, (ella) conectó con toda la casa pero conmigo no. ¿Yo que tengo, HIV, olor a mierda, qué onda?”.
Más allá de expresar un comentario prejuicioso, propio de alguien que desconoce por completo el modo en el que se contagia el HIV (sin mencionar lo violento de utilizar esa enfermedad como forma de descalificación), esto supuso un dolor de cabeza para la producción de Gran Hermano. Como forma de concientizar sobre el asunto, Del Moro explicó cómo utilizar un preservativo. Si bien siempre es bienvenida la difusión en materia de prevención para enfermedades de transmisión sexual, no deja de ser igual de importante subrayar que el comentario de Furia es más que reprobable. Ahí también, a veces, hay que educar a la sociedad.
La reacción en redes y la vehemencia de los Furiosos
Cuando el conductor anunció que Furia quedaba afuera del juego, la tribuna de Gran Hermano parecía venirse abajo. Un sector del público y muchos exparticipantes, celebraban con euforia dicha expulsión, mientras que los “Furiosos”, como se denomina el fandom de Scaglione, se mostraron muy indignados con el resultado. El clima en el estudio era de un caos inusitado, que pronto se trasladó a las afueras de Telefe.
Alcanza con navegar las redes para ver numerosas grabaciones que registran la bronca de los fans ante la eliminación de su (ahora ex) hermanita predilecta. Las redes sociales, desde luego, se hicieron eco de la eliminación, y los memes a favor y en contra de Furia inundaron la web. Desde llamados al Obelisco para festejar su derrota, a exacerbadas palabras de afecto dedicadas a Furia, esta jugadora desató pasiones extremas. “Los Furiosos”, vehementes en su fanatismo, se hacen sentir en todos lados, aunque no siempre de la mejor manera.
¿Adiós o hasta pronto?
Hace algunas semanas, la novia de Ku planteó en un debate si acaso el programa era “Gran Hermano o Gran Furia”, y ahí tocó un nervio vital. Apenas se asomó como una de las jugadoras más populares de esta edición, el programa se hizo “Furiadependiente”. A lo largo de semanas en las que los jugadores no mostraban estrategias de ningún tipo, y todos parecían demasiado relajados, Furia era el único punto de interés, la única jugadora que a fuerza de peleas hacía latir el corazón de la casa. Era un latido acelerado, nervioso, pero latido al fin. De esa manera, muchos hermanitos comenzaron a reaccionar y solo despabilados por los ataques de Scaglione, se arremangaron para darle una batalla. En ese sentido, el aporte de Juliana fue imprescindible para que esta edición no quedara en el olvido.
Ahora el reality debe aprender a vivir sin Furia y el programa debe equilibrar que “el afuera” no sea más jugoso que “el adentro”. Porque el público quiere ver a Juliana, mientras que en teoría, lo más importante del ciclo debería suceder puertas adentro. Los fans siguen incondicionalmente a Scaglione, y ella -atenta al juego no del reality, sino de la vida- se mostrará igual de extrema en cada programa que pise, como lo fue dentro el reality. La relación simbiótica entre Furia y la Casa llegó a su final, y ahora ambas partes del vínculo deberán aprender a vivir la una sin la otra. Y ese es el gran desafío de Gran Hermano en su último mes al aire.
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