Gary Coleman y una vida de fama y dolor
Adquirió una precoz popularidad a los 10 años y mantuvo para siempre ese aspecto por una enfermedad renal
La corta vida de Gary Coleman no conoció términos medios entre la fama y el sufrimiento. El actor estadounidense, que llegó a ganarse hace unos años el título de estrella infantil más popular de la historia, murió ayer luego de sufrir una hemorragia intercraneal. Tenía 42 años, pero conservaba muchas de las huellas físicas de sus tiempos de precoz popularidad.
Cuando ya era famoso, Coleman supo que, a causa de una enfermedad renal crónica, iba a tener durante toda su vida un aspecto no muy diferente al del personaje que le brindó ese reconocimiento a escala mundial.
Había nacido el 8 de febrero de 1968 en Zion (Illinois) y, a los 10 años, se convirtió en Arnold, personaje que lo identificó para siempre, en la serie Blanco y negro ( Different Strokes ), inmensamente popular también en la Argentina. Se estrenó en los Estados Unidos en 1978 y cuatro años después comenzó a emitirse aquí por Canal 13.
Coleman fue la atracción indiscutida de esa comedia sobre un millonario blanco llamado Drummond (Conrad Bain) que había decidido adoptar a los dos hijos de su fallecida ama de llaves. Los chicos de Harlem, Arnold y Willis Jackson (Todd Bridges), representaban toda clase de situaciones en las que risueñamente se planteaba la posibilidad de superar difíciles y prototípicos conflictos raciales y de clase social. Lo que más se festejaba de Coleman era su impecable timing para la comedia y la espontaneidad con la que manejaba su papel.
Debido a que Coleman mantenía casi sin alteraciones el aspecto requerido por su personaje -un niño de ocho años- la serie se mantuvo hasta 1986, pero con dificultades durante los últimos años debido a que en 1984 el actor debió someterse al primero de sus trasplantes de riñón. Luego llegó otro, además de permanentes sesiones de diálisis.
Blanco y negro concluyó en 1986, luego de 189 capítulos, pero los problemas para Coleman apenas comenzaban. Demandó a sus propios padres por presunta malversación, superó un par de intentos de suicidio con pastillas, afrontó varios incidentes con la policía y no pudo escapar jamás de su identificación con Arnold. También fue testigo de una suerte de "maldición" que pesó sobre la serie: Dana Plato, que interpretaba a la hija adolescente de Drummond, se suicidó, en tanto Bridges fue arrestado y luego absuelto por intento de asesinato.
También fracasó en 2003 al competir por la gobernación de California. Quedó octavo entre 135 candidatos, con 14.000 votos. No le alcanzó con la fama televisiva, que se redujo con el tiempo a olvidables publicidades. Quiso en ese intento tomar distancia de su personaje más famoso ("Sería bueno si el mundo me viera como alguien más"), pero terminó irónicamente derrotado en aquélla elección por Schwarzenegger, un Arnold de verdad.
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