Fórmulas tradicionales en envase adolescente: así empezó Simona, la nueva tira de eltrece
A Simona ( Ángela Torres ) la apasiona la música y sueña con triunfar junto a su banda, pero avatares del destino la llevarán a poner en pausa ese objetivo cuando tenga que trabajar como mucama en una gigantesca mansión. En ese lugar, la joven protagonista conocerá el amor a través de Romeo ( Gastón Soffritti ) y también verá nacer alguna rivalidad. Pero lo más importante, es que en esa nueva vida se reencontrará con su madre, a la que jamás conoció pero que ahora vuelve para recuperar el tiempo perdido.
La novela presenta dos mundos claramente diferentes, el de los adolescentes y el de los adultos. La historia de los grandes la llevan adelante los personajes de Marilina ( Ana María Orozco ) y Diego Guerrico ( Juan Darthés ). Ella es la mamá de Simona, y carga en su pasado con el hecho de haber matado a un marido violento que ponía en peligro la integridad física de ella y de su hija. Al parecer, para escapar de una condena a prisión, Marilina huyó y dejó a la pequeña Simona bajo la tutela de Rosa ( María Rosa Fugazot ), una amable mujer que cuidó y crió a la niña. Y en el comienzo del primer episodio, Marilina vuelve al país no solo para comenzar una vida profesional como fisioterapeuta, sino también para reencontrarse con su hija. La clínica en la que trabajará es propiedad de Diego, un prestigioso médico que junto a dos socios funda un centro de salud. Uno de sus compañeros es Santiago ( Federico Olivera ), que inmediatamente se muestra interesado en Marilina, un sentimiento que probablemente genere fricciones con Diego, que también comenzará a sentirse atraído por la misma mujer. Claro que si se habla de fricciones, ninguna como las que generará Sienna ( Romina Gaetani ), la controladora pareja de Diego que buscará poner un límite al evidente sentimiento que su novio desarrolla por la nueva fisioterapeuta.
El segundo universo de la tira, integrado por el plantel joven del elenco, es liderado por Simona y su relación con Romeo, que comienza con el pie izquierdo para poco después corregirse. Ellos se conocen desde chicos, pero durante los últimos diez años no se vieron. Él es sobrino de Diego, y vive en la mansión de su tío junto a sus dos hermanos, Dante ( Agustín Casanova ) y Junior (Renato Quattordio). Con respecto a la protagonista, ella convive con a Rosa y tiene una gran amistad con Chipi (Thais Rippel). Pero cuando Rosa, que es mucama en la mansión Guerrica, sufre una descompensación y debe buscar una reemplazante, será Simona la que ocupe ese lugar. De esta manera la joven se ubicará como puente entre dos mundos. Por un lado, el tiempo la acercará más y más a Romeo, una situación que no le gustará nada a su novia Lula (Stefania Roitman); y por otro lado, también estará más cerca de Marilina, la mujer que deberá resolver la manera de decirle a Simona el vínculo que las une, y que la protagonista desconoce. Conflictos, terceros en discordia, vínculos que todavía no salieron a la luz y romances que enfrentarán mil obstáculos antes de concretarse, todos esos son los ingredientes de un típico culebrón clásico, pero que aquí estarán empapados de un enfoque descontracturado y mucho más cercano a la comedia.
Huele a espíritu adolescente
Cuando en 2015 Esperanza mía ocupó el prime time de la noche de eltrece, muchos se apresuraron a decir que era poco prudente poner en ese horario una propuesta que apuntaba al público adolescente. Pero el huracán Lali arrasó y ese programa no tardó en convertirse en la gran serie nacional de ese año. Y en 2018, tres años después de ese experimento, una vez más vuelve al centro del prime time otra tira explícitamente apuntada al sector más joven. Luego del fracaso en rating de Quiero vivir a tu lado, y del timonazo que significó Las Estrellas (un producto que temáticamente no tiene mucho que ver con Simona), la llegada de la tira protagonizada por Ángela Torres es una apuesta que nuevamente pone el acento en los televidentes más chicos. Como Esperanza mía, una historia de amor prohibido en la línea de El pájaro canta hasta morir pero reconfigurada en clave de comedia adolescente, acá la ficción también responde a muchas bases del culebrón típico, pero traducidas para un público más familiarizado con Instagram que con una televisión. La hija huérfana que se reencuentra con su madre, la protagonista humilde que se enamora del muchacho rico, las novias oficiales que harán lo imposible por evitar que prospere el amor puro, en fin, todos esos son elementos de Migré pero en versión siglo XXI. Ahora esas mismas premisas rebozan de humor, escenas cortas, villanas de caricatura como una Romina Gaetani que parece Cruela de Vil, y todo poblado de secundarios cómicos e impregnado con diálogos notablemente actuales (“¡vamos, unas birritas!” celebra Simona en una escena de la tira. ¡Imaginen qué hubiera pasado si Grecia Colmenares decía eso en Más allá del horizonte!).
Siempre los primeros episodios necesitan ir al hueso del relato, sin perder tiempo y mostrando con trazo grueso qué impulsa a cada uno de los personajes. Por ese motivo es que tantos estrenos se parecen tanto, por ese motivo es que el abrazo bajo la lluvia de Romeo y Simona parece un calco del abrazo bajo la lluvia entre La Monita y Martín en Sos mi vida. Y la ficción cumplió en esa categoría, y entregó un primer capítulo sólido que alcanzó para entender a la perfección el mapa de la historia.
Con picos de 13.4 puntos de rating, Simona fue lo más visto en su horario, y prácticamente mantuvo el número de público que le dejó Las estrellas. Ahora el desafío, como siempre, es el de conservar ese número a como dé lugar. En su episodio inicial, la propuesta demostró que tiene el material necesario para desarrollar una buena historia, aunque quizá el mayor riesgo al que se enfrente sea una gran cantidad de jóvenes actores y actrices con los cuales hay un público que debe familiarizarse. Para muchos televidentes que no son adolescentes, o que no ven demasiada tele por fuera del horario de la noche, rostros como el de Agustín Casanova o el de Flor Vigna puede que sean desconocidos. De ese modo, el principal reto para Simona sea el de sellar la brecha generacional y unir ante la pantalla a chicos, a jóvenes, a adultos y a mayores, enganchándolos con una historia sencilla pero presentada de manera fresca y con un elenco en el que hay muchas caras por descubrir. Y toda esa mochila de expectativas y promesas por cumplir, recaen sobre los hombros de Ángela Torres, que con Simona podría llegar a encontrar a uno de los grandes personajes de su carrera.
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