Fake Famous, el documental de HBO que muestra cómo se “construye” un influencer
Considerados las celebridades del siglo XXI, los influencers están en el ojo del debate por el impacto cultural que tienen, las tendencias que crean y el interés que concentran en los más jóvenes. En Fake Famous, un impactante documental que estrena esta noche HBO, el investigador y periodista Nick Bilton se propone demostrar que son producto del marketing y el engaño.
En esta producción que se podrá ver este martes a las 20 en el cable y por streaming por HBO GO, Bilton organiza un casting en el que elige a tres personas desconocidas y “sin talento” y se propone convertirlas en influencers, comprando seguidores falsos y creando un ecosistema artificial de likes y comentarios en Instagram. Su objetivo es demostrar que la fama que se consigue en redes sociales está basada en mentiras y que no es más que un negocio.
Provocador y sin miedo a incomodar, el director, guionista y narrador de Fake Famous dialogó en exclusiva con LA NACION sobre sus ideas sobre esta nueva forma de fama digital
-Aunque hoy es un término muy popular, no existe una única definición de influencer y parece que estamos lejos de que pueda arribarse a una que agrade a todos, ¿qué cree usted que tiene que tener un influencer?
-Para mí es fácil: un influencer es alguien que convence a las personas de que compren cosas. En muchos aspectos es como una publicidad viviente. Y con esto me alejo de los que creen que es una forma de celebridad, porque yo creo que un influencer no necesariamente es conocido por muchos, para mí es una herramienta publicitaria muy efectiva, en la que recibe productos o servicios gratis y les dice a los demás que necesitan de esas cosas para mejorar sus vidas o sentirse mejor consigo mismos.
-En el documental usted menciona esto mismo y deja muy en claro que los influencers no deben ser talentosos sino que, por el contrario, el mejor influencer es el que menos talento tiene, ¿de verdad cree eso?
-Sí, sin dudas. Es decir: ¿qué talento tiene Kim Kardashian? ¿Qué es? ¿Actriz? ¿Modelo? ¡Solo es famosa! Si ahora agarro mi teléfono y busco los 50 principales influencers del mundo los veré mostrando cosas, sacándose selfies… ¿Es un talento estar medio desnudo en una playa? Porque eso no te hace modelo, las personas del mundo del modelaje tienen técnicas, muestran un producto, suelen tener fotos con algo de arte… ¡Ellos sólo son influencers y eso está definido por la cantidad de seguidores que tienen! No hay nada más. Nada más. Por supuesto que sé que hay personas talentosas que son consideradas influencers, gente que saca fotos de paisajes bellísimos o que enseñan a cocinar, pero no son la mayoría. En el mundo de los influencers no hay talento, sólo un número.
-¿Cuál cree que es la genealogía de los influencers? Uno podría pensar en una línea que comienza con las grandes estrellas del viejo Hollywood, pasa por los deportistas convertidos en celebridades en la década 90, llega a los protagonistas de los reality shows a comienzos del nuevo milenio y confluye en los influencers, ¿está de acuerdo?
-Cien por ciento. Creo que lo que estás contando, en realidad, es una evolución. Vivimos en una sociedad en la que el auge de las pantallas ha dado paso al deseo de ser visto en esas pantallas. Me parece que una de las tecnologías más innovadoras desde el punto de vista cultural es la cámara frontal de los teléfonos celulares: por primera vez hay una cámara que te está mirando a vos y no vos a los demás, eso es una revolución enorme. Ese es un cambio fundamental en la sociedad desde un punto de vista tecnológico y los resultados de eso contribuyen al mundo en el que vivimos hoy.
-¿Y cómo se mide ese impacto?
-Hay muchas consecuencias de eso pero te diré la que a mí más me impacta: qué responden los niños cuando se les pregunta qué quieren ser cuando sean grandes. En los Estados Unidos en la década del 60 la respuesta era “médico” o “abogado”, y luego de los 70 fue “maestro”. En los 80 era “jugador de béisbol” o “músico de rock”. En los 90 fue “actor” o “actriz”… Hoy los más chicos afirman que cuando crezcan quieren ser influencers. Querer ser influencer es querer ser famoso solo por serlo. Por eso creo que los reality shows nos dieron el primer paso en este nuevo tipo de era de la fama en la que no es necesario tener talento para ser famoso. Todo lo que hace falta ahora es tener un número al lado de ese nombre. Cuanto más grande sea el número, más famoso eres.
-¿Entonces qué rol le da a la tecnología en este escenario?
-La tecnología contribuyó sin dudas a esta nueva cultura. Mirá las plataformas de Internet, todos los tipos de “Instagram” del mundo: han simplificado la manera en la que el mundo y nosotros mismos nos veamos más lindos con los filtros. Crearon apps donde todo es bonito y en donde se puede scrollear de manera infinita. Y le sumaron una tabla de clasificación, como en los videojuegos, en donde los seguidores y los likes son una moneda de cambio.
-¿Es ahí donde comienza el negocio?
-Si uno tiene un millón de seguidores, sean reales o no, o si yo tengo 20 mil o 30 mil “me gusta” y 10 mil comentarios puedo ir a una marca y decirle: “Mirá, esto es lo que valgo. Valgo un millón de seguidores”. Y la marca te dará 50 mil dólares para que aparezcas con la foto de una taza. Los likes son una moneda mediante la cual las personas muestran lo importantes que son, lo famosos que son y lo influyentes que son. Y lo que mostramos en el documental es que la mayoría de las veces esos números no son reales, ya que existen las cuentas falsas y los bots. Ya no importa si ellos mismos compraron seguidores falsos o si son un mecanismo de alguien más, lo relevante es que ningún influencer es realmente seguido por el número de personas que dice tener. El mundo de los seguidores en grandes cantidades es falso en todos los casos pero se creó una economía alrededor de ellos que no se puede desarmar fácilmente porque genera millones gracias a ese engaño. El resultado es el mundo en el que vivimos hoy.
-En el documental también se muestra qué sucede cuando las personas pierden sus followers o dejan de ser relevantes, ¿existen desventajas o problemas por ser influencer?
-Sin dudas: en Fake Famous yo descubrí que no es fácil ser influencer porque la presión es total. Tienen que crear contenido complejo y diferente todo el tiempo y eso es difícil. De algún modo, alcanzar esa fama es quedar atrapados en una rueda de hámster porque constantemente tienes que alimentar a la bestia en lugar de interactuar con tu teléfono como una persona normal. Todo tiene que ver con las cosas que te gustan y las que no te gustan y cómo las mostrás. Nos pasó en el documental cuando hicimos una sesión de fotos para nuestros influencers… ¡Fue cansador y arduo! Estuvimos todo el día trabajando y el resultado fue una selfie. No es tan sencillo como lo muestran. Es una enorme cantidad de trabajo y de presión.
-El documental ya se estrenó en Estados Unidos, ¿cómo fue la recepción?
-¡Increíble! Me sorprendió mucho que muchos influencers le dijeran a sus comunidades que lo vieran. Obvio que hay gente enojada porque mostré muchos trucos y la mentira de los bots, pero en general la respuesta fue increíble. Vengo escribiendo sobre estas cosas hace 15 años pero aún así aprendí mucho mientras filmábamos, así que creo que muchas personas aprenderán al verlo. Mi gran esperanza es que alguno de los niños o niñas que dicen que quieren ser influencer cuando sean grande puedan cambiar de opinión.
Fake Famous estrena este martes 23, a las 20, por HBO. Luego, estará disponible en la plataforma HBO Go.
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