Este año las novelas recrean a la Cenicienta
Los detractores de las telenovelas suelen utilizar como argumento para descalificarlas el hecho de que siempre, desde que existen, están contando la misma historia una y otra vez. Lo sorprendente del caso es que los amantes del género utilizan las mismas razones para defenderlo. Es que la repetición de una fórmula puede llevar al cansancio en la misma medida en que puede fascinar. Todo depende del observador.
Encuentros fortuitos de los que nace un amor instantáneo y fulminante, identidades confusas, cruzadas, posibles incestos, cegueras, parálisis temporarias y el omnipresente ataque de amnesia son sólo algunos de los elementos que están en toda telenovela que se precie de tal. Pero claro, lo más importante, el corazón de una historia que apunta al corazón de los televidentes, es el tipo de relación que se establece entre la pareja protagónica. Y eso vale tanto para las tiras tradicionales como para sus versiones más modernas o de ruptura, tan de moda en los últimos años. Así, unas y otras aplican mayormente dos modelos basados en las letras escritas: "Romeo y Julieta", de William Shakespeare, y "La cenicienta", de Michel Perrault. La primera estructura se puede rastrear, con licencias creativas, por supuesto, en los argumentos de "Campeones", "Costumbres argentinas", "Gasoleros" "Soy gitano" y "Hombres de honor", por citar apenas los ejemplos más recientes.
En estos días, como ya lo hizo antes en tiempos de "Simplemente María", "Rosa de lejos" y "Estrellita mía", entre otras, la pantalla indica que los guionistas se inclinan más por el cuento infantil protagonizado por la pobre chica maltratada que termina casada con el príncipe más codiciado del reino que por la historia de Capuletos y Montescos. A "Se dice amor" (Telefé) y "Sos mi vida" (Canal 13) se le sumará dentro de poco "Collar de esmeraldas" (Canal 13), y en ese momento serán tres las tiras diarias que, con obvias diferencias, recrearán la fábula del hada madrina, la carroza y el toque de queda a medianoche.
En el caso de la telenovela de Telefé, quedó claro desde un principio que el polista que interpreta Juan Darthés, Bautista Benegas, es lo más parecido a un príncipe azul que la actualidad argentina tiene para ofrecer. Alcurnia, dinero y un corazón bueno en un ambiente donde escasean por el lado de él, y por el de ella, Noel, la pobreza, un carácter indomable y sobre todo la inocencia, que la convierten en un personaje digno del cuento de hadas. Claro que en lugar de la malvada madrastra está el suegro más perverso de la historia de la TV, Patricio Benegas (Antonio Grimau), y una reina madre, Lorenza (Hilda Bernard) que se las trae.
Tanto le debe el argumento de "Se dice amor" a "La Cenicienta", que más de una vez se mencionó al protagonista como ese "príncipe azul" que rescató a Noel (Eugenia Guerty) de una vida de penurias.
Boxeo y zapato de cristal
"Sos mi vida" tiene más de comedia que de telenovela y, sin embargo, la historia de la boxeadora Mónica "la Monita" Muñoz, Natalia Oreiro, y el millonario Martín Quesada, Facundo Arana, tiene algún aire ceniciento. Una gran mansión, una novia que tiene mucho de hermanastra malvada, algunos bondadosos ayudantes y la identidad secreta del personaje de Oreiro, que no quiere que su príncipe descubra que cuando dan las campanadas se calza los guantes de boxeo y se sube al ring. Lo cierto es que las licencias poéticas y el vuelo propio del guión no impiden que su esencia aparezca en más de una escena. Así, el lunes que pasó la pareja protagónica asistió a una recepción en la supuesta embajada de Israel que bien podría haber sido un la famosa escena del baile en el castillo. Esa en la que Cenicienta encanta al príncipe para después tener que huir, dejando como única prueba de ese encuentro su zapatito de cristal. En el caso de "Sos mi vida", después de comerse unas empanadas y de discutir con los invitados "la Monita" Muñoz sale corriendo y en el apuro se deja un zapato bastante elegante pero, para comodidad de la dama, hecho de puro cuero y no de cristal.
Para completar la trilogía de telenovelas con la misma inspiración, en marzo se estrenará "Collar de esmeraldas", una tira que protagonizarán Carina Zampini y Osvaldo Laport por la pantalla de Canal 13. En la trama uno de los elementos centrales tendrá que ver con las diferencias económicas de la pareja central. Mientras que Martín (Laport) será un reconocido arquitecto que vive en el exterior y forma parte del jet set internacional, casi un miembro de la realeza, Romina (Zampini) tiene todas las características de una auténtica Cenicienta: es una mujer hermosa que por una serie de desgracias y pérdidas personales se ve obligada a subsistir juntando cartones en la calle. Aunque no es mucho más lo que se conoce de esta novela que producirá Raúl Lecouna junto a Ideas del Sur es muy factible que de todas las Cenicientas que están hoy en pantalla la de Zampini sea la que más se acerque al personaje del cuento de hadas. Con cenizas, príncipe y algún auto último modelo a modo de carroza incluidos.
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