En 2003, la más famosa modelo argentina probó con la conducción con un big show musical que incluía entrevistas íntimas con figuras como Marcelo Tinelli y Manu Ginóbili; sin embargo los resultados no fueron los esperados
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Valeria Mazza es una de las figuras de fama internacional que representó al país en prácticamente todas las pasarelas del mundo. Quizás por eso, se crearon tantas expectativas en torno al sorpresivo anuncio de Telefe en 2003: el estreno de un programa conducido por la más famosa modelo argentina.
Esta noche invito yo debutó el sábado 18 de octubre de ese año, a las 22.30 horas, con el Teatro Colón de marco para lo que se pensaba como la imponente velada de un gran show con artistas invitados.
La llegada de Valeria a la conducción, para muchos identificada como una posible sucesora de Susana Giménez, se dio luego de su incursión dentro de la pantalla chica en el programa Versus, junto a Tommy Dunster y de su labor en la televisión italiana.
La modelo presentó al ciclo como “un programa mágico en el que las cosas suceden” y para el estreno, Mazza contó con la presencia de Marcelo Tinelli, en un mano a mano íntimo.
Además la acompañaron, Chayanne con un mini recital; el bailarín Iñaki Urlezaga, Catherine Fulop mostrando un día en su vida con una camarita, Pablo Echarri, que protagonizaba el éxito de Resistiré en el canal y el basquetbolista Emanuel Ginóbili.
La conductora hasta se animó a bailar en un cuadro musical, al mejor estilo Susana, del espectáculo Jazz Swing Tap con el tema “Mi nena me quiere a mí”, junto a Diego Reinhold. Desde el comienzo, el programa tenía todo para ser un éxito: un marco imponente, invitados de primer nivel, figuras internacionales, alfombra roja, musicales, fragmentos de ópera y horario acorde al formato.
Sin embargo, el conjunto no alcanzó para cautivar a la audiencia que, por lo general, espera los sábados un ciclo que entretenga su fin de semana. Esta noche invito yo promedió, en la primera emisión, 14.8 puntos de rating y perdió con la película de El Trece, Wild Wild West (protagonizada por el actual mentor del “slapgate”, Will Smith), que marcó 18.
El segundo sábado, el programa bajó tres puntos y quedó nuevamente segundo en su franja. El ciclo que fue pensado para cuatro emisiones continuó en baja, semana tras semana, además de recibir constantes comparaciones con Hola Susana, el programa de la diva de los teléfonos que se emitía por el mismo canal.
En un tiempo en donde no estaba en los planes de nadie Twitter, el boca a boca del debut resaltó dos cosas: lo autorreferencial del envío, aún teniendo de invitados figuras de esa talla, y que el primer programa terminó diez minutos antes de lo pautado.
“Es cierto que la modelo recibió con simpatía a todos sus invitados y realizó las entrevistas con una soltura que seguramente pocos esperaban de ella; pero también es verdad que, en el fondo, todo se trató de ella”, comentó LA NACION el día posterior al estreno.
Un año al ritmo de Resistiré
2003 fue un año en el que la ficción nacional se destacó como pocas veces, mucho rating y productos de gran calidad fueron parte de la pantalla chica. Costumbres argentinas, Son amores (segunda temporada), Soy gitano y, especialmente, Resistiré, brillaron en las noches de Telefe y El Trece. Lejos de lo que pasa en el prime time de hoy, en aquel entonces, la base de los canales líderes eran las novelas.
La popular tira protagonizada por Pablo Echarri y Celeste Cid, con el inolvidable villano Mauricio Doval de Fabián Vena, se impuso con cifras récord como la ficción diaria más vista del año. El capítulo final, en vivo desde el Gran Rex, frente a más de tres mil personas, obtuvo un promedio de 41.9 puntos y picos de 46. Por su parte, Soy Gitano que arrancó de manera algo tímida, también logró cautivar al público con la mística de una historia marcada por la tragedia y se terminó despidiendo con nada menos que 29,8 puntos.
2003 también fue el año de Los Simuladores, el unitario creado por Damián Szifrón y protagonizado por Federico D’Elía, Alejandro Fiore, Diego Peretti y Martín Seefeld que obtuvo, semana a semana, promedios de 35 puntos de rating y que en 2024 tendrá su esperadísimo regreso como película. Ni Durmiendo con mi jefe, con Guillermo Francella, ni De lo nuestro lo peor (con Luis Rubio y David Rotemberg) ni tampoco Pulsaciones, pudieron hacerle frente a ese innovador éxito.
La pelea por el rating fue para Telefe que con una diferencia de 3,4 se impuso a El Trece, 12.6 puntos a 9,2. El Canal 9 de Daniel Hadad, con los productos de Cris Morena, Rebelde Way y Rincón de Luz, le ganó a América que reaccionó tarde a varios traspiés en su pantalla. En materia de curiosidades, ese año Telenoche superó varias veces a su competidora habitual, Susana Giménez, por la cobertura de la guerra en Irak y las elecciones nacionales.
Un hecho inédito marcaria a 2003, por primera vez, la televisión se quedó sin rating por casi un mes. La Cámara de Control de Medición de Audiencia le quitó a la empresa Ibope la homologación por haberse filtrado la identidad de alrededor de 200 hogares del confidencial panel de mediciones. Luego de 21 días, se acordó retomar los números mediante un acuerdo entre las partes.
Los programas periodísticos -en su nueva faceta documental y testimonial- se adueñaron de la pantalla. Pabellón 5, E-24, Kaos en la ciudad, con Juan Castro, No matarás, Ser urbano, con Gastón Pauls, le dieron una vuelta al rubro. También desaparecieron los talk shows y coparon el espacio los ciclos de archivos basados en la misma televisión. De lo nuestro lo peor, Nosotros también nos equivocamos, Rec, TV registrada, Lo mejor de la semana, fueron algunos de los tantos que surgieron.
La figura de Valeria, su soltura a la hora de llevar adelante las entrevistas y todo su glamour, no alcanzaron para que el envío tuviera el éxito esperado, algo que, sin querer, terminó marcando su rumbo -desde entonces esquivo- con el camino de la conducción.
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