E.R., una serie que merece más respeto
El miércoles último, Telefé repuso en su pantalla una serie que se ganó un lugar indiscutible en la historia de la televisión. Se trata de ER -o ER Emergencias como la conocimos aquí en la televisión abierta-. Un programa que se grabó durante quince años, en cuyo elenco trabajaron actores de primera línea, que ganó centenares de premios y, sobre todas las cosas, del cual no es difícil encontrar un episodio que nos ate a la pantalla durante los casi cincuenta minutos que dura cada uno de ellos, por alguna de las varias virtudes que posee. Sea la historia que cuenta, la adrenalina que genera la tensión de sus escenas, la manera en la que decidió manejar las cámaras el director que estuvo el frente del equipo en esa oportunidad, o por la manera en que tratan sus guionistas algún tema que involucra a cualquier ser humano, en cualquier lugar del mundo.
Sin dudas, una serie así merece respeto. Algo que Telefé, lastimosamente, no tuvo en cuenta en esta reposición, ni para el programa, ni para el público. En primer lugar al anunciarlo como estreno, dado que ya lo emitió durante años, con una respuesta de público interesante, los sábados a la noche. Luego, confundiendo a los televidentes al decir que a esta serie la produjo Steven Spielberg, cuando si bien fue instrumental en su llegada a la TV (su creador, el novelista Michael Crichton, también escribió Jurassic Park) sólo estuvo involucrado en el proyecto durante su primer año en el aire.
Finalmente, al poner al ciclo bajo el paraguas de Historias del corazón -eligiendo para ello solamente los episodios más lacrimógenos- y sumar así con trampa (como también hace Canal 9 con Historias de telenovelas) para la cuota de producción nacional que exige la ley.