En La última hora, un asesino serial experimenta una epifanía

En reemplazo de El marginal que acaba de finalizar, mañana la TV Pública estrenará una nueva serie local: La última hora. En ella Daniel Aráoz es Rodión (como Raskolnikov, el protagonista de Crimen y castigo, de Dostoievski), un enigmático y misterioso personaje que, tras años como asesino a sueldo, experimenta una suerte de revelación que cambia su destino. A partir de allí, seguirá matando, pero de acuerdo a un plan superior y solo a determinadas víctimas con las que comparte su última hora de vida, que es lo que se narra en cada episodio de la serie. Rodión ejecuta sus misiones con profesionalismo, aunque no puede evitar entrar en contacto con la historia de cada una de sus víctimas. Él piensa que la muerte no es una tragedia, sino que la verdadera tragedia es no saber cuándo uno va a morir.

En el primer episodio Rodión ha sido contratado para matar al doctor Doperic, un célebre médico. Este personaje, científico candidato al premio Nobel, cambia completamente la vida del protagonista. En su encuentro, el médico le hace entender la importancia que la muerte tiene para la continuidad de la vida: que la vida debe renovarse y que eso no es posible sin la muerte. Pero, sobre todo, le hace ver que no existe la muerte natural. Toda muerte es la acción de un ser que le quita la vida a otro. Si se buscan las causas últimas de una muerte, aunque parezca accidental, siempre se verá la acción de un ser que le quita la vida a otro. A partir de ese caso, Rodión da un giro en su vida y entiende que él tiene un papel central que cumplir en la vida de sus víctimas.

Además de Aráoz, en el elenco trabajan Norman Briski y Romina Ricci, entre otros. Como invitados en distintos capítulos aparecen Alberto Ajaka, Juan Minujín , Cecilia Rosetto, Valentina Bassi , Violeta Urtizberea y Osmar Núñez. La idea y la dirección son de Gastón Portal, a quien acompañó en la escritura de los guiones Javier Castro Albano. GP, la productora de Portal, produjo también en los últimos años para nuestra televisión abierta las ficciones Los Sónicos y Babylon, dos series que sirven de muy buenas cartas de presentación por su originalidad y calidad de realización.

La última hora

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