Diferentes incidentes complicaron el normal desarrollo de Bienvenidos a bordo y MasterChef Celebrity. Mientras en No es tan tarde, Asnicar fue parte de un momento vintage que no sumó
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Semana de cambios y accidentes para los protagonistas de la tele. En Bienvenidos a bordo no solo se reciclan los juegos, sino también las reacciones. Hernán Drago una vez más se quemó probando la comida de una participante, reaccionó como siempre y todo terminó más o menos igual. La diferencia la aportó Laurita Fernández que, en reemplazo de Guido Kaczka, vuelve a demostrar que la conducción ya no es parte de su promisorio futuro, sino de un contundente presente.
En MasterChef Celebrity cambian de delantal como de camiseta. Esta semana entraron como reemplazos Barbie Vélez y Ernestina Pais, la segunda con tanta mala suerte que terminó con un dedo cortado, salpicando sangre por el estudio.
En No es tan tarde, la visita de Brenda Asnicar dio pie a que se reciclaran una serie de comentarios, más cercanos a memes de Internet que a un late show. La segunda quincena de enero llegó con más dolor que gloria.
Que vengan los bomberos
La ecléctica propuesta de Bienvenidos a bordo tiene de todo: personas que juran parecerse a alguien al que no se parecen, cantantes con poca autocrítica y cocineros amateurs que pasan horas con el horno prendido con la esperanza de que un buen sabor de boca de alguien del programa les deje algún premio, todo vale para refrescar la alicaída temporada estival. Y en el medio, Hernán Drago, que funcional al show a como dé lugar. Con Laurita Fernández cuidando (y mejorando) el lugar de Guido Kazcka, el martes una lasagna XL copó la mesada de degustación. El modelo se abalanzó al plato y se tomó su tiempo hasta que logró que todo estuviera a su exacerbado gusto, pero le faltó una sola cosa: soplar el bocado antes de entrarle con alma y vida. ¿Conclusión? Carcajadas de la conductora y el locutor, mientras el modelo pedía con los ojos ayuda. “No vas a poder chapar”, cerró el tema Laurita mientras le apantallaba la boca a su compañero. Ni un vaso de agua le trajeron de la producción, eso es maldad o le están cobrando alguna factura.
Vamos a un corte
Difícil explicar lo que sucede en MasterChef Celebrity al que no sigue la tercera temporada del reality. Entre pandemia, embarazos y aburrimientos varios, los delantales cambian de cocineros a tal velocidad que a vestuario no les alcanza el tiempo para bordarles los nombres. Luego de la aparición estelar de Malena Guinzburg defendiendo la hornalla de Mica Viciconte la semana anterior, en el programa del martes Santiago del Moro hizo un nuevo anuncio: “Quiero recibir con un fuerte aplauso a Barbie Vélez y a Ernestina Pais, que están ocupando el lugar de Denise Dumas y Joaquín Levington, respectivamente, por cuestiones de Covid. Prepárense para algo extremo”. Y si bien se refería a un plato francés que consiste en un pescado envuelto en hojaldre, Pais se lo tomó tan a pecho que apenas empezó se cortó picando cebolla: “Me rebané un dedo en el minuto 3 del programa, explicó luego con el pulgar izquierdo vendado. La participante tuvo que parar de cocinar mientras el médico del programa la desinfectaba y curaba la herida. Para protegerla aún más, el resto de la jornada Ernestina cocinó con guantes, aunque no pudo evitar que la mano siguiera sangrando, manchando incluso sus zapatillas: “Me siento Rocky Balboa en la batalla final”, resumió en una noche para el olvido.
Homenaje a Café Fashion
Para los que no lo conocieron, Café Fashion fue un programa nocturno de elnueve (cuando se llamaba Azul Televisión) en el que un grupo de humoristas ametrallaba a la audiencia con chistes breves, algunos bastante zonzos y otros en el límite del buen gusto. La estrella del programa se apagó entrado el nuevo milenio pero, quién diría, que dos décadas después otro programa tomaría por un rato la antorcha.
Está claro que la propuesta de No es tan tarde (NETT) va por otros carriles, por eso no se termina de entender qué sucedió está semana. Brenda Anicar y su indeciso flequillo pormenorizaban su presente en un tono que no quedaba claro si era en broma o en serio. Para aportar a la confusión general, Germán Paoloski recordó la peculiar costumbre de la invitada de charlar con sus plantas. Mientras ella intentaba explicar su relación con los vegetales, apareció en escena un muchacho disfrazado de árbol. Y ahí todo fue barranca abajo: “Lo dejaron plantado”, “cuando hablo mucho me voy por las ramas”, “le tocaron el pajarito”, “Si te interesa cambiar dólares, avisáme, que soy arbolito”, “estoy hecho de buena madera”, “si vos querés, yo te doy leña”, y otras frases dignas de esos libros de chistes que están en las mesas de oferta de librerías. Menos mal que el Zorrito Von Quintiero y su banda no tocaron la canción de los espárragos de Alf, porque era lo único que faltaba para cerrar una noche vintage.
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