El reality show vuelve a hacer escuela
Disney High School Musical, la selección , reality show. Conducción: Matías Martin. Dirección de arte: Pablo Alfonso y Marcelo Lo Pinto. Producción ejecutiva: Alejandro García Conde. Director musical y de escuela: Fernando López Rossi. Puesta en escena y proyecto educativo: Ricky Pashkus. Dirección: Julio Hormaeche. Producción general de entretenimientos: Alejandro Chernov. Dirección general: Alejandro Stoessel. Realización general: Marcelo Tinelli. Una producción de Ideas del Sur y Artear para Buena Vista International. Por Canal 13, los domingos, a las 20.
Nuestra opinión: bueno
Si Gran Hermano , ShowMatch y Susana Giménez son los programas de frecuencia diaria o semanal con mayores aspiraciones de rating, High School Musical debe ser hoy el más ambicioso proyecto en el aire de la televisión abierta.
Así lo demuestra, casi a primera vista, el imponente despliegue técnico y humano exhibido ante las cámaras como resultado de la convergencia estratégica y artística entre Canal 13, Ideas del Sur y Disney, además de una señal tan contundente como la de mostrar en la "gala" del debut a Adrián Suar -máximo responsable artístico del 13- y a Marcelo Tinelli -principal autoridad de Ideas del Sur- al anunciar juntos la lista de los 20 finalistas.
Como sabemos, este grupo (10 mujeres y 10 varones) surgió de la evaluación de más de 26.000 postulantes, y de allí saldrá la pareja protagónica de la versión de High School Musical que se rodará en la Argentina. Y no parece casual que las instancias finales de este reality show que tiene como destino final la realización de un largometraje coincida, en principio, con el estreno mundial, previsto en la televisión norteamericana para el 17 de agosto, de High School Musical 2 , esperadísima secuela de un éxito de proporciones entre el público infantil y juvenil de todo el mundo.
En los hechos, High School Musical, la selección , combina elementos de anteriores reality shows del estilo "rumbo a la fama" como Popstars y Operación Triunfo , sazonados con una pizca de Cantando por un sueño. Todo comenzó con un par de vistosos números musicales y coreográficos y prosiguió con la demostración de habilidades de los 20 aspirantes, conformados en dúos para interpretar canciones de gran repercusión, entre las cuales no faltaron referencias a la banda de sonido de High School Musical . Nada pareció alterar una secuencia escrupulosamente ordenada y prolijamente ejecutada en un escenario cuyo diseño también dejaba ver algunos elementos asociados con la clásica iconografía de Disney, como las orejas del ratón Mickey recreadas en un par de círculos estratégicamente ubicados.
Más allá de este funcionamiento impecable, más de una vez quedó patente la sensación de que en este primer tramo de High School, la selección , las cosas transcurrían aquí con mayor frialdad de lo que estábamos acostumbrados a ver en reality shows precedentes de características similares.
Por lo pronto, hasta las espontáneas y francas emociones de los participantes en las instancias decisivas, cuando llega el momento de saber si seguirán en la competencia o quedarán al margen, quedaron por momentos subordinadas a un esquema que tenía como prioridad mantener el suspenso y estirar el mayor tiempo posible cada veredicto. Sujeto a esa rígida e innecesaria espera, Matías Martin -un conductor de buena llegada a los chicos, pero que desgasta innecesariamente su garganta en su afán de convencer- varias veces se quedó sin palabras y quedó prisionero de una fórmula cada vez más ceremoniosa, que pretendía ser natural y no hacía más que caer en el artificio.
Tampoco ayudó el hecho de que parte del juego tuviera, al menos en este primer tramo, un desarrollo algo farragoso en los momentos definitorios. Esa suerte de "doble vuelta" para cada voto, en el que se considera por un lado el desempeño en la escuela orientada por Ricky Pashkus y Fernando López Rossi, y por otro la performance artística y vocal ante las cámaras, evaluada por otro tipo de jurado, acarreó alguna confusión, sin contar la aparición posterior del voto telefónico, aunque todo indica que en los momentos finales, con menos gente sobre el escenario, algunos de estos problemas tenderán a desaparecer.
Además, no faltaron amables divergencias entre el jurado (el productor musical Afo Verde, la conductora Laura Oliva, el director Peter McFarlane y la actriz Andrea del Boca) y los responsables de la escuela, aunque hay que decir, en favor de todos los evaluadores, que por ahora están muy lejos del protagonismo que sus pares exhiben en otros ciclos menos exigentes.
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