El final de Las Estrellas: un parto, el reencuentro y todos vivieron felices para siempre
"Estas vulvas no se apagan", dice Flor ( Violeta Urtizberea ) cuando se están cerrando las puertas del hotel. Pasó más de un año en tiempos televisivos, ocho meses en la realidad y Las Estrellas lograron algo que parecía imposible: liderar el prime time en tiempos donde la televisión on demand se impone. La fórmula de este unitario transformado en tira de Pol-ka tenía a cinco chicas lindas como figuras. Y no solo eso sino que en un solo personaje, justamente en el de Flor, se unificaban dos condiciones que la hicieron entrañable para el público. Por un lado, tenía el Síndrome de Tourette, que la hacía decir malas palabras sin poder controlarlas, y por otro, se animó a enamorarse de una mujer. Ella junto a Jazmín ( Julieta Nair Calvo ) protagonizaron la primera historia de amor entre mujeres en un horario central de la televisión argentina, en eltrece.
Después de reencontrarse, pelearse, enamorarse, decepcionarse, estas cinco mujeres alcanzaron cada una su lugar o al menos esa fue la idea de este cierre que, como tantos otros, pareció un poco forzado. El capítulo final, que duró menos de media hora, porque estuvo lleno de propagandas, fue un final más. El mismo intentó retomar la idea del principio: el hotel como centro de la escena, como núcleo para que las hermanas se amiguen, reconozcan y adoren a su padre que, si bien no está muerto, solo aparece como voz en off para ilustrar un poco en qué quedó la vida de cada una de sus hijas. A siete meses de que con una toma lograran evitar que demolieran el hotel, cada una eligió un rumbo que las alejó. Por eso, Mario Estrella ( Osvaldo Laport ) decidió volver a recurrir al misterio, pero en esta oportunidad sin mentiras, para reunirlas.
Carla ( Natalie Pérez ) se tomó un avión desde Nueva York, donde trabaja luego de aceptar una interesante oferta, para estar con sus hermanas; Lucía ( Marcela Kloosterboer ), que se convirtió en un ama de casa ejemplar, dejó a las mellizas Lucía Mariana y Mariana Lucía para atender el llamado de Garibaldi que, como al principio, volvió a ocupar el lugar de nexo entre las cinco; Virginia ( Celeste Cid ) desoyó las señales y los consejos de Javo ( Esteban Lamothe ) y asumió la batiseñal del escribano como una cita impostergable, a pesar de estar en fecha y poder dar a luz en cualquier momento; Flor dejó a sus hijas y a Jazmín y fue, ilusionada, a ver cuál era el nuevo plan de Mario; y Miranda ( Justina Bustos ), la más temerosa de todas con el encuentro, trató de persuadir a Fede ( Nicolás Francella ) para estar lo menos posible en frente de sus hermanas pero terminó cediendo.
Claro que cada una de las Estrella continuará hasta último momento con su toque distintivo. Así Carla, más allá de haber conquistado Nueva York y de haber logrado mantener su relación con Lucho ( Pedro Alfonso ) -quien se convirtió en comisario de abordo para acompañarla-, seguirá mirando a sus hermanas y pensando en lo que ella considera que le falta: una familia, estar embarazada, hijos. En fin, la regla primera de la histérica promedio: lo que no tengo, lo quiero. La nueva Lucía, madre y esposa, no perderá el mal genio y apenas pise el hotel se conectará automáticamente con su acidez y poca tolerancia. "En cinco minutos me voy", amenazará constantemente. Flor seguirá, sin querer, diciéndole a cada hermana lo que piensa de ella y conectada con su parte más tierna. Es la que más se emocionará cuando vea a Carla; Virginia será la más cambiada, pero solo porque está cerca de dar a luz y no puede lidiar con sus cuatro hermanas, motivo por el cual decidirá irse a la cocina. Y por último, Miranda seguirá queriendo festejar y será la primera en abrir el champagne. Ella es una estrella de la música tropical pero también será la que ocupe un papel clave en este final: traerá a la vida a su tercera sobrina, Estrella Valdez Estrella.
Así en una de las escenas más inverosímiles de la tira -aunque los bebés de Lucía nunca se vieron salvo en el parto-, Virginia dio a luz a su hija, y Miranda, que había estudiado medicina, la asistió. Y porque más allá de que son hermanas, siguen separadas: Lucía y Carla miraron por la ventana, mientras Flor sostenía la mano de Virginia. Y Carla hizo el reclamo: no fueron convocadas ni al parto ni al casamiento de ninguna de las dos hermanas (Virginia se casó con Javo y Flor con Jazmín en ceremonias minimalistas). Mientras la mujer de Javo, quien se enteró de la llegada de la pequeña con una video llamada desde su casa y corrió al hotel, pujaba, sus hermanas gritaban alrededor. Nada de guantes, ni de baño. Al segundo, Celeste Cid aparecía con el bebé en brazos, sin un gramo de panza, y un cochecito mágico se presentaba en escena junto a las hijas de Lucía.
En paralelo, en la casa de Javo, las parejas de las cinco: Lucho, Jazmín, el dueño de casa, Fede y Mariano (Luciano Castro) hacían la contrareunión.
Para cerrar la historia de las cinco hermanas, los creadores no tuvieron mejor idea que reunirlas en el hotel a leer una nueva carta. En el mismo lugar donde Mario, desde la falsa muerte, las había despedido con un texto para cada una y les había encomendado la misión de poner en marcha el lugar y regentearlo durante un año, otra carta llegó pero con buenas noticias. No solo que cada una había recibido el porcentaje de plata del hotel que le correspondía, sino que Mario había decidido no vender el lugar. El hotel Estrellas no se apagó. Así como en Game of Thrones, la premisa del invierno se hace realidad y finalmente el invierno llegó a Westeros, en Las Estrellas se hizo realidad su lema: las Estrellas no se apagaron.
Y cada una tuvo su final feliz y su Happy Hollywood Ending.
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